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La burbuja del 'running' pincha en España: "Estoy cansado de pagar por subir y bajar La Castellana"
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"Ahora muchos se han pasado al trail"

La burbuja del 'running' pincha en España: "Estoy cansado de pagar por subir y bajar La Castellana"

La San Silvestre Vallecana, una de las carreras más importantes del país, ha llegado a duras penas al 'sold out' tras años en los que había peleas por un dorsal. Es solo un ejemplo de un deporte que se desinfla tras su época dorada

Foto: Imagen de la carrera de las empresas en La Castellana. (EFE/Fernando Alvarado)
Imagen de la carrera de las empresas en La Castellana. (EFE/Fernando Alvarado)

Cuando Ángel Sánchez decidió apuntarse a la San Silvestre Vallecana de 2013 tuvo suerte. "Cogí el móvil y tirando de datos, que en ese momento se pagaban a tocateja, conseguí el dorsal. Con el PC era imposible, la web colapsaba". Durante años una historia como esta sonaba a algo habitual entre los fans del running. Si querías estar en la carrera de fin de año más famosa de España debías ponerte una mañana de noviembre a pulsar F5 sin parar o buscar algún truco para intentar encontrar uno de los 40.000 dorsales que reparte la organización. Pero algo ha cambiado este 2022. Hasta 2 días antes de la carrera, sobraban inscripciones.

Aunque desde la organización de la prueba no se ha hablado de este cambio de tendencia (solo se lanzó la noticia del sold out el pasado día 29), el caso de la carrera madrileña no suena raro, sino que es un ejemplo más de que algo no va bien en el mundo del running. Otro síntoma más del estancamiento que vive el sector. Carreras clásicas de toda Cataluña han llegado a perder hasta un 80% de participación con respecto a 2013, cada vez se cancelan más eventos por todo el país y hasta las encuestas ministeriales muestran que el interés por correr ha bajado de forma pronunciada. La época dorada en la que el running se convirtió en el deporte de moda se agota. Y cada vez son más los que hablan del final de la burbuja.

Foto: Eliud Kipchogue, con las zapatillas con las que bajó de las dos horas en un maratón. (Nike)

Sánchez, que recuerda con nostalgia aquellas colas para conseguir un dorsal en la carrera vallecana, es todo un experto en la materia y hace tiempo que habla de estos problemas. Corre, organiza pruebas, vende trofeos e incluso es el speaker oficial de varios eventos. Y aunque niega que sea el fin del running como deporte de masas, sí ve claro que hay un cambio pronunciado al que el sector tendrá que hacer frente. "Creo que todos los que nos dedicamos a este mundo pensamos que la cima de este deporte en España llegó justo antes de la pandemia, entre 2017 y 2019. Todas las carreras batían récords de participación, había muchísimas pruebas y a nada que montases algo tenías a 500 personas corriendo incluso en pueblos pequeños. Pero eso era insostenible e irreal, tenía que venir un ajuste y la pandemia lo ha acelerado y agrandado porque mucha gente paró de correr y no ha vuelto", comenta.

Los expertos colocan el inicio de la fiebre por las carreras en nuestro país en la crisis de 2008. La gente empezó a fijarse en el running por ser una forma sencilla y barata de hacer deporte, daba cierta satisfacción en un momento mentalmente duro y su éxito poco tardó en pasar a los eventos organizados. Las pruebas se extendieron como la pólvora y el dinero en dorsales y patrocinios se multiplicó, pero esa magia del salir a correr se agota. Según datos de la Encuesta de Hábitos Deportivos del Ministerio de Cultura y Deporte, la "carrera a pie" es la disciplina que más adeptos pierde entre los deportistas. Ha pasado de ser practicado por cerca del 30% de los encuestados en 2015 a que en 2022 esa cifra baje hasta el 19%. Y la encuesta muestra otro dato que preocupa aún más a todos los miembros del sector: el interés entre los jóvenes por esta práctica ha caído en picado.

Siguiendo los datos del ministerio, es cierto que prácticamente todos los deportes ven una reducción en el interés de los encuestados, pero correr es el que más cae, solo seguido de cerca por la natación y el ciclismo. ¿Hay alguna explicación para este bajón especialmente pronunciado? Guillermo Minchinela, otro veterano de las populares, apunta a la diversificación y el hartazgo. "Tengo la sensación de que cada vez más gente hace deporte. Pero la práctica deportiva se ha diversificado mucho. Los gimnasios están llenos, el pádel sigue triunfando, vemos ciclistas en las carreteras, en invierno muchos esquían, se siguen haciendo deportes de equipo y mucha gente sale a caminar. Correr estaba de moda y generaba, incluso, cierto estatus social. Los famosos corrían, los exatletas retirados se posicionaban como influencers... La gente se ha hartado", comenta.

