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Javier Moracho: "Mi generación fue la que profesionalizó el atletismo"
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ENTREVISTA AL ATLETA

Javier Moracho: "Mi generación fue la que profesionalizó el atletismo"

Para algunos es considerado el mejor vallista de la historia de España, pero no acepta esa definición. Al margen del atletismo, también estuvo ligado al ciclismo en la Vuelta a España

Foto: Moracho, junto a Juan Antonio Samaranch. (Cedida)
Moracho, junto a Juan Antonio Samaranch. (Cedida)

"Yo solo aspiraba a tener una casa y un trabajo fijo, como todos los españoles". Esa era la pretensión de Javier Moracho (Monzón, Huesca, 1957), pero hizo mucho más que eso. A lo largo de su vida, también tuvo tiempo para convertirse en uno de los mejores vallistas de la historia de España.

La fisonomía de Moracho estaba marcada por ese bigote que hoy no conserva y que es el reflejo de otro tiempo. Uno en el que triunfó en España y en Europa, en 60 metros vallas y en los 110 metros. Quizá los Juegos Olímpicos fueron su asignatura pendiente, pero no se puede estar a dos cosas. Porque mientras competía también se estaba encargando de profesionalizar el atletismo.

Moracho tenía una pasión desmedida por el atletismo que incluso se pedía permisos no remunerados para asistir a los torneos. Tras sacar su plaza como profesor de Educación Física, compaginó como pudo el deporte de élite con la enseñanza. Las ovaciones se las llevaba en la pista y en clase, donde sus alumnos lo felicitaban por sus éxitos.

La casa y el trabajo fijo lo tenía, pero el conformismo no estaba a la orden del día para él. Por eso un día se convirtió en el director de Relaciones Públicas de la Vuelta a España, un mundo desconocido para él. Pero que amaba profundamente, como el atletismo. Un empleo en el que le fueron claro: "Ponte tú el sueldo, uno que te permita vivir bien". Ahora es lo que hace: disfrutar de sus nietos y de la bicicleta.

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PREGUNTA. ¿Cómo acaba un chico de un pueblo de Huesca como vallista?

RESPUESTA. Era raro, porque hasta entonces normalmente salían corredores de fondo y de medio fondo. No teníamos ni pista, ni material sintético ni nada, nos limitábamos a correr por el monte y saltar las acequias. Empecé haciendo varios deportes, ojo.

P. ¿Qué otros deportes practicó?

R. Balonmano y fútbol, pero finalmente me decanté por el atletismo porque se me daba muy bien. Un día fui con el Club Atlético Monzón a Barcelona, a un campeonato de España juvenil y me vio un entrenador. Él me ofreció una beca para entrar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Barcelona.

P. Con usted se cumple que a los deportistas se les da bien más de una disciplina.

R. Normalmente, los deportistas de élite son gente bien dotada física y mentalmente. Si no estás bien en el plano mental, no llegas, porque igual no eres capaz de soportar la presión. Me decanté por el atletismo, tras probar varias cosas, porque en el fútbol y en el balonmano era mucho más difícil que viniera a verte un ojeador a un pueblo perdido de Huesca. La cinta y el cronómetro, en cambio, pone a cada uno en su sitio y te permite desarrollar tu potencial. Cuando tienes buena genética, puedes hacer bien varios deportes.

"Si no estás bien en el plano mental, no llegas, porque igual no puedes soportar la presión"

P. La salud mental era tabú en ese momento. ¿Cómo la ejercitaban?

R. Cuando empecé en la Selección, no teníamos ni médico ni fisio [risas]. Para suplir la falta de esos profesionales, tenías que ser muy bueno. Yo tenía claro que el atletismo me podía cambiar la vida porque venía de una familia humilde. Nací en la casa de mis abuelos, en la habitación que estaba encima de la cuadra de las vacas. De pequeño repartía leche por el pueblo, la de las vacas que mis abuelos ordeñaban. No teníamos más que eso para vivir. Cuando me llegó esa beca para ir a entrenar con los mejores, hablé con mi padre.

P. ¿Cómo se lo tomó?

R. Nos sentamos en la mesa y me dijo que iría si yo iba a aprovechar el tiempo y a estudiar, al margen del deporte. Él temía que a los 32 años volviera a casa y no supiera hacer nada, no pudiera desempeñar ningún oficio. Le prometí que haría ambas cosas y me saqué Educación Física. Gracias a esa beca pude estudiar sin ningún coste para mis padres.

