Es noticia
Cuando el honor se sitúa por encima del triunfo
  1. Deportes
  2. Atletismo
EL ATLETA ESPAÑOL IVAN HERNÁNDEZ, TODO UN EJEMPLO DE DEPORTIVIDAD

Cuando el honor se sitúa por encima del triunfo

La mítica frase del Barón Pierre de Coubertain en los Juegos Olímpicos de Londres 1908, ese famoso “lo importante es participar”, sería muy difícil de aplicar

Foto: Cuando el honor se sitúa por encima del triunfo
Cuando el honor se sitúa por encima del triunfo

La mítica frase del Barón Pierre de Coubertain en los Juegos Olímpicos de Londres 1908, ese famoso “lo importante es participar”, sería muy difícil de aplicar en el deporte de hoy en día, máxime si hablamos del alta competición. Todos juegan para ganar, nadie se conforma con el mero hecho de tomar parte en una u otra competición. El ansia de victoria, la necesidad de alcanzar el éxito y la popularidad, superar al adversario… Todo eso se ha convertido en la panacea del deporte de élite. Aún así, el juego limpio, el ya tan popular anglicismo del ‘fair play’, aún permanece en el ADN de muchos deportistas, y el más claro ejemplo lo encontramos en el alavés Iván Fernández Anaya, cuyo gesto en el pasado Cross Internacional Hiru Berri de Burlada (Pamplona) es digno del mismísimo Coubertain.

El atleta del conjunto Bikila disputaba, junto a otro centenar de atletas, una de las pruebas incluidas dentro del calendario internacional de la disciplina. Un circuito exigente, al que se unían las complicadas condiciones meteorológicas reinantes en el norte de nuestro país por estas fechas y sobre el que Abel Mutai era indudablemente el máximo favorito. El keniata, reciente medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres en 3.000 obstáculos, se situaba un escalón por encima del resto de participantes, quienes difícilmente parecían poder discutirle el triunfo.

Sin embargo, por aquellas vicisitudes que tiene la vida, Iván iba a disponer de una oportunidad pintiparada para doblegar a uno de los grandes de la distancia. A unos cien metros de la línea de meta, con Mutai en la primera posición e Iván Fernández, segundo y a escasas cinco zancadas, el keniata se detuvo dando por acabada la prueba y su victoria (incluso llegó a saludar al público). El atleta español, sorprendido por la actitud de su rival, lejos de atacar, esprintar y llevarse la victoria, indicó a su adversario que aún debía continuar unos metros más para cruzar la meta. El africano, algo desorientado, incluso tuvo que ser ayudado por el propio Iván para llegar al destino y certificar su triunfo. ¿Pudo haber sido el momento de gloria de nuestro protagonista? Sí, sin duda, pero como el propio vitoriano declara a El Confidencial “hubiera sido injusto. Mutai había atacado unos metros antes y yo no podía seguirle, la victoria era claramente para él”.

El gesto denota una humanidad extraordinaria y una forma de entender el deporte que lo ejemplifica. Sin embargo, como todo en la vida, Iván ha tenido que escuchar voces discordantes que no están de acuerdo con lo que hizo, que no entienden por qué desperdició la gran oportunidad de derrotar a un medallista olímpico. “Me salió del alma. No me pareció ético ganar en esas circunstancias, no era una victoria que me perteneciera y no dudé en hacer lo que hice”, explica. “Según con quien hable, me dan la enhorabuena por la actitud deportiva o me insisten en que debiera haber ganado, porque reconocer el circuito es parte también de la carrera me dicen. El caso es que yo me siento bien con lo que hice, y eso es lo verdaderamente importante”, añade.

Lo curioso del caso es que Abel Mutai, quizá descolocado por la situación y el esfuerzo, ni siquiera agradeció el gesto a un Iván que, sin embargo, le disculpa. “No dudo de su capacidad como persona. Llegó a la meta exhausto, casi sin poder hablar, así que no pasa nada”.

Próximo objetivo, el campeonato del mundo

Con el Cross de Burlada aún en la retina, “y con lo que cuesta ganar a los africanos” en las pruebas de fondo, Iván Fernández afronta su próximo reto, tomar parte en el próximo Mundial de Cross, en marzo. El vitoriano, internacional en todas las categorías inferiores, tiene la espinita clavada de no haber logrado una plaza para los Europeos que se disputan este mismo fin de semana. “Ahora tengo que prepararme al máximo para conseguir llegar al Mundial. En estos momentos me encuentro en buena forma y creo que puedo lograrlo”, confiesa.

Desde luego, si ha sido capaz de plantarle cara a todo un Abel Mutai, su condición física indica que la plaza para el citado campeonato del mundo debe ser una realidad. De momento, lo que Iván Fernández ha demostrado es que detrás de un gran profesional hay una persona cargada de ética y dignidad, capaz de tomar una decisión difícilmente aplicable a más de 180 pulsaciones por minuto. Y es que, a veces, los principios están por encima del triunfo, por muy importante que éste sea.

La mítica frase del Barón Pierre de Coubertain en los Juegos Olímpicos de Londres 1908, ese famoso “lo importante es participar”, sería muy difícil de aplicar en el deporte de hoy en día, máxime si hablamos del alta competición. Todos juegan para ganar, nadie se conforma con el mero hecho de tomar parte en una u otra competición. El ansia de victoria, la necesidad de alcanzar el éxito y la popularidad, superar al adversario… Todo eso se ha convertido en la panacea del deporte de élite. Aún así, el juego limpio, el ya tan popular anglicismo del ‘fair play’, aún permanece en el ADN de muchos deportistas, y el más claro ejemplo lo encontramos en el alavés Iván Fernández Anaya, cuyo gesto en el pasado Cross Internacional Hiru Berri de Burlada (Pamplona) es digno del mismísimo Coubertain.