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Justin Gatlin mete miedo a Bolt
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marca 9,83 en la primera ronda de los 100 metros

Justin Gatlin mete miedo a Bolt

El atleta más veloz del mundo en los dos últimos años metió presión al plusmarquista y campeón mundial con una marca intimidatoria de 9.83 en los clasificatorios de los 100 metros

Foto: El duelo Bolt/Gatlin está servido (Reuters)
El duelo Bolt/Gatlin está servido (Reuters)

El estadounidense Justin Gatlin, el atleta más veloz del mundo en los dos últimos años, metió presión al plusmarquista y campeón mundial, Usain Bolt, con una marca intimidatoria de 9.83, el mejor registro en 100 metros jamás conseguido en la primera ronda de unos campeonatos del mundo. El atleta más famoso del planeta, Bolt, tomó contacto con la pista que lo lanzó al estrellato siete años atrás en los Juegos Olímpicos, pero la increíble forma de Gatlin le aconsejó prudencia. Fue uno de los ocho que bajaron de los 10 segundos y no desplegó su habitual protocolo de gestos. Se limitó a ganar su serie con 9.96.

Inopinadamente, el astro jamaicano regresa al escenario donde escribió el primer capítulo de su leyenda disimulado en el sexto lugar del ránking mundial del año con una marca de 9.87 nada impresionante para un hombre capaz de correr el hectómetro en 9.58. Pero 'El Relámpago' no acostumbra a fallar en las grandes ocasiones. Lo hizo en los Mundiales de Daegu 2011, sólo porque se precipitó en la salida y fue descalificado.

El primero de los favoritos en comparecer en pista fue un jamaicano, Asafa Powell, segundo más rápido del año (9.81), que ganó la primera serie con 9.95, corriendo por la calle dos. Le siguió, en la segunda, el barbudo Tyson Gay, último campeón mundial estadounidense (Osaka 2007), que parte, curiosamente con igual marca de la temporada que Bolt. El norteamericano, suspendido un año por dopaje, ganó en 10.11 con viento contrario de 1,4 metros, apretado a su izquierda por el jamaicano Nickel Ashmeade (10.19).

Más veloz que nunca

Gatlin, el más rápido del mundo los dos últimos años (9.77 en 2014, 9.74 esta temporada), tuvo que esperar a la penúltima serie, la sexta, que ganó sin despeinarse por la calle nueve en 9.83 entre tímidos abucheos del público, que no le perdona su pasado. El estadounidense se presenta más veloz que nunca a sus 33 años, bastante más que en la etapa anterior a sus cuatro años de castigo por dopaje, y con la responsabilidad de recuperar el cetro mundial de la velocidad para Estados Unidos, después de ocho años de dominio jamaicano.

La aparente igualdad entre un puñado de contendientes contuvo los gestos y aplacó aspavientos desafiantes que fueron frecuentes entre los grandes velocistas de otros tiempos. Bolt fue la única excepción, saludando al público antes de apostarse en los tacos. El pinchadiscos le correspondió con un tema de Bob Marley. Junto a los consagrados, brilló con fuerza un estadounidense de 20 años, Trayvon Bromell, vencedor de la cuarta serie en 9.91, la mejor marca jamás conseguida en la primera ronda de un Mundial, con un estilo impecable y un cuerpo forjado en muchas horas de gimnasio. Fue el primer júnior en bajar de los 10 segundos.

HIstórico Mo Farah

Mo Farah revalidó en la jornada inaugural de los Mundiales su título de campeón de 10.000 metros batiendo en la última vuelta a la armada keniana, que se había conjurado para despedazarlo. Sin la menor muestra de fatiga en el rostro, Farah fulminó en la única final sobre la pista a sus cuatro compañeros de fuga con un ataque sostenido a 500 metros del final y pese a sufrir un tropezón al toque de campana, terminó venciendo con 27:01:13 después de hacer el último giro en 55 segundos.

El keniano Geoffrey Kipsang Kamworor, campeón mundial de cross y de medio maratón, se tuvo que conformar con la plata (27:01.76) y su compatriota Paul Tanui con el bronce (27:02.83). Desde que perdió ante el etíope Ibrahim Jeilan en la final de 10.000 de los Mundiales de 2011, Farah ha ganado cinco grandes títulos (olímpicos o mundiales) consecutivos. Con este sexto remata un logro sin precedentes que aún puede mejorar si gana también los 5.000. Fondistas legendarios como Haile Gebrselassie, Kenenisa Bekele, Emil Zatopek o Paavo Nurmi no llegaron a tanto.

Christina Schwanitz, oro en lanzamiento en peso

La única final femenina de la jornada, la de peso, coronó por vez primera a la alemana Christina Schwanitz, que sucede a la ausente neozelandesa Valerie Adams, campeona las cuatro últimas ediciones de los campeonatos. Una marca de 20,37 en el tercer turno le dio el triunfo a Schwanitz, primera en el ránking mundial del año y autora de cuatro de los cinco mejores lanzamientos de la temporada. El mejor de todos, de 20,77 metros, realizado aquí en Pekín, el 20 de mayo. Operada de hombro y codo en septiembre pasado, Adams regresó a la competición pero renunció a los Mundiales por considerar que su forma física actual no se compadece con su prestigio.

Tampoco estaba la rusa Evgeniya Kolodlo, subcampeona olímpica, que se recupera de una lesión de muñeca, y con tales ausencias aumentaban las esperanzas chinas de situar en el podio a Gong Lijiao, quinta en los Juegos de Pekín 2008. Después había ganado un bronce olímpico y dos en mundiales. Gong empezó dominando con 20,30 en su primer lanzamiento. La alemana tomó la cabeza en el tercer turno (20,37) y ya no abandonó ese puesto. La china se fue con la plata y la estadounidense Michelle Carter las acompañó en el podio con 29,76. Curiosamente, Bielorrusia era el país mejor representado en la final, con tres atletas -Aliona Dubitskaya, Yuliya Leantsiuk y Natallia Mikhnevich-, las tres con infracciones de dopaje en su historial, que terminaron sexta, séptima y octava, respectivamente.

El estadounidense Justin Gatlin, el atleta más veloz del mundo en los dos últimos años, metió presión al plusmarquista y campeón mundial, Usain Bolt, con una marca intimidatoria de 9.83, el mejor registro en 100 metros jamás conseguido en la primera ronda de unos campeonatos del mundo. El atleta más famoso del planeta, Bolt, tomó contacto con la pista que lo lanzó al estrellato siete años atrás en los Juegos Olímpicos, pero la increíble forma de Gatlin le aconsejó prudencia. Fue uno de los ocho que bajaron de los 10 segundos y no desplegó su habitual protocolo de gestos. Se limitó a ganar su serie con 9.96.

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