P. Usted compaginó el atletismo con su trabajo como operario de fábrica antes de entrar en el CAR.

R. Yo llegué a cuarto de bachillerato y me pegué un año muy bueno con los amigos, pero no estudié nada. Mi padre me dejó claro que o se estudiaba o se trabaja. Entonces me puse a trabajar en una fábrica de maletas, en la cadena de producción, donde aprendí lo que no quería ser en la vida. Ese año me levanté a diario a las seis de la mañana y tenía que dar el jornal en casa. No era como ahora, que los hijos trabajan pero se lo quedan ellos.

placeholder Moracho corre con la antorcha olímpica. (Cedida)
Moracho corre con la antorcha olímpica. (Cedida)

P. En Barcelona retomó los estudios.

R. Sí, fue el compromiso al que llegué con mi padre. Quería estudiar Educación Física, una carrera que solo podía cursarse en Madrid y Barcelona. Hacía falta muy buena nota, pero saqué todo notables y sobresalientes y entré. Mi padre estaba muy orgulloso porque había cumplido mi palabra.

P. ¿Cómo llevó el cambio a Barcelona?

R. Bien, porque llegué a un sitio en el que estaba la élite nacional de todos los deportes. Yo era un crío de 16 años y alucinaba con toda la gente que había allí, además de con la estructura que había. Quise aprovechar esa posibilidad y lo hice. Es que estaban Manel Estiarte, Manolo Orantes… Era un lugar donde había campeones olímpicos.

P. ¿Qué le faltó a usted para ganar una medalla olímpica?

R. Quizá la genética. Si yo hubiera sido de raza negra, los mejores en mi especialidad, pues igual podría haberlo conseguido. Otros fueron mejores que yo, pero conseguí estar entre los mejores del mundo. Durante seis años, estuve en el top 15. Hubo algunos que fueron mejores que yo y no hay que darle más vueltas.

"Otros fueron mejores que yo, pero conseguí estar entre los mejores del mundo"

P. ¿Sintió algún complejo de inferioridad por la abundancia de talento?

R. No, en ningún momento, al contrario. Estar rodeado de deportistas de élite fue una motivación. En cuanto llegué a Barcelona, llamé a mi madre por teléfono y le dije que al pueblo solo iría de vacaciones porque quería triunfar. Entrenábamos incluso con mal tiempo porque pensaba que en Alemania o Inglaterra lo estarían haciendo y yo no podía perder un entreno.

P. Usted fue profesor durante 35 años. ¿Tenía claro que quería orientar su vida a la enseñanza?

R. No, no sabía a qué quería orientar mi vida. Estudié y me saqué el título de entrenador nacional. Como acababa de hacer la mejor marca europea del año, me invitaban a las mejores competiciones y por eso viajé a Estados Unidos. Aquello me hizo ver el mundo con otras perspectivas y por eso me preparé para la vida posterior. Eso pasaba por tener unos estudios. Mi mujer se empeñó en que me sacase unas oposiciones y lo hice.

P. ¿Se puede ser buen profesor sin tener vocación?

R. Yo vocación tenía, ojo. Mi vocación era enseñar las cosas que a mí me había gustado hacer. Yo hacía otras cosas con las que me ganaba mejor la vida, pero me gustaba dar clase de Educación Física. Además, lo hacía en un centro particular, donde había un 90 % de migrantes. Me encantaba ejercer y tener la oportunidad de explicarles a los chavales con problemas familiares cómo salir ahí.

placeholder Moracho enarbola la bandera española. (Cedida)
Moracho enarbola la bandera española. (Cedida)

P. ¿Sabían los alumnos quién era usted?

R. Sí, porque yo fui campeón de Europa y gané varias medallas cuando ya había sacado la plaza. Cuando ganaba se alegraban mucho porque, además, veían a su profesor por la televisión.

P. ¿Cómo hizo para compaginar ambas cosas?

R. Me pedía permisos no remunerados cuando tenía alguna concentración. La ventaja era que normalmente la temporada invernal la hacíamos los fines de semana. Luego, el grueso de los viajes de atletismo se hacían en verano, cuando tenía vacaciones. Podía compaginarlo bien.

