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Una camiseta de fútbol cuesta ocho euros y se vende por 170: ¿están timando al aficionado?
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ENORMES MÁRGENES EN EL SECTOR

Una camiseta de fútbol cuesta ocho euros y se vende por 170: ¿están timando al aficionado?

La demanda por este tipo de productos, que han entrado en la moda diaria, está disparada, así como sus precios, lo que proporciona gruesos márgenes a vendedores y fabricantes

Foto: Camisetas del Real Madrid y el Valencia en el Mestalla, en septiembre de 2021. (Getty/Soccrates/David S. Bustamante)
Camisetas del Real Madrid y el Valencia en el Mestalla, en septiembre de 2021. (Getty/Soccrates/David S. Bustamante)

Si quieres una camiseta como que la que luce Benzema esta temporada, el precio final es de 170 euros. Si prefieres la de Lewandowski, flamante fichaje del Barcelona, son 165 euros, lo mismo que cuesta la de Joao Félix en el Atlético de Madrid. El desglose es: 140 euros por la camiseta, 10 por el parche de LaLiga y otros 20 por la imprimación del dorsal y el nombre del jugador.

Las camisetas de fútbol, más allá de las ediciones limitadas, nunca fueron más caras que hoy. Este artículo versa sobre cómo hemos llegado a pagar casi un 20% del sueldo mínimo interprofesional por una prenda cuyo coste de fabricación está por debajo de los 10 euros. "Lo primero que tenemos que entender es que, en los últimos 20 años, los fabricantes han comenzado a hacer diferencia entre las camisetas que llevan los jugadores (etiquetadas como 'authentic' o 'player') y las que se hacen para los aficionados ('stadium' o 'replica'). Las primeras cuestan una media de 140 euros y las segundas, en torno a 80", dice un exdirectivo de Adidas a nivel europeo. "Las versiones 'player', mucho más caras, están imponiéndose en las tiendas, porque así lo quieren clubes y fabricantes, se trata de una moda heredada de Estados Unidos".

Los clubes comenzaron a principios de siglo a vender camisetas distintas a las que llevan los jugadores sobre el césped. A simple vista, es complicado distinguirlas, pero hay ligeras diferencias, sobre todo al usarlas. Las versiones 'player' son más ligeras, a menudo microperforadas para favorecer la transpiración y con tejidos livianos, mientras que las 'replicas' tienen un corte ancho y usan materiales más duraderos. En los últimos años, las marcas están utilizando a diversos 'youtubers' e 'influencers' para mostrar los detalles que las hacen distintas y, en definitiva, situar las versiones 'player' como una compra aspiracional.

No obstante, el exdirectivo de Adidas no opina del mismo modo: "Las versiones 'player' son de peor calidad. Es decir, el tejido es mejor para la práctica deportiva, pero todo lo demás es más barato. Esto es así porque se busca que los jugadores no tengan roces con la camiseta, especialmente en la zona de los pezones, de modo que los escudos y los detalles no están bordados, sino termosellados. Esto significa que van a aguantar menos lavados y que, al mínimo estirón, te puedes quedar con la camiseta en la mano. Este es el motivo por el que cada vez vemos más camisetas desgarradas en el fútbol profesional", afirma.

"En resumen", continúa el exdirectivo, "aunque ahora esté de moda, comprar o regalar una camiseta 'player' no es mejor que una 'replica', simplemente va a ser más cara y menos duradera. Si lo que buscas es alguna de las tecnologías que llevan, normalmente para hacer deporte, es mejor comprar una normal, sin que pertenezca a un equipo".

Con todo, la venta de 'replica' sigue muy por encima de las versiones de jugador. De hecho, las cifras están disparadas: "Las camisetas 'replica' están en pleno 'boom', las cinco principales ligas vendieron el año pasado más de 16 millones de unidades, y se espera que siga el crecimiento", dice Peter Rohlmann, doctor en 'marketing' y uno de los mayores expertos en camisetas de fútbol del mundo. Las cinco grandes ligas crecen en ventas, salvo España, por dos motivos: son las terceras más caras (por detrás de Italia y Francia) y, lo que es más importante, en los últimos años ha perdido a sus dos principales 'vendecamisetas', Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.

