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Diego García Carrera, el hombre que mete más marcha que nadie al atletismo español
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el marchador más prometedor de nuestro país

Diego García Carrera, el hombre que mete más marcha que nadie al atletismo español

Está llamado a recoger el testigo de los grandes de la marcha española. Su palmarés invita a pensar que dará gloria al atletismo español en el futuro. “Lo tiene todo para triunfar”, dice su entrenador

Es una de las especialidades que más gloria ha dado al deporte español. Fue Jordi Llopart, que apareció de la nada, el que impulsó la marcha atlética en un país que en aquella época apenas alumbraba estrellas en el mundo del deporte. Con un oro en el Campeonato de Europa en 50 kilómetros (Praga/1978) y una plata en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), el marchador catalán abrió una puerta por la que entraron en tropel muchos atletas que con el tiempo también dieron brillo a España. Aquella semilla siguió dando frutos hasta hoy en día, cuando una joven figura asoma la cabeza para tomar el relevo de los García Bragado y compañía, que en los últimos tiempos han dado más de una alegría al deporte nacional. Con una agenda cargada de duros entrenamientos, más los estudios y la música, crece día a día y con fuerza la figura de Diego García Carrera (Madrid, 19 de enero de 1996). Con un palmarés ya cargado de éxitos -oros en la Copa de Europa y el Campeonato Europeo Junior, además de una plata en el Mundial Junior, siempre en 10 kilómetros-, se presenta claramente como el elegido para ser el estandarte de la marcha española durante los próximos años.

“Normalmente no lo soy, pero en este caso soy optimista. Creo que ganará medallas internacionales importantes y por edad llegará con opciones de ganar una olímpica, que es la máxima aspiración de un deportista, en los Juegos de Tokio 2020”, relata en charla con El Confidencial su entrenador. José Antonio Quintana da una primera pincelada contundente de este joven atleta, que recuerda para empezar que llegó a la marcha “por pura casualidad, cuando hacía atletismo y un compañero me animó a competir en esta especialidad porque nadie lo hacía, o eran muy malos, en un Campeonato de España para cadetes. Fue entonces cuando descubrí que esto se me daba mejor que el fondo. Y hasta hoy”. “Es muy importante tener buenos entrenadores y en España siempre los hemos tenido. Cuando aparece una estrella como Llopart, es más fácil transmitir una buena enseñanza a las nuevas generaciones. Por ello creo que España siempre ha tenido un buen nivel en marcha”, destaca García Carrera.

Los inseparables libros

Su rutina apenas sufre variaciones. El tiempo libre es escaso, muchas semanas inexistente, porque en la aventura en la que se ha embarcado el nivel de exigencia es superior. Todo está encaminado a cumplir un sueño, que es participar en unos Juegos. “Me fascinaron los de Atenas de 2004, cuando tenía 8 años, y fue entonces cuando decidí que tenía que participar en una cita olímpica como fuera”, comenta el marchador, que subraya que “me puse a correr porque el deporte rey es el atletismo en esta cita y era el primero en mi lista de prioridades, aunque me daba igual la especialidad”. Reconoce que esa exigente rutina “te quita muchas cosas y a veces te quema, pero al final los éxitos compensan el desgaste mental y físico”, y asume estar ya acostumbrado “a no disfrutar de la vida como lo hacen mis amigos, que hace un año entraron en la universidad y comenzaron a vivir las clásicas fiestas, algo que yo no puedo. Es un fastidio, pero luego me doy cuenta de que tengo otras cosas que ellos no tienen, como cumplir el sueño de estar en unas Olimpiadas. Yo prefiero ser olímpico...”.

Con los Juegos de Río en el horizonte, donde puede alcanzar el sueño de su niñez, los entrenamientos se suceden sin descanso. Con sesiones dobles, sólo descansa el sábado. Pero sólo el físico, porque toca abrir los libros -estudia Gestión y Administración de Empresas- para estar listo para emprender un nuevo rumbo cuando deje el atletismo. “García Bragado es la referencia del mundo de la marcha, para mí es el mejor atleta español de la historia; es mi ídolo de siempre”, dice emocionado cuando habla de su veterano compañero, que competirá en Río de Janeiro -séptima cita olímpica en la que participará- con 46 años. “Es una persona única y todo lo que ha conseguido ha sido con limpieza”, resalta, pero dejando claro que “aunque me encanta la marcha, en la vida hay que dar prioridad a otras cosas. A día de hoy no me veo a esa edad marchando”. Eso sí, anima al gran público a practicar su deporte, ahora que está de moda el bautizado como 'running': “La marcha es más beneficiosa y ayuda más; muchas veces la gente corre con mala técnica y en vez de tonificar o perder peso, fastidian su cuerpo. Con la marcha es más fácil y sólo hay que seguir con corrección una serie de indicaciones”.

