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Ruth Beitia, la recompensa tardía al empeño de una saltadora incansable
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LOGRA SU PRIMERA MEDALLA MUNDIALISTA A LOS 34 AÑOS

Ruth Beitia, la recompensa tardía al empeño de una saltadora incansable

Era el día de Ruth Beitia. A la sexta fue la vencida para la cántabra que por fin logró una medalla en un Mundial: la de bronce, con un salto de 1,97

Foto: Ruth Beitia logró la medalla de bronce en el Mundial de Moscú
Ruth Beitia logró la medalla de bronce en el Mundial de Moscú

Era el día de Ruth Beitia. A la sexta fue la vencida para la cántabra y por fin llegó una medalla en un Mundial: la de bronce. El estadio de Luzniki se llenó por primera vez desde que empezó el Mundial y Ruth era consciente de la responsabilidad que tenía encima. Como capitana del equipo español, todos esperaban algo grande de ella y más después del sabor agridulce que dejó la prueba de Eusebio Cáceres el día anterior. El saltador de Onil se quedó a 1 centímetro de lograr medalla. La suerte no sonrió entonces a España, pero sí lo hizo ayer, en el salto de altura y con Ruth como protagonista. A la sexta (participación en un Mundial) fue la vencida. Sólo había que verla al terminar la prueba: “Estoy feliz, feliz, feliz”.

La felicidad le llegó a Ruth Beitia con 34 años. No es que antes no cosechara más éxitos, pero el de ayer fue especial. Por muchas razones, fue la medalla más importante de su vida. La cántabra llegaba a este Mundial como capitana del equipo español, consciente de que podía lograr algo importante después de proclamarse campeona de Europa de pista cubierta y, también, tras lograr el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Londres. Porque, aunque eso fue hace un año, influyó de forma directa en lo que Ruth logró ayer. Después de la cita olímpica, la saltadora decidió retirarse y enfocó su vida a disfrutar: patinar, ir a la playa… Cuando el invierno llegó a Santander, apareció también la lluvia y Beitia, aconsejada siempre por su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo, decidió regresar. Desde su vuelta, le ha ido más que bien.

En la última década, Ruth Beitia no se ha perdido ni un Mundial ni ningunos Juegos Olímpicos. Siempre ha sido fiel a la cita que tocara, aunque en algunas ocasiones se llevará un sabor amargo de la competición. Ayer eso no sucedió, falló en el salto de 2.00 metros, pero hasta el 1.97 su trayectoria fue impecable, ni un solo nulo. Lo mismo le ocurrió a la rusa y actual campeona olímpica Anna Chicherova, con quien compartirá el bronce. Ocho años después, la cántabra logró saldar cuentas de aquel oro que la ayer saltadora local le arrebató en el último salto en los Europeos celebrados en sala en Madrid por el 2005. La ganadora fue la también rusa, Shkolina, y segunda la estadounidense Brigetta Barrett.

Tras conocerse ganadora de la medalla de bronce, Ruth Beitia estalló de felicidad: "¡Qué regalazo! Después de la vuelta, dos medallas. La del Europeo, en la que no pudo estar Ramón y ésta, mi primera medalla en un Mundial al aire libre, y estaba Ramón. Estoy feliz, feliz, feliz", afirmó, exultante. La atleta se acordó de su entrenador tras lograr el bronce, ya que Torralbo no pudo acudir a Helsinki, cuando logró el oro al aire libre en 2012, ni a Goteborg, cuando también quedó campeona, por problemas personales: “El cincuenta por ciento de la medalla le pertenece. Es tan suya como mía, así que no sé si se la tengo que dedicar yo a él o él dedicármela a mí. Nos hemos dado un abrazo. Ya tenía ganas de abrazarlo después de conseguir una medalla porque ya tocaba con él. Esto es de Ramón y mío, llevamos 23 años juntos".

Todavía convenciéndose de lo que había logrado, Ruth Beitia dejó la puerta abierta a su continuidad. "¿Si voy a seguir? Nunca se sabe. Me veo con ganas, capacitada y con la ilusión de seguir". De momento, la cántabra ha cosechado uno de los mayores éxitos de su carrera deportiva y ha visto compensada su vuelta a las pistas de la mejor forma posible, subiéndose al podio de un Europeo y un Mundial: "Ha merecido la pena seguir”, concluyó.

Era el día de Ruth Beitia. A la sexta fue la vencida para la cántabra y por fin llegó una medalla en un Mundial: la de bronce. El estadio de Luzniki se llenó por primera vez desde que empezó el Mundial y Ruth era consciente de la responsabilidad que tenía encima. Como capitana del equipo español, todos esperaban algo grande de ella y más después del sabor agridulce que dejó la prueba de Eusebio Cáceres el día anterior. El saltador de Onil se quedó a 1 centímetro de lograr medalla. La suerte no sonrió entonces a España, pero sí lo hizo ayer, en el salto de altura y con Ruth como protagonista. A la sexta (participación en un Mundial) fue la vencida. Sólo había que verla al terminar la prueba: “Estoy feliz, feliz, feliz”.

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