Ecológico y 100% vegano: el primer club de fútbol sostenible se encuentra en Inglaterra

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Al sudoeste de Inglaterra, hay un pueblo de apenas 7.000 habitantes llamado Nailsworth, en una de cuyas colinas se encuentra el estadio del club de fútbol Forest Green Rovers, que subió a tercera división inglesa la pasada temporada. Pero los motivos de su fama no se deben al primer ascenso que consigue el equipo desde su creación en 1989, sino a que se trata del primer club 100% vegano y ecologista del mundo.

Su actual presidente Dave Vice, un multimillonario con inquietudes ecologistas, adquirió el equipo hace más de diez años y comenzó a introducir algunos cambios, tanto en los hábitos de los jugadores como en las cafeterías del estadio, cambiando la carne de las hamburguesas por quinoa y la leche de vaca por alternativas vegetales. Estas novedades se extendieron a otros aspectos relativos al cuidado del césped del campo, para el que no se emplean ni pesticidas ni productos químicos, y también al robot que lo siega, alimentado por energía solar. La equipación de los jugadores está, a su vez, confeccionada a base de bambú.

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A pesar de tratarse de la localidad más pequeña que ha albergado a un club de la Liga inglesa, el Forest Green ha conseguido atraer a numerosos aficionados, así como a diferentes accionistas, entre los que se encuentra el jugador español Héctor Bellerín, que descubrió el proyecto cuando el Arsenal disputó un partido amistoso contra este equipo.

Popularidad en aumento

“No soy vegano, claro, pero no he comido nada que no me haya gustado”, asegura Dave Adams, aficionado del Nottingham Forest. La comida está atrayendo a numerosos fans, sea cual sea su régimen alimenticio. No obstante, los veganos convencidos tampoco han dejado escapar la oportunidad de sumarse a esta curiosa propuesta. Tal ha sido el caso de Simon Harker, que afirma que “no podría seguir a otro equipo. Mi hijo come carne y se encoge de hombros cuando voy a los mostradores de los partidos fuera de casa y digo: ‘¿no pudiste poner una empanada Pukka vegana?’”.

Sea como fuere, los hay que no comulgan con la iniciativa, como Rickson Parmeggiani, argentino afincado en Altrinchan y ferviente defensor de la carne: “probablemente sea mejor, en cuanto a calidad, que las hamburguesas que sirven en la mayoría de sitios. Pero preferiría algo que no imitara la carne, como un wrap de falafel”.

Las ventas se multiplicaron

“La gente me decía que acabaría con el club”, dice su propietario, pero el tiempo le dio la razón: “creo que la afluencia de público se cuadruplicó y las ventas de comida se multiplicaron por 10. La gente está acostumbrada a alimentos abundantes y calóricos, y nosotros hacemos excelentes versiones de ellos”. A favor o en contra, esta iniciativa está sentando un precedente en la manera que nos alimentamos en este tipo de eventos, contribuyendo a crear una mayor conciencia en todos nosotros.