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El accidente de Hortelano no le quitó la ambición: apunta a un récord histórico
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reaparece después de la operación en su mano

El accidente de Hortelano no le quitó la ambición: apunta a un récord histórico

"Espero hacer cosas muy buenas en el futuro. Voy poco a poco, con el objetivo de Londres 2017, donde espero estar muy fuerte, incluso mejor que antes", dijo el plusmarquista español de 200m

Foto: Bruno Hortelano durante la rueda de prensa de este jueves (EFE)
Bruno Hortelano durante la rueda de prensa de este jueves (EFE)

Hay un punto de solemnidad en la entrada de Bruno Hortelano en la sala de prensa del Comité Olímpico Español. Incertidumbre por ver, por primera vez tras el accidente de tráfico, cuáles son las marcas físicas que han quedado en el velocista español, recordman nacional de 100 y 200 metros y una de las mayores promesas del atletismo en el país. Cuando aparece lleva la sonrisa marcada en la boca, una gorra bien calada y la mano derecha vendada. Quizá ha perdido algo de musculatura, aunque la holgada chaqueta que lleva no permite apreciarlo bien. De todos modos, él siempre fue un atleta fino, de definición escasa.

Su risa es acompañada por Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE) y anfitrión de la cita. A su izquierda, Alberto Armas, su agente y portavoz durante los últimos meses. Ahora no, ahora le toca hablar a él, que se ha mantenido lejos de la prensa y las redes sociales para centrarse en su recuperación. Lo primero, como era de esperar, los agradecimientos. Al propio Blanco, a Sanitas, al Hospital 12 de octubre de Madrid y a la clínica Quirón de Barcelona, a los fisios del CAR...

Foto: Bruno Hortelano. (EFE)

No son los típicos agradecimientos de compromiso, Hortelano se dabe en deuda de todos aquellos que le ayudaron en estos meses. Su accidente fue duro, un shock; su recuperación, según dice, marcha por los mejores caminos. El velocista habla con pausa y con cierto acento anglosajón, no en vano la mayor parte de su vida ha sido casi un nómada, siguiendo a sus padres, prestigiosos investigadores, por todo el mundo. Él mismo tiene fama de ser una de las mejores cabezas del deporte español, licenciado por Cornell en ingeniería biomédica. Y se nota por el aplomo que tiene, aunque en la cara aún se le vean los rasgos aniñados.

No me pongo como plazo para volver ninguna competición concreta, pero pienso estar en el Mundial de Londres 2017

En la parte médica, que es lo sustancial en un caso como este, las palabras son de aliento. "El trabajo que han hecho es espectacular, hoy llevo la venda, pero estoy deseando enseñar la mano, que es una obra de arte, por lo menos desde el punto de vista médico". No hay secuelas evidentes y dice que retomará la funcionalidad completa de todo. En el caso de que, en algún momento, pueda tener algún problema para hacer determinados ejercicios de pesas, tampoco lo ve como un drama. "Hay soluciones creativas que ya he empezado a hablar con mi entrenador", comenta el velocista.

Asumido que la maquinaria está bien, aunque en proceso de rehabilitación, el siguiente paso es pensar en el futuro atlético de la estrella, un tema que el fatídico 5 de septiembre estuvo en el aire y para el que las perspectivas no eran las mejores. "Ahora mismo no me pongo ningún plazo, ninguna competición en concreto, pero estoy haciendo una rehabilitación muy seria con los fisios y los médicos del CAR y ya he empezado a entrenar. Pesas, cardio, día a día, poco a poco, pero con algo en mente, un objetivo: pienso estar en Londres 2017", explica. Se refiere al mundial del próximo mes de agosto, la cita que todos los atletas tienen marcada a fuego en su calendario y que, además, será la última vez que Usain Bolt competirá.

Foto: Bruno Hortelano, durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Reuters).

Bruno Hortelano se ha demostrado en todos estos años como un deportista muy ambicioso. Es esa psicología, la de la constante superación personal, la que le sigue propulsando ahora mismo. Por eso no solo dice querer volver, lo que sería lo mínimo, sino ser mejor. "Si me recupero al 100% indicaría que me quedo como antes, pero yo quiero superar eso, pongamos el 110%", bromea el velocista. Las metas del chico siempre son brutales, y como muestra de ello el ejemplo lo da Alberto Armas, su agente. Cuenta que estos días se encuentran renovando contratos y mirando nuevos patrocinios, lo normal en estas fechas, y que Bruno le ha dado una pauta que quiere para sus nuevas firmas: un bonus en caso de que bata el récord europeo de Pietro Mennea en el 200.

