Claves para ver la Super Bowl 2023: ¿cómo jugarán Philadelphia Eagles y Kansas City Chiefs?

Habrá pasado ya la medianoche en España cuando Philadelphia Eagles y Kansas City Chiefs comiencen a pelear por hacerse con el anillo de campeón de la NFL. La gloria, tras una larga temporada, espera al acreedor del trofeo Vince Lombardi. El espectáculo trasciende lo deportivo y, por eso, millones de personas que no siguen la competición se plantan delante de la televisión para trasnochar al calor de los fuegos artificiales, el partido y un espectáculo del descanso que queda en manos de Rihanna.

La magnitud del evento hace que sea fácil perderse mucho de lo que ocurre en el campo. Por eso, es normal preguntarse: ¿dónde tengo que mirar para saber qué está pasando? La respuesta obvia es mirar el balón, pero el fútbol americano es un deporte muy complejo y en el que pasan muchas cosas a la vez. Por eso, hoy te contamos dónde mirar si vas a ver la Superbowl.

Cuando ataquen los Philadelphia Eagles

Los muchachos de Nick Sirianni son el representante de la Conferencia Nacional en el encuentro. Comenzaban la temporada con dudas, pero con un equipo que mantenía el bloque que les hizo ganar el anillo en 2018, si bien el ataque presenta muchas diferencias. El núcleo, en cualquier caso, sigue siendo una línea ofensiva física, poderosa y que destroza a las defensas rivales.

La misión de los cinco fornidos miembros que componen esa línea ofensiva es clara: hay que proteger al quarterback, Jalen Hurst, y abrir camino a los diferentes corredores del equipo. Y no solo cumplen, sino que son la mejor unidad de la liga y una de las mejores que hemos visto en los últimos años, quizás la más dominante desde aquella de Dallas Cowboys que asoló la liga.

Si funcionan como saben, Philadelphia va a tener mucho ganado. Su poderío terrestre con Miles Sanders y el propio Hurst, el pasador más móvil de la liga, les ayuda a tener el balón mucho tiempo y, como Pep Guardiola explicó tantas veces, si la tienes es difícil que te anoten. Además, utilizan las carreras como una forma de desgastar a las defensas rivales, que tienen que pasar mucho tiempo en el campo sumando esfuerzos hasta que, al final, la cuerda se rompe.

Si la línea ofensiva de Philadelphia funciona a su nivel, su equipo tendrá mucho terreno ganado

Por si fuera poco, esa misma línea es la que defiende a Hurst a la hora de pasar. Pese a que no es el arquetipo de pasador que ha dominado la liga, Hurst es perfectamente capaz de ganar el anillo a base de lanzamientos gracias a dos receptores que forman parte de la élite de la liga: AJ Brown y Devonta Smith. El primero es físico, rápido y una amenaza constante en el pase largo, mientras que el producto de la Universidad de Alabama es capaz de aparecer por las zonas medias para sumar yardas tras la recepción.

¿Cómo se hace frente a este potente arsenal ofensivo? Si decimos que la línea ofensiva de los Eagles es potente, también hay que mencionar que ha encontrado pocos desafíos al nivel del que va a plantear la línea defensiva de los Chiefs, donde hay un nombre que destaca por encima de todos: Chris Jones.

Jones, una montaña de 1,98 metros y 141 kilos de peso, ancla a una defensa mucho mejor de lo que parece. Parece que esta semana ha estado algo mermado con síntomas gripales, pero seguro que el calor de Arizona le ayudará a estar al 100%. Jones y su compañero Frank Clark tienen la complicada tarea de amargarle la existencia a Hurst y de destrozar el plan de juego del ataque de Philadelphia. Y son bien capaces de hacerlo.

Tras ellos hay un grupo de jugadores que tiene una filosofía clara: doblarse pero no romperse. El potencial ofensivo de Kansas, del que hablaremos ahora, le da a su defensa la tranquilidad de que no es necesario dejar a cero al rival. Por eso no tienen muchos problemas si el ataque contrario avanza yardas, pero siempre tratan de evitar las anotaciones rápidas enemigas y las jugadas muy largas.

