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La venganza se sirve helada: Nepo se sacude los demonios ante Ding en el Mundial de Ajedrez
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La venganza se sirve helada: Nepo se sacude los demonios ante Ding en el Mundial de Ajedrez

El ruso se quita de encima la derrota contra Carlsen en el último duelo mundial y llega a la primera jornada de descanso con un punto de ventaja tras el triunfo en el segundo enfrentamiento

Foto: Ian Nepomniachtchi, durante la segunda partida en Astana. (EFE/Radmir Fahrutdinov) (
Ian Nepomniachtchi, durante la segunda partida en Astana. (EFE/Radmir Fahrutdinov) (

Ha tardado casi un año y medio, pero Ian Nepomniachtchi (a partir de ahora Nepo, por motivos que entenderán) ha vengado por fin la derrota que destrozó sus aspiraciones de ser campeón del mundo de ajedrez. Es cierto que el rival no es el mismo -fue Magnus Carlsen el que quebró su moral en la ya histórica sexta partida del Mundial de 2021-, pero sí lo es la instancia, la más alta del juego-ciencia.

El duelo por la corona del ajedrez, el primero en la era post Carlsen, se toma este martes el primer descanso después de las dos primeras partidas. Y ambos contendientes llegan en situaciones opuestas. Nepo con la moral por las nubes y tras quitarse la etiqueta de no haber ganado ni una sola partida en un Mundial, algo que persigue a grandes figuras como Fabiano Caruana. Ding Liren, su rival, se tomará un respiro después de una derrota marcada por la alta presión que tiene sobre sus hombros.

Foto: La clave para ganar en un final ajustado. (EFE/Vickie Flores)

El chino, que prefiere siempre volar bajo el radar, ha reconocido que la presión le está afectando. Tras la partida inaugural, el domingo, decía estar "un poco deprimido", con su cabeza "muy extraña". "Creo que ha habido algo erróneo en mi mente", afirmó en rueda de prensa. Nunca ha jugado por un título tan relevante y, pese a su experiencia, le está pesando tener todos los ojos de China puestos sobre él. No en vano el gigante asiático podría presumir, si Ding gana, de tener al campeón y a la campeona del mundo de ajedrez, pues el título femenino lo disputarán Ju Wenjun y Lei Tingjie.

Ding, que lleva tiempo con un nivel de actividad algo bajo si lo comparamos con el de sus compañeros de la élite, no está cómodo. Apenas pasa tiempo en la sala de juego y prefiere refugiarse en su sala privada, donde espera a que su rival haga su movimiento. Además, cambió de hotel tras la primera partida, el mismo en el que se disputa el duelo, porque consideraba que su habitación "estaba mal". Eso no es habitual en él, un jugador acostumbrado a las dificultades y que en el Torneo de Candidatos de Madrid quedó en segunda posición pese a viajar sin equipo por la política de restricciones a los viajes del Ejecutivo chino.

placeholder Ding Liren (de espaldas) e Ian Nepomniachtchi, en la sala de juego. (EFE)
Ding Liren (de espaldas) e Ian Nepomniachtchi, en la sala de juego. (EFE)

Las tablas del domingo, muy interesantes en lo táctico, dejaron pasó a la bonita batalla de este lunes, que se decidió en apenas 29 movimientos. Por primera vez vimos la influencia clara de los asesores. En Dubai, en su derrota contra Carlsen, Nepo se puso en manos de su compatriota Sergey Karjakin, el conocido como ministro de defensa, y su juego se salió de lo habitual. Ahora ha sido Richard Rapport, el número dos de Ding Liren, el que parece responsable del movimiento que marcó este segundo duelo. El propio Anand, que estaba en los comentarios de la partida, reconoció que "ese movimiento a h3 tiene el toque de Rapport", un jugador conocido por su creatividad. Tras la quinta jugada, estábamos ante una posición inédita.

Terreno inexplorado

Pese a la clara derrota, la apertura de la segunda partida se jugó como quiso Ding Liren. En el cuarto movimiento, desplazó el peón de la columna H hasta la tercera fila, un movimiento que Nepo no se esperaba ni de lejos. Ni él ni nadie, pues ese movimiento suponía una novedad en partidas de élite. Todos los analistas contaban con que Ding se saliera un poco de la preparación más teórica, pues Nepo tiene un superordenador en su cabeza, pero el ruso enarcó la ceja al ver a ese peón avanzar a h3.

Después de la partida, Ding reconoció que la idea partió de sus ayudantes. "Sé que es un movimiento muy extraño. Tengo muchas vías para jugar después de h3, pero lo de la partida de hoy ha sido un desastre. La idea fue una buena invención de mi equipo, pero no la he jugado muy bien", reconocía.

Pese a su sorpresa inicial, Nepo se recuperó rápido. Es cierto que pasó 33 minutos pensando en el movimiento 12, pero consiguió ponerlo todo de su parte con una brillante jugada en la columna G, ofreciendo una torre para ganar el dominio en el centro del tablero. Con esa ventaja, que explotó a la perfección, destrozó a un Ding Liren que se quedó sin recursos en el reloj. Cuando apenas le quedaban un par de minutos, todavía debía hacer 15 movimientos para llegar al extra de tiempo.

Y ahora, ¿qué?

Esta partida puede ser un punto de inflexión y un duro golpe a Ding, pero no es ni mucho menos definitivo. Nepo lleva ventaja, pero tendrá que pelear mucho para llegar a los 7,5 puntos que hacen falta para ser campeón. Es cierto que el ruso es un rival temible cuando tiene el viento a favor, pero no lo es menos que tiene una tendencia preocupante a caer en bloqueos mentales que pueden echar a perder su ventaja.

Del mismo modo, es más que evidente que Ding está increíblemente incómodo. Pero también que cuando coge la forma es muy difícil de batir. En el Torneo de Candidatos de Madrid, en el que se hizo acreedor de su asiento en este duelo, empezó bastante irregular -perdiendo en el primer enfrentamiento precisamente contra Nepo- pero acabó firmando cuatro victorias en las últimas siete rondas sin ninguna derrota.

Está por ver, además, si la FIDE mueve ficha a la hora de limitar la estancia de los jugadores en sus salas privadas. Tanto Ding como Nepo pasan largos ratos en esas habitaciones, donde pueden comer, beber y alejarse de la presión de los escaques, pero el espectáculo queda deslucido para unos espectadores que se conectan a las diferentes retransmisiones para ver un tablero y dos sillas vacías.

Ha tardado casi un año y medio, pero Ian Nepomniachtchi (a partir de ahora Nepo, por motivos que entenderán) ha vengado por fin la derrota que destrozó sus aspiraciones de ser campeón del mundo de ajedrez. Es cierto que el rival no es el mismo -fue Magnus Carlsen el que quebró su moral en la ya histórica sexta partida del Mundial de 2021-, pero sí lo es la instancia, la más alta del juego-ciencia.

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