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Ruth Beitia, una parada técnica para poder volver a ser la saltadora que siempre fue
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es campeona olímpica de salto de altura

Ruth Beitia, una parada técnica para poder volver a ser la saltadora que siempre fue

Unas molestias en el psoas le ha desequilibrado la preparación de la temporada y le ha generado problemas en el hombro y la cadera. Seguirá entrenando, pero no competirá en un tiempo

Foto: Ruth Beitia. (EFE)
Ruth Beitia. (EFE)

El atletismo español ve las últimas dos marcas de Ruth Beitia y frunce el ceño. 1,80 en Roma y 1,85 en Helgelo, registros muy por debajo de lo que ella acostumbra. Hay un problema, es evidente, porque es junio y la atleta no está a su nivel. Y puede ser grave, porque tampoco está el atletismo español como para perder opciones en los Mundiales de Londres de este verano. Si Beitia no llega a tope, o no llega a tiempo, la delegación habrá perdido a una de sus piezas claves. No en vano, hablamos de una campeona olímpica hace solo un año.

Antes de cualquier consideración, hay que recordar que Ruth Beitia ya ha dado a la selección española todo lo que un deportista puede dar. Es, de hecho, la atleta femenina más laureada, especialmente brillante después de haberse retirado y haber vuelto. Tiene 38 años, una edad en la que la mayor parte de sus competidores han colgadoel dorsal​ las botas bastante tiempo antes. Es decir, pase lo que pase, se recupere o no, su labor en el deporte ya hecha.

La clave es que Ruth Beitia está lesionada. No tiene nada especialmente grave, las molestias le han dejado competir, pero no puede entrenarse con normalidad. Demasiado dolor como para ser regular en la practica es el mayor lastre posible para un deportista. Para compensar esos problemas ha decidido parar de competir y tomarse la preparación de una manera diferente.

"Ha sido un año de locura y hay que parar a tiempo. La pista cubierta empezó muy bien, con 1,98, y al aire libre también salté 1,92 fácil, pero en Roma tuve muchas molestias. Después de Hengelo (Holanda) lo consulté con Ramón (Torralbo, su entrenador) y decidimos parar para recuperarme al cien por cien", explica la saltadora. El principal problema se generó en el psoas, un músculo del muslo en el que tuvo un derrame que desequilibró el resto del cuerpo.

"Es un músculo muy potente que proporciona estabilidad a todo el cuerpo", cuenta en declaraciones a EFE. "Desde entonces mi cuerpo ha empezado a trampear, tengo problemas en la rodilla, la cadera y el hombro", relata. Esto es algo habitual, en el momento en el que una parte del cuerpo falla otras empiezan a hacer sobreesfuerzos y, en buena lógica, a resentirse.

Parar para volver más fuerte

La solución: parar. O Parar a medias, en este caso: "Hemos dejado de competir, no de entrenar, por supuesto. La cuestión es poder trabajar con un poco de sosiego, sin el agobio de estar siempre haciendo la maleta y el ajetreo de los viajes. Tengo que dedicar más tiempo a mí misma, que hace tiempo que no me encuentro".

Beitia lleva, además, un año especialmente agitado. Siempre es así cuando se ha ganado una medalla olímpica, más aún si, como en su caso, es de oro. Hace poco relataba a este periódico que este año está paseando mucho la medalla, lo cual es lo lógico en su situación. De momento, un poco más de calma y, pronto, volver a la rutina deportiva que la ha hecho grande.

"Me encanta competir, y a mi edad todavía más, pero el hombro no me deja hacer algunos de los ejercicios en los entrenamientos y no estoy para hacer buenas marcas. Espero que en unas semanas pueda recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente para poder ir al Mundial de Londres con garantías", explica la campeona olímpica, siempre con su sonrisa en la boca, pues pocos deportistas parecieron nunca más felices de lo que lo fue ella.

Ruth, de hecho, destaca su fuerza anímica incluso en la adversidad y comenta que en esta ocasión esto no ha cambiado, que igualmente es feliz aunque vengan un poco peor dadas: "Nada de depresiones ni de problemas anímicos, estoy fuerte en ese sentido. Me pierdo Estocolmo y la Copa de Europa, pero también es bueno dar oportunidades a otras atletas como mi gran amiga Saleta Fernández. Estoy con muchas ganas de ir a un Mundial con 38 años, Dios quiera que sea en las mejores condiciones físicas, una vez que hayamos reseteado el cuerpo

El atletismo español ve las últimas dos marcas de Ruth Beitia y frunce el ceño. 1,80 en Roma y 1,85 en Helgelo, registros muy por debajo de lo que ella acostumbra. Hay un problema, es evidente, porque es junio y la atleta no está a su nivel. Y puede ser grave, porque tampoco está el atletismo español como para perder opciones en los Mundiales de Londres de este verano. Si Beitia no llega a tope, o no llega a tiempo, la delegación habrá perdido a una de sus piezas claves. No en vano, hablamos de una campeona olímpica hace solo un año.

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