Desastre absoluto de Alcaraz: eliminado en segunda ronda del US Open con las peores sensaciones posibles

Carlos Alcaraz no podrá lograr el sueño de ganar tres Grand Slam consecutivos. El español, que tenía ante sí la oportunidad de conseguir algo que solo habían hecho Rod Laver (1969), Rafa Nadal (2010) y Novak Djokovic (2021), fracasó estrepitosamente en la segunda ronda del US Open. Ahí, el neerlandés Botic Van de Zandschulp, número 74 del mundo, fue muy superior y, de manera inapelable, le endosó un contundente 6-1, 7-5 y 6-4 en dos horas y 19 minutos.

Ya en su debut en el torneo, el español sufrió una inesperada desconexión de juego ante el australiano Li Tu que le pudo costar cara. Tras ganar el primer set, perdió el segundo y comprometió el tercero después de dar la sensación de estar completamente fuera del partido durante demasiados minutos. Entonces, volvió a encontrar la senda del buen juego y de concentración para lograr la victoria, algo que no sucedió en ningún momento en la madrugada de este viernes.

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Ante Van de Zandschulp, el español no estuvo en ningún momento en pista. Fuera del juego de manera constante, cometiendo numerosos errores y con los brazos bajados en todo momento, el número tres del mundo ofreció una imagen muy lejana de la que no suele tener acostumbrados. El neerlandés le convirtió en un muñeco de trapo en sus manos, que daba la sensación de no tener nada que ofrecer para poder cambiar el partido de rumbo.

El neerlandés, sin títulos en su carrera (solo dos finales y ambas perdidas en Múnich) y tras perder sus dos precedentes anteriores contra Alcaraz, se regaló un día inolvidable y la victoria más importante de su vida. El problema para Alcaraz es que la derrota se suma a aquella de hace solo unas semanas en Cincinnati ante Gael Monfils, en la que reventó su raqueta contra el suelo de manera repetida en el que consideró que fue "el peor partido de su carrera".

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Alcaraz comenzó desconcentrado y fuera del partido, sufriendo un break en contra en su primer saque que pronto se convirtió en una losa para él. Cuando el español quiso darse cuenta, ya marchaba 3 a 0 por debajo en el marcador y sin tener buenas sensaciones. El neerlandés, por su parte, brillaba con su derecha, subía a la red con confianza y desarmaba cada ataque del murciano, que parecía no tener herramientas para hacer frente al encuentro.

Sin darse prácticamente cuenta, el español volvía a sufrir otra rotura en contra, mientras que el neerlandés volaba en pista. Prácticamente sin haber salido a jugar, el español miraba el marcador y comprobaba que había perdido de manera contundente la primera manga (6-1). Mucho tenía que cambiar el partido si quería seguir con vida en el US Open. Las soluciones o llegaban y las dudas se amontonaban como una losa en su cabeza.

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Trató de enderezar el partido en la segunda manga, pero algo no iba bien. Buscaba constantemente a Juan Carlos Ferrero en busca de soluciones, pero su tenis no fluía. Pese a ello, iba sacando los juegos adelante, tratando de agarrarse al partido, en busca de su oportunidad. Pero, de nuevo, en el momento más complicado de la manga, cedía su saque y le ponía en bandeja a Van de Zandschulp el segundo parcial (7-5). Los gestos del español eran evidentes.

Camino de los vestuarios para tomarse un respiro, Alcaraz se señalaba constantemente la frente mirando a sus preparadores. Daba la sensación de que les trataba de explicar que su cabeza no estaba funcionando como debía. Intentaba buscar su oportunidad pero, al contrario, a mitad del set sufría un break que parecía definitivo. Sin embargo, reapareció fugazmente Alcaraz para devolver la rotura. ¿Había motivos para soñar? Solo era un espejismo.

Van de Zandschulp no se iba a asustar y no le iba a temblar su mano: estaba ante su gran oportunidad. Logrando un break al resto en blanco, encaminaba su victoria y se llevaba el tercer set por 6 a 4, para conseguir una de las victorias más importantes de su carrera. El español, absolutamente ausente y fuera del partido, se despide así del US Open en lo que es su peor derrota en un grande en los últimos tres años. Un tropiezo inesperado que le impide entrar en la historia.