La sensación es que el running puede morir de éxito, que la fiebre se ha exprimido demasiado, y es algo en lo que coincide Jorge Déniz de Armas, director de la plataforma de venta de entradas para eventos deportivos Deporticket, que da algunos datos sacados de su propia web que apoyan el argumento. El número de pruebas aún sigue aumentando, pero, por el contrario, el de participantes lleva tiempo estancado. ¿Cuál es el resultado? No hay corredores ni negocio para todos. "Para una misma base de corredores, ante un aumento de la oferta, se han acabado repartiendo los participantes, que en muchos casos han dejado de ser fieles a sus carreras de toda la vida para probar nuevas experiencias. Como se escucha mucho por el ambiente del corredor popular de Madrid: "Estoy cansado de pagar por subir y bajar La Castellana”.

placeholder La 'Carrera de las aficiones', a su paso por el Paseo de la Castellana. (EFE/Javier Lizón)
La 'Carrera de las aficiones', a su paso por el Paseo de la Castellana. (EFE/Javier Lizón)

Cómo digerir el atracón de las carreras populares

Su información es clara. En 2018 el número de pruebas que manejaba en su web era de 597 y el de inscritos 360.333. En 2019 llegaron al récord de participantes con 365.298 e incluso ahí ya se veía una extraña reducción de pruebas, con solo 538. Luego vino la pandemia y trastocó los números, pero lo más curioso llega en 2022. La cifra de eventos llega a los 636, sin embargo, la de corredores se queda en 349.505. Un desajuste entre interés del público y afán de los organizadores que muestra la locura vivida durante cerca de una década. Toca ver si la industria consigue adaptarse a una nueva realidad o el empacho cuesta demasiado.

Según datos que publicaba El País, en 2016 en España se celebraban cerca de 4.000 carreras al año, más del 10 al día. Si lo acotabas todo a los fines de semana, equivalía a unas 75 pruebas cada uno de ellos. No hay datos cerrados de cuantas se hacen en estos momentos, pero desmontar toda esa infraestructura de pruebas no parece tarea fácil. Ya hay alguna cita importante que ha dado la voz de alarma en este sentido. En Navarra, la Media Maratón de Pamplona anunciaba en abril que suspendía la edición por falta de inscritos y hay otros ejemplos menos dramáticas que muestran que las pruebas tendrán que ponerse las pilas. Fuera del caso de Valencia, ninguna otra de las grandes maratones de nuestro país ha conseguido mejorar sus datos en este 2022.

"La carrera que piense que, como la he organizado siempre así, los corredores van a seguir viniendo, lo va a pasar mal"

Según apunta Minchinela, tras años de atracón de carreras y running por todas partes, a la industria está en un momento clave en el que necesita diferenciarse y empezar a estabilizar la situación, aunque es claro, no cree que todas puedan aguantar el ajuste. "Las carreras tienen que vender tus fortalezas y desde ahí convencer al público corredor. Ya lo hacen la Behobia-San Sebastián o el maratón de Valencia que han vuelto a agotar dorsales. Pero la carrera que piense que, como la he organizado siempre así, los corredores van a seguir viniendo, lo va a pasar mal. Y una vez que un año dejas de organizar una carrera, es como si perdieras tu sitio en el negocio y es muy difícil volver. Creo que el mercado se recolocará a la baja y las pruebas que no consigan un público fiel, desaparecerán por no ser rentables", comenta.

Algo que concuerda con lo que comenta Déniz. "Para atraer a corredores, ahora los organizadores tienen que trabajar mucho más. Los runners que no tienen una vinculación sentimental con la carrera que corrían otros años simplemente han cambiado por algún motivo, ya sea por la marca de la camiseta, el trazado más favorable o el precio. Este año gestionamos unas 15 San Silvestres en la Comunidad de Madrid, tenemos casos en que han aumentado un 30% sus inscripciones y otros en que han bajado ese 30%. En números absolutos, el número de corredores ha descendido apenas un 2%".

El problema de la fidelización y el interés de la gente para elegir una u otra carrera es algo que se ve claramente en el número de maratonianos, la prueba reina de la disciplina y a la cual cada vez le cuesta más atraer participantes. Según los datos que maneja Minchinela, la participación en los maratones de asfalto disputados en España en 2022 ha bajado un 20% con respecto a 2019. En aquel año 65.344 personas terminaron un maratón en España. Esos mismos maratones, en 2022, solo tuvieron 53.395 llegados a meta. "El dato en sí es malo, pero habrá que esperar para trazar una tendencia. Y no solo son los maratones, muchas otras carreras ya dan síntomas de haber llegado en el pasado a su tope".