Acompañado por un trombón

“Es un ganador nato, perfeccionista, inconformista y siempre sale a ganar”, recalca Quintana para subrayar la enorme valía del joven atleta, añadiendo que “dejando al margen unas cualidades físicas extraordinarias, su gen competitivo es el que marca la diferencia, de ser primero o segundo o estar detrás cuarto. Para optar a medallas hace falta un plus más y en este caso es el mental. No sé hasta dónde llegará Diego, pero tiene todas las herramientas y capacidades para llegar muy alto. Vamos a trabajar para alcanzar medalla en los Juegos de 2020 y 2024”. Mientras, el protagonista apunta que “el físico, obviamente, es necesario, pero por otro lado se ve que la gente que no es poderosa psicológicamente dura poco o no llega a la élite. Siempre tenemos que tener muy claro cuáles son los objetivos, cómo llegar a ellos y lo que no debemos hacer”. Y pone como ejemplo a seguir, como la mayoría de deportistas españoles, a Rafa Nadal: “Siempre le he admirado mucho. La gente suele tener ídolos mediáticos, pero para mí los futbolistas no lo son porque no hacen los esfuerzos y sacrificios que nosotros”.

La música forma parte fundamental de su vida. Un trombón le acompaña a todas partes y quién sabe si en algún momento de su vida es lo que le dará de comer. “Cuando era niño daba bastante por saco y mis padres pensaron que con la música me relajaría. Entré en el conservatorio Arturo Soria y tuve que elegir entre cuatro o cinco instrumentos; fue la bedel la que me dijo que eligiera el trombón porque era guay. Aunque al principio pensaba en pasarme al piano tras un año, me gustó mucho el trombón… y hasta ahora”. “Sí, la música forma parte de mi vida porque el año pasado acabé el grado profesional en el conservatorio”, comenta, y destaca que “ensayo casi todos los días y me apasiona. La música me ha encantado siempre y voy a seguir con ella. Si se diera la oportunidad, por qué no dedicarme profesionalmente. El problema es que en España es difícil vivir de la música hoy en día. En fin, ya se verá”.

La lacra del dopaje

“No supuso un 'sock' porque nosotros lo sabíamos desde hacía tiempo”, dispara cuando habla de la sanción que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) impuso a Marta Domínguez. “Está claro que si encuentran sustancias en tu casa, no son para tu primo… Resumiendo, sabemos que había estado relacionada con el dopaje”. Diego sí tiene claro que “en España se ha mejorado en la lucha antidopaje y a nosotros, los más jóvenes, se nos ha educado de otra manera. Considero que es muy difícil que en el mundo del atletismo, la gente de mi generación se dope. Debería estar loco el que lo hiciera… Hace décadas lo de doparse era una posibilidad, pero en los últimos tiempos se ha avanzado mucho para que no suceda”.

Siguiendo con este asunto, el marchador español considera que “la base de todo es la educación, de eso no tengo dudas. Hace años se hablaba de que la Blume era un nido de dopaje, tal y cual… Pero yo llevo cuatro años aquí y por mis resultados, por ejemplo, me deberían haber ofrecido algo y no ha sido así. Ni de coña…”. “El dopaje está lejos de nosotros y ahora hay nuevas técnicas para detectarlo a tiempo”, destaca. “Los controles antidopaje que se realizan son los mismos para todos. Si hubiera gente pensando en dopar a atletas, insisto, alguien tenía que haberme ofrecido alguna sustancia a mí por mi juventud y por los resultados que he obtenido”, recalca. “Eso sí, a veces pensamos que en muchas oportunidades los dopados están demasiado protegidos por la justicia en el marco actual”, destaca para terminar.

Es una de las especialidades que más gloria ha dado al deporte español. Fue Jordi Llopart, que apareció de la nada, el que impulsó la marcha atlética en un país que en aquella época apenas alumbraba estrellas en el mundo del deporte. Con un oro en el Campeonato de Europa en 50 kilómetros (Praga/1978) y una plata en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), el marchador catalán abrió una puerta por la que entraron en tropel muchos atletas que con el tiempo también dieron brillo a España. Aquella semilla siguió dando frutos hasta hoy en día, cuando una joven figura asoma la cabeza para tomar el relevo de los García Bragado y compañía, que en los últimos tiempos han dado más de una alegría al deporte nacional. Con una agenda cargada de duros entrenamientos, más los estudios y la música, crece día a día y con fuerza la figura de Diego García Carrera (Madrid, 19 de enero de 1996). Con un palmarés ya cargado de éxitos -oros en la Copa de Europa y el Campeonato Europeo Junior, además de una plata en el Mundial Junior, siempre en 10 kilómetros-, se presenta claramente como el elegido para ser el estandarte de la marcha española durante los próximos años.

Marta Domínguez
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