P. ¿Viajar al extranjero en esa época era una experiencia revolucionaria?

R. Sobre todo cuando viajaba a los países del Este. Allí había muy buenos vallistas y me pedían que fuese a correr. Estuve en Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia…. Era un cambio social muy diferente. Hice muy buenos amigos, amistades que todavía conservo. Cuando pasan por Barcelona, siempre los veo.

"Cuando ganaba se alegraban mucho porque, además, veían a su profesor por la televisión"

P. ¿Qué le dice a aquellos que piensan que es el mejor vallista que ha habido en España?

R. Eso son calificaciones de la prensa que a mí me dan igual. Es muy difícil medir estas cosas, porque cada época tuvo sus métodos. Los materiales han evolucionado mucho en los últimos tiempos, por eso es una calificación que no tengo en consideración.

P. Sus primeros Juegos Olímpicos fueron los de Moscú 1980.

R. Ser olímpico es la máxima ilusión para cualquier deportista. Había hecho una de las mejores marcas del mundo un mes antes de Moscú, en Stuttgart. Tenía una ilusión tremenda. Lamentablemente, Rafa, la política siempre ha estado presente en el deporte y los países occidentales no estuvieron en esos Juegos Olímpicos. En Los Ángeles ocurrió lo contrario.

placeholder José María García es amigo de Moracho. (Getty/Carlos Álvarez)
José María García es amigo de Moracho. (Getty/Carlos Álvarez)

P. ¿Qué recuerda de Los Ángeles?

R. Fue una edición completamente diferente. Ten en cuenta que en Moscú los dormitorios estaban separados por sexos, había dos bloques. Y las mujeres tenían prohibido entrar al nuestro y viceversa. En Los Ángeles era todo libertad, había muchísima comida en el comedor…

P. ¿Se ganaba dinero en ese atletismo?

R. Sí, mi generación fue la que profesionalizó el atletismo. A finales de los 70, no se ganaba dinero alguno. Pero llegamos gente como José Manuel Abascal, José Luis González, Antonio Prieto… Empezamos a ganar cosas internacionalmente y nos propusimos empezar a cobrar por competir. Los americanos y los ingleses lo hacían, así que profesionalizamos el atletismo nacional.

P. Usted luego acabó ligado al ciclismo. ¿Cómo fue aquello?

R. El ciclismo siempre me gustó. De hecho, siempre he dicho que no fui ciclista porque no había club en mi pueblo. Cuando era pequeño, iba al bar del pueblo, donde llega el Heraldo de Aragón, para leer los resultados de la Vuelta, del Giro y del Tour. Al retirarme, me ofrecieron trabajar como director de Relaciones Públicas.

"Siempre he dicho que no fui ciclista porque no había club en mi pueblo"

P. Un trabajo en el que le dijeron que se pusiera usted el sueldo.

R. El director general vio que yo me relacionaba muy bien internacionalmente y quería que me quedara como relaciones públicas. Yo aún no me había retirado, pero tenía la vida solucionada por mi puesto como profesor. Mi aspiración había sido comprarme un piso y tener trabajo fijo, como la mayoría de los españoles. Y lo había conseguido. Al final acepté la propuesta, sin saber siquiera el dinero, que incluso me lo preguntó mi mujer. Luego me dijeron que me pusiera un sueldo, lo que necesitara para vivir bien. Así fue.

P. ¿Sufrió la fuerza de José María García?

R. Nos hicimos muy amigos. Yo viví la guerra de la prensa en primera fila, porque cada vez que alguien ganaba una etapa querían entrevistarlo. Estuve en momentos de tensión con García, José Ramón de la Morena, Manolo Lama… Afortunadamente, nos lo pasamos muy bien y soy amigo de todos. Con García, de hecho, hasta dormí una noche en su habitación porque me había tocado otro hotel, muy alejado de la siguiente salida. Él tenía una suite con tres camas y me lo ofreció.

P. ¿Todavía sigue montando en bici?

R. Sí, el mes que viene me voy a correr por quinto año el Atacama Challenge con Óscar Pereiro y Abraham Olano. Tengo que entrenar mucho para verles en la salida [risas].

"Yo solo aspiraba a tener una casa y un trabajo fijo, como todos los españoles". Esa era la pretensión de Javier Moracho (Monzón, Huesca, 1957), pero hizo mucho más que eso. A lo largo de su vida, también tuvo tiempo para convertirse en uno de los mejores vallistas de la historia de España.

Federación Internacional de Atletismo (IAAF)
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