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El peor campeón de la historia contra el huracán indio: el ajedrez busca coronar a su nuevo rey
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El peor campeón de la historia contra el huracán indio: el ajedrez busca coronar a su nuevo rey

Ding Liren y Gukesh D se citan en Singapur para dirimir, en duelo a 14 partidas, el trono del ajedrez mundial. Es un duelo de personalidades, y jugadores, totalmente opuestos y que además llegan en situaciones bien distintas

Foto: Ding Liren (izquierda) en una partida contra Gukesh D en Tata Steel. (FIDE)
Ding Liren (izquierda) en una partida contra Gukesh D en Tata Steel. (FIDE)

Para cuando ustedes estén leyendo estas líneas, Ding Liren y Gukesh Dommaraju (en lo sucesivo Gukesh D por motivos evidentes) ya se habrán encontrado en Singapur, se habrán hecho unas cuantas fotos, se habrán tirado un par de elogios en rueda de prensa y habrán asegurado a todo el mundo que están listos. Como si hiciera falta verbalizarlo.

Ambos no hacen otra cosa que pensar en el otro desde abril. Fue entonces cuando Gukesh ganó el torneo más duro del mundo del ajedrez, el de Candidatos, y se hizo acreedor del derecho a retar a Ding Liren ¿En juego? El título de campeón del mundo de ajedrez y, de paso, un hueco en la historia. Y no un hueco pequeño.

A partir de este lunes, 14 partidas que son mucho más que un simple duelo. A ambos lados del tablero se sentarán jugadores, y también personas, antitéticas. Uno, Ding Liren, representa la veteranía, la solidez y una etapa muy distinta del ajedrez. O al menos, la representaba. Además, y no es poca cosa, es el vigente campeón. Enfrente, un ciclón indio, el país hegemónico del ajedrez mundial ahora mismo, que lleva meses destrozando a todos sus rivales con un estilo agresivo, valiente y brillante que le ha convertido en probablemente el jugador más en forma del mundo en ritmo clásico, con permiso de su compatriota Arjun Erigaisi.

Foto: Ding Liren, en una de las partidas del Mundial. (FIDE/Stev Bonhage)

Probablemente, el duelo se podría revestir con las capas que habitualmente se le dan al ajedrez. En lo geopolítico, la cosa parece bastante sencilla. Ding Liren representa al agotado gigante chino que ha dominado su continente desde hace décadas pero que, ahora, está empezando a ceder protagonismo ante la pujante India, en la que podemos personalizar a Gukesh. A sus 18 años, el jugador nacido en Chennai tiene sobre sus espaldas los ojos de más de 1.400 millones de personas.

Pero ya no estamos en la Guerra Fría y aunque a India, que ha hecho una potente inversión en el ajedrez y que tiene una generación dorada con tres jugadores en el top 10 y 13 en el top 100 mundial, le encantará arrebatarle el título mundial a un jugador chino, las cosas han cambiado. Esto no es el Fischer-Spassky, ni tampoco existen las connotaciones políticas que rodeaban los duelos entre Karpov y Kasparov. Esto ya es ajedrez puro y duro, que no es poco.

Un triste campeón

Si decimos que las personalidades y el estilo de juego de ambos contendientes son opuestos, también lo es la forma en la que llegan al duelo. Tras ganar al ruso Ian Nepomniachtchi en el anterior duelo por el título mundial, Ding Liren es otro. Ya entonces, durante el duelo celebrado en Astana en la primavera de 2023, Ding pasó por muchos problemas psicológicos. Abandonó el hotel oficial por ser muy lujoso, pasó largos ratos en sus estancias privadas oculto en un abrigo blanco y su madre tuvo que viajar desde China, con un permiso especial del Gobierno, para acompañarle. "Hay algo mal en mi mente", llegó a decir en rueda de prensa tras una partida.

Foto: Ding Liren. (FIDE/Stev Bonhage)

Finalmente, se hizo con el título en el desempate, pero la victoria casi fue una maldición para él. Pasó nueve meses desaparecido y sin jugar, recurriendo a la ayuda de psicólogos para terminar de superar la ruptura con su pareja sentimental, ocurrida semanas antes del mundial que ganó, y para dejar atrás muchos problemas de insomnio. Su vuelta fue casi peor, acumulando derrota tras derrota. A sus 31 años, Ding ocupa el lugar número 22 del mundo, el más bajo en el que nunca ha estado un vigente campeón del mundo de ajedrez, y su ELO actual es el peor para un campeón desde que se empezó a medir, en el año 1971.

