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La jabalina es sexy
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Vetter y Röhler, los favoritos

La jabalina es sexy

Los alemanes controlan la disciplina de lanzamientos con algunos de las mejores marcas de todos los tiempos. Han posado para revistas con el fin de promocionar un deporte desconocido

Foto: Rohler, Hoffman y Vetter. (Imago)
Rohler, Hoffman y Vetter. (Imago)

Este sábado se disputa la final de jabalina en la que dos alemanes, Johannes Vetter y Thomas Röhler, han conseguido revitalizar la prueba hasta al punto de que será, a priori, uno de los platos fuertes del Mundial de Londres. Ambos se han enzarzado en una excelente rivalidad para demostrar quién es el mejor y acercarse, cada vez más, a un récord que parecía imbatible y que es de hace nada menos que 21 años. Lo consiguió el checo Jan Železný con un lanzamiento de 98,48. En mayo, en la Diamond League que se celebraba en Doha, Röhler consiguió lanzar la jabalina hasta los 93 metros y 90 centímetros, la segunda mejor marca de la historia. Dos meses después, el 11 de julio en Lucerna, Johannes Vetter lo hizo en 94,44, relegando a Röhler al tercer puesto y poniendo a la jabalina al rojo vivo un mes antes de que comenzara el Mundial. Pero hay más, ambos han conseguido además que la jabalina sea un deporte sexy. Sí. Tal cual.

Ser un hombre significa tener ventaja en muchos sentidos. Si nos ceñimos exclusivamente al mundo del deporte, ellos siempre serán tenidos en cuenta por sus hazañas muy por encima de lo que dicte su físico. Luego, si además de exitosos son atractivos eso que se llevan en contratos de publicidad, por ejemplo, pero sin ir más lejos Leo Messi, Michael Phelps o Usain Bolt no serían el prototipo de ‘ tío bueno’ y las marcas se los rifan. Bajo esta premisa, esta ventaja, existe la posibilidad de ser más desinhibido y tener menos reparos en mostrar tu cuerpo si es por una buena causa, porque no serán juzgados moralmente. Y fue así como el equipo de jabalina alemana decidió promocionar su disciplina demostrando que la jabalina es sexy.

El videoclip que desató el interés

Thomas Röhler tuvo la idea y se la propuso al resto del equipo de jabalina, Andreas Hofmann, Lars Hammann y Johannes Vetter, en una concentración en Sudáfrica el pasado mes de abril. Röhler fue también el autor y editor del vídeo en el que los cuatro atletas, en vaqueros, sin camiseta y embadurnados de aceite, muestran sus cuerpos en blanco y negro mientras suena la música y ellos levantan bidones, arrastran ruedas enormes, se apoyan en gradas mientras marcan tabletas y se tiran una botella de agua por encima, y sí, también lanzan la jabalina. El impacto del vídeo fue inmediato y consiguieron justo lo que querían: llamar la atención. “Fuimos incluso portada del diario Bild y muchos atletas lo han compartido a través de las redes sociales diciendo ‘mira a estos tipos, esta es una de las razones por las que practico atletismo, porque es un deporte genial. Nuestro objetivo era ese, demostrar que el atletismo es atractivo”.

Röhler, en la web ‘Spikes’ que pertenece a la Asociación Internacional de Atletismo, afirmó que la controversia que había generado el vídeo era positiva: “Nuestro deporte está fuera de los que son considerados como más mediáticos, como lo pueden ser el salto de altura o el salto con pértiga femenino y los principales medios de comunicación y los que no son aficionados se fijan sobre todo en lo sexys que son las deportistas, mientras que nosotros no somos evaluados en ese sentido. Estoy seguro de que muchos pensarán si era necesario mostrarnos así, pero a veces generar un debate, producir cierta controversia es bueno y conseguir atención para el atletismo era nuestro objetivo”. Vamos, que se han aprovechado de su físico para generar más atención y les ha salido redondo.

Una final apasionante

Más allá de lo atractivos o musculados que sean, si Vetter y Röhler no hubieran conseguido poner en peligro el récord de Železný, el vídeo se habría quedado en una mera anécdota en la que cuatro atletas demostraban tener el ego en muy buena forma, pero su extraordinario comportamiento en su deporte, su rivalidad bien entendida -son amigos- ha revivido una especialidad que no es de las más conocidas aunque sea de las más antiguas, ya que forma parte del programa de los Juegos Olímpicos desde 1908.