Cuando ataquen los Kansas City Chiefs

Kansas City va a poner sobre el campo el mejor ataque que la NFL ha visto en décadas. Todo apuntaba que la marcha de Tyreek Hill, su receptor estrella, rumbo a Miami iba a afectar a esta unidad, pero su ausencia apenas se ha notado. Al mando de las operaciones estará Patrick Mahomes, que acaba de ganar su segundo MVP, con el apoyo del genio en la sombra: Andy Reid.

El entrenador de Kansas (que lo fue durante muchos años de los Eagles) es una de las mentes más brillantes de la historia de la liga, quizás la mejor a la hora de preparar un partido contra un rival específico. Darle dos semanas a Reid para planificar un encuentro es la receta perfecta para el desastre.

Todo es más fácil, claro, cuando tienes a Mahomes de tu lado. Es sin duda el mejor jugador del mundo y lleva casi un lustro convirtiendo en rutinarias situaciones extraordinarias para el resto de los mortales. La lesión en el tobillo que sufrió durante los playoffs parece olvidada y quizás afecte algo su movilidad, pero pararle será muy difícil. Su gran aliado en el campo es Travis Kelce (su hermano, Jason, es uno de los mejores jugadores de los Eagles), con el que comparte una conexión muy potente. Puedes aspirar a minimizar su aportación, pero anular completamente a Kelce parece imposible.

El ataque terrestre quedará en manos de Jerrick McKinnon y el novato Isiah Pacheco. Ninguno de ellos es un fino estilista, pero son una amenaza muy seria. Pacheco, elegido en la última ronda del draft, ha sido una sorpresa y su estilo de juego superagresivo crea muchos huecos y ayuda a ganar yardas. No es el juego de carrera más sofisticado, pero la vida es más sencilla cuando todo el mundo está preocupado por Mahomes.

Enfrente, una defensa que da verdadero pánico. Quédense con estos nombres: Brandon Graham, Fletcher Cox, Javon Hargrave, Josh Sweat y Haason Reddick. Los oirán mucho durante la noche y son la mejor receta para detener a Patrick Mahomes, Los cinco han firmado un año de escándalo y son la verdadera fortaleza de la defensa, allí donde empieza todo.

Su capacidad para frenar el ataque terrestre y para poner una incesante presión al quarterback rival, destruyendo sus timings, su comodidad y obligándole a vivir al filo de la navaja todo el partido, hace que el resto de la defensa juegue con mucha más comodidad. Si a eso le sumas una defensa contra el pase en la que destacan Darius Slay, James Bradberry o Gardner-Johnson, lo cierto es que tienes una unidad temible.

Por supuesto, no se han visto con un rival como Kansas City en toda la temporada. Entrar en un choque cuerpo a cuerpo contra el mejor jugador de la liga y contra una mente ofensiva de élite como la de Reid y salir victorioso no es fácil, pero si alguien tiene los mimbres para hacerlo es este equipo y esta defensa.

Quién gana

No es por caer en el tópico, pero es un partido muy igualado. Las apuestas dan una ligera ventaja a Philadelphia, y ya se sabe que para encontrar la verdad solo hay que seguir el rastro del dinero. Pero Patrick Mahomes ha llevado a la ruina a muchos de los que han apostado en su contra en los últimos años.

Si el partido se va a unas cifras de anotación alta, la ventaja debería ser para Kansas City porque su sistema ofensivo está más preparado para sumar puntos a una velocidad más alta que el de Philadelphia, que necesita más tiempo de balón para alcanzar la zona de anotación rival.

Tampoco hay que desdeñar la carta de la experiencia. Será la tercera Superbowl de Mahomes (una victoria y una derrota), pero la primera de un Hurst al que se le puede notar la tensión. Del mismo modo, será el primer viaje a la final de Sirianni, mientras que Reid ya ha estado en estas lides otras cuatro veces. En la lucha en los banquillos sí habrá algo personal: Reid despidió a Sirianni cuando llegó a Kansas. ¿La venganza se sirve en plato frío?