Con un ELO (el sistema matemático que establece la fortaleza de un jugador de ajedrez) de 2728, lejos queda el tercer puesto del ranking y los 2789 puntos con los que llegó al mundial contra Nepomniachtchi. Él mismo lo ha reconocido: "No estoy jugando como lo hacía y el que diga que es así tiene razón. No sé si volveré a alcanzar el nivel que un día tuve".

placeholder Ding Liren, durante una partida del Tata Steel. (EFE)
Ding Liren, durante una partida del Tata Steel. (EFE)

Les resumo todo esto: Ding Liren está jugando mal, tiene problemas para ganar una partida aun teniendo ventaja y su confianza debe andar bajo mínimos. Así, ¿tiene posibilidades de ganar? Cuenta con la experiencia de conocer lo duro mentalmente que es jugar un mundial, le saca 13 años a su rival y si es capaz de aguantar sin derrotas las primeras cinco o seis partidas, puede ganar. ¿Es favorito? Ni de lejos.

Huracán categoría 5

El gran problema de Ding Liren no es él mismo. Es el de enfrente. Gukesh es una máquina de jugar al ajedrez. Número 5 del mundo, no es ni el mejor jugador indio en la clasificación, pues Arjun Erigaisi está en el cuatro, pero hay pocas dudas de que es el gran talento de su generación y de su país, probablemente el más importante desde Anand, el padre deportivo de todos ellos y también campeón del mundo.

placeholder Gukesh D, en una partida. (EFE)
Gukesh D, en una partida. (EFE)

El estilo de Gukesh representa el ajedrez moderno, un juego que busca el ataque contante, atractivo y en el que cabe el riesgo. Precisamente ese su punto débil, pero no parece preocuparle y, a la vista de sus resultados, está claro que la idea funciona a las mil maravillas. El año de Gukesh, el retador más joven de la historia, es espectacular y viene de coronarse en las Olimpiadas (sí, hay olimpiadas de ajedrez) liderando el triunfo de India con 9 puntos sobre 10 y el título de mejor jugador del torneo.

Su gran momento, en cualquier caso, llegó en el Torneo de Candidatos celebrado en Toronto. Ocho de los mejores jugadores viajaron hasta allí con un solo premio en juego: tener el derecho a retar a Ding por el mundial. Este es, básicamente, el torneo más duro del mundo dado el nivel medio de los jugadores y Gukesh se las apañó para sumar 9 puntos de los 14 posibles, superando por medio a Nakamura, Nepomniachtchi y Fabian Caruana, estos dos últimos ya con experiencia en un Mundial, si bien todavía sin el título a su nombre.

Foto: Judit Polgár pasó a la historia del ajedrez. (EFE/Javier Carrión)

Su nivel de confianza desde entonces le hace merecedor de la calificación de favorito para el enfrentamiento con Ding. ¿Tiene debilidades en su juego? Bueno, como todo el mundo. Su ambición por ganar provoca que a veces pierda la visión sobre todo el tablero, puede pasarse de agresivo y un jugador sólido sí que podría aprovechar esos huecos. Además, no olvidemos que tiene 18 años y que nunca ha jugado un torneo tan exigente y tan extenuante en lo físico y en lo psicológico. Los contendientes van a pasar unas seis o siete horas diarias jugando y otro tanto pensando en la partida del día siguiente. Eso pasa factura.

Por si fuera poco, Gukesh tiene a toda India mirándole. Ser el heredero de Anand, héroe nacional, no es poca cosa. La cercanía del Gobierno de Narendra Modi, que ha identificado el ajedrez como una vía para que India se habrá paso a nivel global, también añadirá cierta presión.

Entonces, ¿quién gana?

Les será a ustedes muy difícil encontrar a alguien con la más mínima relación con el ajedrez que no considere que Gukesh es claro favorito para ganar el Mundial. Empezando por Magnus Carlsen, número uno del mundo y mejor jugador de la historia, que ya ha explicado que Ding, a su nivel actual, tiene pocas opciones. En general, el sentir es ese y no se puede culpar a nadie por pensar que sería una sorpresa que la cosa estuviera incluso igualada.

placeholder Ding Liren recibe su título de campeón del mundo. (EFE)
Ding Liren recibe su título de campeón del mundo. (EFE)

Pero no hay que olvidar que Ding es un excelente jugador, que cuando está en forma es muy difícil ganarle (entre 2017 y 2018 tuvo una racha de 100 partidas sin perder) y que tres semanas buenas las puede tener cualquiera. Sus opciones pasan por alargar la igualdad lo máximo posible, secar las partidas y aprovechar sus oportunidades. Debe asegurar las tablas cuando comande las piezas negras y tratar de arañar una victoria al mando de las blancas. Esto es una obviedad, claro, pero mucho más difícil de hacer que de decir.

En el centro de la mesa, 200.000 euros por cada victoria y una bolsa de premios de 2,5 millones que en este caso son lo de menos. El título de campeón del mundo de ajedrez vale mucho más que eso. El movimiento inicial será este lunes a las 10 de la mañana, hora peninsular española. Que gane el mejor.

Para cuando ustedes estén leyendo estas líneas, Ding Liren y Gukesh Dommaraju (en lo sucesivo Gukesh D por motivos evidentes) ya se habrán encontrado en Singapur, se habrán hecho unas cuantas fotos, se habrán tirado un par de elogios en rueda de prensa y habrán asegurado a todo el mundo que están listos. Como si hiciera falta verbalizarlo.

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