Lucca Short, entrenador: "La mayoría de personas que no son flexibles… no es por genética, es por falta de estímulo, intensidad y estructura en su entrenamiento"

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"No tengo buena genética, por eso no soy flexible." Esa creencia está muy extendida, pero el entrenador Lucca Short la desmonta con firmeza. A través de su cuenta de Instagram (@lucashorty), sostiene que el problema no es hereditario. Asegura que la mayoría de personas no son rígidas por su ADN, sino porque no entrenan con método. Solo en algunos casos clínicos hay limitaciones reales. El resto, depende del estímulo aplicado.

Short plantea preguntas clave: ¿estás entrenando tu movilidad con regularidad?, ¿calientas de forma adecuada antes de empezar? Para él, todo parte de la estructura del entrenamiento y su constancia. “No es suerte, es estructura”, afirma con rotundidad. La flexibilidad requiere enfoque, igual que la fuerza. Si no hay planificación, el avance se detiene. No basta con estirar sin orden ni progresión.

Para demostrarlo, recurre a dos ejemplos reales: Carlos y Sebastián, ninguno con ventajas genéticas. Carlos pasa el día sin moverse; Sebastián, en cambio, trabaja su movilidad, calienta bien y sigue una rutina. La diferencia, según Short, no está en el cuerpo sino en los hábitos. Entrenar con conciencia marca el cambio. El ADN no lo decide todo: lo que transforma es la constancia.

Entrenar la flexibilidad no solo mejora el rango de movimiento, sino que también previene lesiones, alivia tensiones musculares y favorece una mejor postura corporal. Incorporar ejercicios de movilidad en la rutina diaria ayuda a mantener las articulaciones funcionales y reduce el riesgo de dolencias a largo plazo. Además, una buena flexibilidad facilita gestos cotidianos como agacharse, girar o estirarse sin molestias. No es un complemento menor, sino un pilar esencial del bienestar físico. Cuidarla es invertir en salud a cualquier edad.