En la ronda de clasificación que se celebró el pasado jueves, Vetter se clasificó con un lanzamiento de nada menos que 91.20, el mejor de la historia, mientras que Röhler, actual campeón olímpico, lo hizo con un discreto 83.87, por detrás de su compatriota Andreas Hoffman con 85.62. La jabalina alemana está viviendo un momento de gloria y todos se preguntan cuál es el secreto. El técnico de la Federación Boris Obergföll -que fue bronce en jabalina en los mundiales de 1995 y del 2003 y que está casado con la también lanzadora Christina Obergföll, plata en Londres 2012 y por la que se cambió el apellido (de soltero era Boris Henry) tras una apuesta en el Mundial de Moscú en el 2013 en el que Christina ganó el oro y con él la apuesta antes de casarse- cree que además de una generación que supura talento se ha unido un gran avance técnico: “Hemos intensificado nuestra cooperación con la IAT, el Instituto de ciencias aplicadas al entrenamiento de Leipzig. La biomecánica y los cuidados médicos para evitar lesiones y optimizar los recursos naturales de cada atleta han sido exhaustivos y se están empezando a ver los resultados; hemos dado un gran paso adelante”.

Obergföll intenta además que los entrenamientos sean lo más amenos y variados posibles. No se trata solamente de lanzar una y otra vez la jabalina, sino de tratar al cuerpo como un todo y lograr la máxima flexibilidad y potencia con diferentes ejercicios y en distintas localizaciones. Así, por ejemplo, este año post olímpico el equipo se ha entrenado en sitios tan diferentes como Lanzarote o Sudáfrica.

placeholder Thomas Rohler. (reuters)
Thomas Rohler. (reuters)

Vetter y Röhler prometen emociones fuertes esta noche en Londres. El primero, a sus 24 años y nacido en Dresde comenzó practicando atletismo sin especializarse en nada en concreto hasta que en el 2014 entró a formar parte del cuerpo de policía de Sajonia y fue en los campos de entrenamiento donde conoció a Boris Obergföll, quien le convenció para que se dedicara a la jabalina, porque estaba genéticamente ‘diseñado’ para ello. Y vistos los resultados -su mejor por ahora en competición fue el cuarto puesto en Río-, no se equivocó. Mientras, Röhler, también con 24 años y nacido en Jena a 250 kilómetros de Berlín, comenzó practicando el triple salto y formó parte del equipo alemán de los 15 a los 18 años, pero la jabalina le llamó la atención, “probé y me apasionó”, asegura y desde entonces se ha dedicado a ello en cuerpo y alma. En Río Röhler se proclamó campeón con un lanzamiento de 90.30, quedándose a las puertas de batir el récord olímpico de 90.57 que el noruego Andreas Thorkildsen, su gran ídolo, logró en Pekín 2008.

La jabalina. De ser un deporte más a convertirse en uno de los que más expectación generan en este Mundial. Ese ha sido el salto que han conseguido los alemanes con su vídeo sexy, pero sobre todo con sus increíbles lanzamientos.

Este sábado se disputa la final de jabalina en la que dos alemanes, Johannes Vetter y Thomas Röhler, han conseguido revitalizar la prueba hasta al punto de que será, a priori, uno de los platos fuertes del Mundial de Londres. Ambos se han enzarzado en una excelente rivalidad para demostrar quién es el mejor y acercarse, cada vez más, a un récord que parecía imbatible y que es de hace nada menos que 21 años. Lo consiguió el checo Jan Železný con un lanzamiento de 98,48. En mayo, en la Diamond League que se celebraba en Doha, Röhler consiguió lanzar la jabalina hasta los 93 metros y 90 centímetros, la segunda mejor marca de la historia. Dos meses después, el 11 de julio en Lucerna, Johannes Vetter lo hizo en 94,44, relegando a Röhler al tercer puesto y poniendo a la jabalina al rojo vivo un mes antes de que comenzara el Mundial. Pero hay más, ambos han conseguido además que la jabalina sea un deporte sexy. Sí. Tal cual.