"El oxígeno es dopaje". El alpinista que sube a pulmón el Everest y baja las botellas de otros
"Yo, si subo al Everest, que sea porque mis pulmones y mi cuerpo lo soportan", dice Txikon, que colecciona botellas de oxígeno que ha recogido en sus expediciones
Alex Txikon sube sin oxígeno, pero baja con él. Para ser más preciso: baja cargado con las botellas vacías que otros dejan abandonadas en los campos de altura. Las que sujeta en la foto que encabeza este texto, halladas en esta expedición, son del año 1975. La más antigua de su colección, de varias decenas, es del año 1954. La recuperó en el K2.
"El oxígeno es dopaje. Yo, si subo al Everest, que sea porque mis pulmones y mi cuerpo lo soportan. Dicho esto, mi convicción es que la montaña es para todos y cada uno elige cómo alcanza la cumbre. Solo pido que se respete el lugar tan delicado donde estamos… que bajes los desperdicios, que trates con empatía a las personas que te atienden, que se utilicen las letrinas...".
Estos días de lenta espera impuestos por la meteorología y que tan mal encajan con las actuales exigencias mediáticas de inmediatez son un buen momento para abordar con Alex Txikon el uso de oxígeno en altitud. ¿Crees que ascender con o sin oxígeno tiene el mismo valor? “No. Como te he dicho, creo que su uso es dopaje. Hay alpinistas que suben con una presión de 0,5 bares y se engañan intentando autoconvencerse de que, con esa presión, el efecto es imperceptible. O subes con o sin. ¿Para qué cargar con 4 kg si no vas a chutarte?”. Y con el gráfico de la meteo prevista para los días de ataque a cumbre en la mano, prosigue: “Mira, ahora mismo marca 40 grados bajo cero, 56 bajo cero de sensación térmica. Hay mucha diferencia entre estar enchufado o no, sea a 0,5 o a 2 bares. El oxígeno te da calor”.
La Lista de Sustancias y Métodos Prohibidos que elabora cada año la Agencia Mundial Antidopaje establece en su apartado M1.2 como método prohibido la “mejora artificial de la captación, el transporte o la transferencia de oxígeno”.
Hipoxemia severa
En una anterior crónica sobre esta expedición le pedimos opinión al respecto al doctor César Canales: "En hipoxemia severa, como la que tendrá Alex Txikon, con sensaciones térmicas inferiores a los 50 grados bajo cero, es decir, hipotermia, y a más de 8.000 metros de altitud, habrá vasoconstricción y redistribución vascular con taquicardia para intentar asegurar aporte de oxígeno a órganos clave. Si llevas oxígeno artificial, esta terrible adaptación es menos lesiva”.
"En nuestra expedición —afirma Alex Txikon— no se ha usado oxígeno y hemos llegado a cota ocho mil. Cuando ataquemos la cumbre, los sherpas se lo pondrán desde el Campo 4. Así lo hemos convenido entre nosotros. Llevan dos botellas cada uno, máscara y regulador. Temba Bhote y Ali Sadpara también lo usarán. Yo no llevaré botellas, ni máscara ni regulador. Evidentemente, si me da un 'chunganzo' y me estoy muriendo, me pondrán oxígeno. Pero mi voluntad es subir y bajar sin él. Si lo necesitase en algún momento, no habría logrado mi propósito. Al llegar a la cumbre tienes el 40% hecho, el otro 60% te lo apuntas al pisar el Campo Base de nuevo".
Le preguntamos a Temba cuántas botellas de oxígeno llevan los clientes de las expediciones comerciales en las que él ha participado: tres o cuatro, nos dice. Los sherpas usan dos. Los primeros se ponen el oxígeno desde el Campo 3, a 7.000 metros. La presión entre 1,5 y 2 bares, nunca más de 2. Aclara Temba que si aumentas la presión demasiado, el oxígeno se vuelve más líquido y se pierde. Los clientes quieren presiones de 3 y 4, pero es más efectiva de 1,5. Cada una de las botellas pesa 4 kg. "Cuando veas a un cliente con la barba helada es que lleva una presión muy alta", sonríe Temba.
Posición de Alex Txikon geolocalizador Garmin/Racetracker:
http://racetracker.es/rt/alextxikoneverestwinter18
Escenas de la vida cotidiana en el Campo Base
El porteador de la imagen no va al Campo Base. Descargará en algunas de las pequeñas poblaciones que encuentras en el camino. La fotografía está tomada frente al monasterio budista de Tengboche. Se llama Santosh, tiene 20 años y lleva encima unos 100 kg. A un euro el kilo.
Leemos en el prólogo de 'La coronación del Everest', obra Jan Morris, corresponsal de 'The Times' en la expedición de 1953: "Pobres criaturas, con sus pies descalzos, unos cuerpos larguiruchos y una vida de placeres exiguos... me temo que dentro de poco el sherpa tal como lo conocimos en 1953 será cosa del pasado, anulado por la fama, la fortuna...". Los sherpas han progresado, sí. Pero este porteador no pertenece a esa élite. 'Afortunadamente' para aquellos que todavía parecen asociar alpinismo auténtico con semiesclavitud… y así poder fotografiarse haciendo obras de caridad.
Alex Txikon sube sin oxígeno, pero baja con él. Para ser más preciso: baja cargado con las botellas vacías que otros dejan abandonadas en los campos de altura. Las que sujeta en la foto que encabeza este texto, halladas en esta expedición, son del año 1975. La más antigua de su colección, de varias decenas, es del año 1954. La recuperó en el K2.