Sánchez, por su parte, es claro a la hora de analizar este atracón, aunque cree que puede haber luz al final del túnel. "No quiero con esto señalar a nadie, pero hace unos años todo el mundo organizaba una carrera y se creía que sin hacer nada la llenaría. Había mucho dinero público que venía de ayuntamientos y otras instituciones esperanzadas por poder atraer gente emulando a algunos casos muy concretos. Pero los organizadores cogían el dinero y no hacían nada. Al final veías que en una carrera en un pueblo perdido de Ávila daban el mismo dinero por ganar que en una gran prueba de trail nacional. Ibas al pueblo y solo corrían 40 galgos que iban a por el dinero", comenta Sánchez. "Eso no había por dónde cogerlo, y si el sector no se da cuenta de que esto ha cambiado, muchos se quedarán por el camino. Eso sí, luego ves el caso de Valencia, por ejemplo, y te das cuenta que hay futuro", añade.

En esa posible salida al estancamiento, él apunta un camino claro que empieza también a palparse en los datos. Todo puede pasar por atraer cada vez a más mujeres y por una zona geográfica del país: el Levante. "Nosotros seguimos la tendencia de Estados Unidos que, como en tantos otros sectores, es nuestro referente. Bien, pues allí hace tiempo que las mujeres están en el mismo nivel que los hombres en cuanto a participación en este tipo de eventos, y aquí cada vez va a más. Behobia lleva tiempo centrada en eso, al igual que Valencia y es el siguiente paso para poder crecer", comenta.

El salvavidas está en el Levante y en las mujeres

Si volvemos a los datos de la encuesta del Ministerio, se ven las tendencias que comenta Sánchez. Por un lado, en el caso de la geografía, el Levante español es la zona donde mejor aguanta la práctica del running. Aunque sus números caen, no lo hacen al ritmo de lugares como Islas Baleares, Cataluña o Extremadura, y en 2022 se convierte en la zona del país donde más deportistas practican "carrera a pie" (así lo llaman en la encuesta) de todo el país. Además, lindan con uno de los dos únicos puntos en los que los números de deportistas que corren crece: Castilla-La Mancha (el otro es Cantabria). Pruebas como la Maratón de Valencia han convertido a estas regiones en una referencia.

Aunque algunos como Déniz optan por no quedarse solo con el caso levantino. Según sus informaciones, hay otras regiones donde también se puede vislumbrar puntos positivos. "Para 2023, ya se empieza a ver tendencia. Tenemos carreras completamente agotadas meses antes de su celebración como la Media Maratón de Sevilla o la Media Maratón de Mérida. Y Maratón de Sevilla o Medio Maratón de Madrid van con números mejores que en la edición 2019".

El caso de las mujeres que destacaba Sánchez también se muestra en los datos. Especialmente en el deporte federado. La llegada de más y más mujeres a entornos cada vez más profesionalizados es algo común en todas las disciplinas deportivas, pero en el caso del atletismo la variación con los hombres es llamativa. Mientras en el caso masculino, los inscritos han crecido un 9,8% desde 2011, en el caso de las mujeres esa cifra se dispara hasta el 33%. Más pronunciado es incluso en las federaciones de triatlón y montañismo, bastante relacionadas también con el mundo de las carreras y en cuyas bases de datos las mujeres han crecido un 230% y un 121% respectivamente. Los hombres se han quedado en un 67% y un 68%.

Sobre el futuro, el organizador y speaker es optimista. Cree que este ajuste del mercado era necesario y parte de la estabilización del running como deporte importante en el país y pone todas sus esperanzas en las mujeres. "Muchos de los que corrían antes solo en asfalto ahora están probando también el trail, y es normal, al final quieres probar cosas nuevas. Pero si conseguimos atraer cada vez más al público femenino, toda la industria saldrá ganando. La corredora es por norma general más fiel a las carreras e incluso gasta más en moda y complementos que los chicos. Además, aquí tenemos un circuito muy bueno con las Carreras de la Mujer. Se están convirtiendo en el primer contacto con la disciplina de muchas chicas igual que la San Silvestre lo fue para nosotros y ya tienen como 9 pruebas en todo el país. Los tiempos van cambiando".

Cuando Ángel Sánchez decidió apuntarse a la San Silvestre Vallecana de 2013 tuvo suerte. "Cogí el móvil y tirando de datos, que en ese momento se pagaban a tocateja, conseguí el dorsal. Con el PC era imposible, la web colapsaba". Durante años una historia como esta sonaba a algo habitual entre los fans del running. Si querías estar en la carrera de fin de año más famosa de España debías ponerte una mañana de noviembre a pulsar F5 sin parar o buscar algún truco para intentar encontrar uno de los 40.000 dorsales que reparte la organización. Pero algo ha cambiado este 2022. Hasta 2 días antes de la carrera, sobraban inscripciones.

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