Por poner en contexto, el de Mennea es un récord que data de 1979, está colocado en 19.72 y atletas como Lemaitre no han sido capaces de batir en todo este tiempo, él mismo tiene su récord nacional por encima de los 20 segundos. Es, por decirlo de algún modo, una entelequia, y la está buscando un deportista que nunca ha rebajado los 20 segundos en la prueba y que, además, acaba de salir de un accidente de tráfico brutal. Pero en Hortelano estas cosas tienen cierta armonía, él es forzosamente diferente a los demás.

Mantener el mismo entrenador

Llegar a ser quien fue requiere de una planificación concreta, la estrategia a seguir. Él, hasta el momento, se entrenaba en Estados Unidos, pero las circunstancias, al menos temporalmente, han cambiado. "Hasta que esté al 100% estaré en el CAR de Sant Cugat, luego me lo replantearé", comenta. Cuando tiene que abundar más en lo concreto explica que en España tiene las mejores condiciones posibles para entrenarse, pero pretende que su entrenador, Adrian Durant, le acompañe en esto. Es decir, que el cambio de residencia sea el del técnico, no el suyo, un proceso que está en construcción.

Tengo más motivación, más hambre, reconozco que hay mucha gente que no tiene tanta suerte y no habría podido salir

Sería un pensamiento obtuso considerar que todo esto no ha sido nada, que no ha cambiado nada desde aquel accidente en la A-6. Hortelano, cuando tiene que valorarlo, lo ve de un modo positivo. "Ha cambiado drásticalmente la importancia que le doy al entrenamiento serio, a la ética del trabajo. Si antes lo hacía al 95%, ahora quiero hacerlo al 100%, tengo más motivación, más hambre, reconozco que hay mucha gente que no tiene tanta suerte y no habría podido salir. Tengo mucho respeto por todo esto y quiero darlo todo por mí y por quienes me rodean", comenta. Del velocista, antes se decía que era un atleta diferente, que si entraba en la pista de preparación y no se veía en su mejor día cancelaba el entrenamiento, pues solo hacía sesiones de máxima calidad. Algo anómalo en un deportista, en todo caso. Cuando tiene que decir otro objetivo lo tiene claro: "Esto me ha dado una motivación de más, para enfocarme en estos años que vienen hasta Tokio".

Cuando habla de centrarse a tope en el atletismo da un paso más. Supone también dejar sus estudios de posgrado, que ya tendrá tiempo para retomar más adelante. Ahora el atletismo es una figura única en su vida, el centro de todo y el modo de canalizar su ambición desbordante. La mentalidad, su trabajo en la psicología, tienen mucho que ver con que Hortelano. "Todo ha sido mantener el entorno muy positivo, desde el primer momento me noté que de esta salía y salía muy bien, he entrenado mucho la psiología y me ha ayudado en este obstáculo", remata el velocista, sin perder la sonrisa.

Se despide Hortelano. Sesión de foto y vídeo, levanta su mano derecha como si fuese a hacer un gesto de surfero, aunque la tiene vendada. Vuelve a Barcelona. Por más que esté concienciado, en el fondo sabe que el camino es largo y pedregoso, lo que queda por delante no es fácil, aunque se puede hacer más fácil si, como él, se tienen las cosas claras.

Hay un punto de solemnidad en la entrada de Bruno Hortelano en la sala de prensa del Comité Olímpico Español. Incertidumbre por ver, por primera vez tras el accidente de tráfico, cuáles son las marcas físicas que han quedado en el velocista español, recordman nacional de 100 y 200 metros y una de las mayores promesas del atletismo en el país. Cuando aparece lleva la sonrisa marcada en la boca, una gorra bien calada y la mano derecha vendada. Quizá ha perdido algo de musculatura, aunque la holgada chaqueta que lleva no permite apreciarlo bien. De todos modos, él siempre fue un atleta fino, de definición escasa.

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