José Luis Sáez deja entrever que podría dejar la Federación de baloncesto en 2018

José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), insinuó una posible retirada en 2018 tras la organización de la Copa del Mundo femenina en ese mismo año en España.El Foro del diario As, en el Espacio 2014 de la FEB que ahora cumple un año de existencia, fue el marco en el que Sáez desgranó alguno de los aspectos organizativos de la Federación, de la Copa del Mundo y del arrollador éxito de todas las selecciones, este año y los anteriores.Con la presencia de Ana Muñoz, directora general de Deportes del CSD, en su primer acto en el cargo, de los seleccionadores Juan Antonio Orenga y Lucas Mondelo y de numerosas personalidades de la política autonómica y local, y de diversos técnicos y jugadores, Sáez habló con optimismo.

"Queremos intentar crecer incluso en periodos tan complicados, por la situación económica, como el que estamos viviendo. Nuestra idea es que podemos conseguir los objetivos si no tenemos miedo a cambiar. Si no te mueves, no llegas. El cambio como crecimiento es una de nuestras máximas", dijo."Tenemos que intentar no vivir del éxito, para poder seguir entre los mejores", señaló Sáez, que añadió "porque los resultados deportivos son efímeros, aunque nosotros los renovamos cada verano".El presidente de la FEB contó que en varias ocasiones le han felicitado por la medalla de bronce conseguida por la selección absoluta masculina en el Europeo de Eslovenia, recientemente finalizado, "casi dándome el pésame".

Pero también abrió las puertas de su posible adiós:"Llevo tres mandatos en la FEB, pero es que antes estuve ocho años de vicepresidente ejecutivo y antes 12 en la federación andaluza.Llevo 25 años en esto y me gustaría marcharme tras organizar el Mundial femenino en España", aseguró.También dio Sáez un "notable alto" a Orenga, agradeció "el compromiso de los jugadores de la selección" y manifestó seguir trabajando en el caso Mirotic-Ibaka, "pero no con estos nombres, sino en los casos de jugadores/as formados en España, españoles de pleno derecho y que no pueden jugar con la selección"."Invito a todos al optimismo, no sólo de cara a 2014, sino pensando en el futuro", finalizó José Luis Sáez.

"Estoy más cerca de la retirada que de seguir". Y acto seguido habló del proyecto del baloncesto femenino que está pergeñando. "Es un universo único y diferente, en el que todavía no hemos encontrado la tecla adecuada para hacerlo atractivo", apuntó."Tenemos la idea de solicitar la organización del Mundial femenino de 2018, aunque antes habrá que asegurar su viabilidad dentro de la prudencia financiera. Con el Mundial de 2014 hemos demostrado que se puede organizar una gran competición sin la ayuda de las arcas públicas", observó.Después en el turno de pregunta, el presidente tuvo que explicarse sobre la fecha de caducidad que él mismo pareció ponerse en 2018.

"Es lo que yo llamo la decepción del podio. En un país de bajitos y con sólo cuarenta millones de habitantes, nuestra ratiode campeones en los deportes de equipo y en los individuales es altísima. Ser Nadal es cosa de Dios, lo demás lo tenemos que trabajar", indicó Sáez."Nuestro secreto, el del baloncesto y el del deporte en general, ha sido la planificación a largo plazo. Y por pensar así estamos instalados donde estamos. La selección absoluta es nuestro buque insignia, pero son muy importantes las selecciones autonómicas de todas las categorías, los clubes, los entrenadores, la prensa, y todas esa gente anónima que trabaja para el baloncesto", siguió.

Sáez pasó de lo deportivo a lo económico en numerosas ocasiones y subrayó que "nuestra gran medalla es haber podido afrontar todas las competiciones, sin haber tenido que renunciar a ninguna. Hemos conseguido nueve medallas este verano. No está mal. Y todas las selecciones han llegado a cuartos de final y sólo una no llegó a jugar las semifinales", recordó.La "adaptación al nuevo entorno económico y social", la "captación de nuevos socios" o dar respuestas a lo "que demanda la sociedad", fueron conceptos que Sáez fue introduciendo para concluir que las federaciones "no pueden seguir organizando competiciones como principal cometido", y que deben vender "modelos de valor" y "adaptarse". "El modelo tradicional de federación está agotado", sentenció.