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Bob Dylan obra el milagro: Ding sale de las tinieblas y revienta el mundial de ajedrez
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Duelo por la corona

Bob Dylan obra el milagro: Ding sale de las tinieblas y revienta el mundial de ajedrez

El jugador chino iguala el duelo contra Nepomniachtchi con una victoria que le sabrá a gloria. Tras la jornada de descanso del viernes, el ruso tendrá las blancas en la quinta partida

Foto: El chino Ding Liren, durante el mundial de Astana. (EFE/Radmir Fahrutdinov)
El chino Ding Liren, durante el mundial de Astana. (EFE/Radmir Fahrutdinov)

Dice el manual de los campeonatos del mundo de ajedrez que cuando uno sufre una derrota dura, sobre todo en el plano psicológico, debe buscar unas tablas balsámicas, sin mucha historia, en la partida siguiente. Debió ser esa la lectura elegida por Ding Liren en el día de descanso, pues la tercera partida se cerró con un sencillo empate que borraba el destrozó que le hizo Ian Nepomniachtchi en el segundo lance. Esas tablas lo cambiaron todo.

No solo en el marcador, también en el ambiente que envuelve el enfrentamiento por el título mundial. La oscuridad de Ding, que se reconocía "deprimido", que cambió de hotel tras la primera partida por ser demasiado lujoso, desapareció. En el día de descanso sus amigos y Bob Dylan (escuchar Blowing in the Wind le ayudó, dijo) le levantaron el ánimo y le devolvieron la sonrisa, literalmente. Preguntado si ahora está más cómodo, la respuesta fue directa: "Claramente sí". Además, confesó que ha vuelto a alojarse en el hotel de la organización.

La cuarta partida fue la demostración de que la psicología va a ser más determinante que muchos movimientos sobre el tablero. Ambos jugadores son temibles cuando todo va bien, pero también muy tendentes a dejarse ir cuando arrecia el viento. Y lo que desató Ding en la cuarta partida fue un huracán que se llevó por delante a un Nepo que parecía desolado.

Casi como si fuera algo poético, un sacrificio de calidad, justo lo que le dio la ventaja decisiva al ruso en la ya famosa segunda partida, fue la piedra sobre la que el chino construyó su victoria. Un triunfo que de nuevo tiene la huella de su número dos, Richard Rapport (ambos comparten afición al rock de los 80), que también se resarce de ese infausto h3.

placeholder El ruso Ian Nepomniachtchi. (EFE)
El ruso Ian Nepomniachtchi. (EFE)

De esta forma, Ding pone el duelo empatado con dos puntos para cada lado y se va al segundo día de descanso con la certeza de que las cosas han cambiado y de que, ahora mismo, es el favorito pese a que la balanza esté equilibrada. Los apuros de tiempo no fueron un factor en el lance de este jueves.

Nepo, en el desierto

Casi 4.500 kilómetros separan Astana de Dubai, pero Nepo fue capaz de viajar entre ambas ciudades en apenas unos segundos. En la capital kazaja, donde se disputa el match por el título mundial, estaba su cuerpo. Pero su mente se paseaba por el desierto, volviendo a ese 3 de diciembre de 2021, día en el que se disputó el ya clásico sexto duelo de su enfrentamiento con Magnus Carlsen. Esa derrota en la partida más larga de la historia de los mundiales le quebró por completo. "Son partidas diferentes, no son comparables", dijo.

Tendrá que demostrar, pues ahora cualquier esperanza para el ruso pasa por recuperarse lo más rápido posible de este desastre. Las cosas no pintan bien. Después de su triunfo en la segunda partida, la tercera fueron unas tablas en las que Nepo, con blancas, parecía jugar más buscando el error del rival que el acierto propio. Nunca hubo un plan sobre el tablero. Le faltó al ruso instinto asesino y dejó con vida a un rival, el número tres del ránking mundial, que en 2019 fue capaz de enlazar 100 partidas clásicas sin perder. Mala idea.

Foto: Ian Nepomniachtchi, durante la segunda partida en Astana. (EFE/Radmir Fahrutdinov) (

Nepo deberá reagruparse, pues otro derrumbe como el de Dubai sería peligrosísimo para su carrera. Los gestos no invitan al entusiasmo, pues se le vio hundido en su silla (esta vez sí, ambos jugadores permanecieron casi todo el rato en el tablero) una vez notó que la partida estaba perdida. Es momento para ver de qué pasta está hecho el número dos del mundo.

Muy probablemente la primera recomendación de su equipo será no volver a ver la rueda de prensa posterior. Nepo apareció ante los periodistas con el rostro desencajado y la mirada perdida, visiblemente afectado. Mientras, Ding, que tiene un inglés precario y además es extremadamente tímido, no se esforzó lo mínimo en disimular la sonrisa. El viernes le tocará defenderse con las negras del plan de Nepo en la quinta partida.

Dice el manual de los campeonatos del mundo de ajedrez que cuando uno sufre una derrota dura, sobre todo en el plano psicológico, debe buscar unas tablas balsámicas, sin mucha historia, en la partida siguiente. Debió ser esa la lectura elegida por Ding Liren en el día de descanso, pues la tercera partida se cerró con un sencillo empate que borraba el destrozó que le hizo Ian Nepomniachtchi en el segundo lance. Esas tablas lo cambiaron todo.

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