Tampoco es cierta la versión que filtran los fabricantes que asegura que el precio de las camisetas no ha subido, sino que solo se ha actualizado el precio por la inflación. En 1992, una camiseta de fútbol media costaba 30 euros (4.995 pesetas). Actualizado el IPC, hablaríamos de 62 euros, 18 menos de lo que realmente cuesta en tiendas. Esto, hablando de las versiones 'replica' y de equipos de segundo nivel, ya que las Nike y Adidas arrancan en los 90 euros. En esta línea, el informe 'Replicas and Manufacturers in Top European Football', liderado por el doctor Rohlmann, indica que el producto se ha repreciado un 42% desde 2011, cuando la inflación en España para este periodo se estima en el 11%.

"El precio de las camisetas crece, en primera instancia, porque hay una demanda bestial", dice el exdirectivo de Adidas, "pero también por la piratería. Las pérdidas estimadas por las copias pirata las pagan los que compran producto original. Además, los fabricantes han recuperado las tramas para forzar a los chinos a que eleven sus costes, pero no parece que lo estén consiguiendo".

En paralelo, las ventas de las camisetas falsificadas desde China también se encuentran en máximos. Con rebajas en torno al 80% del precio, los fabricantes chinos han conseguido copias casi indistinguibles del producto auténtico. "Y en muchas ocasiones son capaces de fabricar los nuevos modelos antes de que las grandes marcas los tengan en sus tiendas; es un drama del que apenas se habla, porque las ventas oficiales siguen creciendo con fuerza", dice el exdirectivo de Adidas.

Margen de beneficio de más del 60%

La gran pregunta es: ¿cuesta una camiseta lo que se paga por ella? La respuesta corta es no. El doctor Rohlmann ha diseccionado los costes de una camiseta 'replica' promedio, que se vende por 80 euros, para concluir que los mayores beneficiados son los puntos de venta y los clubes, que a menudo son la misma entidad. Al fabricante le cuesta producir y transportar la camiseta 7,74 euros. A esto habría que sumar los gastos de promoción (2,34 €), los 'royalties' que paga a los equipos por cada unidad (4,95 €) y la inversión en fuerza de venta (2,02 €).

En total, que una camiseta acabe en la tienda cuesta 17 euros, pero este no es el precio mayorista. El fabricante cobra a la tienda 32,34 euros por unidad, asegurándose un margen del 19% del precio final. El punto de venta es el que obtiene mayor beneficio, y este es el motivo por el que los grandes clubes cada vez potencian más sus tiendas oficiales. A la tienda le queda un beneficio bruto de 48,50 euros, de los que habría que descontar los impuestos, que Rohlmann ha calculado como en Alemania (16%), pero que en España ascienden al 21%.

En resumidas cuentas: cada vez que alguien compra una camiseta, al fabricante le quedan 17 euros, al vendedor en torno a 30 y al club en torno a cinco, con la salvedad de que los equipos, además, firman contratos millonarios con los fabricantes por vestirles. Real Madrid y Barcelona perciben en torno a 150 millones de euros anuales de Adidas y Nike, mientras Manchester United y Liverpool obtienen cerca de 90 millones por temporada.

El exdirectivo de Adidas está de acuerdo con estas cifras, si bien introduce matices: "A clubes como el Manchester United, que lleva casi una década siendo el club que más vende del fútbol, les interesa recibir un fijo menor y un porcentaje mayor por cada venta, pero al Atlético de Madrid, que hasta hace unos años vendía poco, le conviene lo contrario", detalla.

"Tampoco estoy muy seguro del beneficio de tienda y fabricante. En mi experiencia, la marca se lleva algo más, y el vendedor algo menos, pero entiendo que esto son cantidades promedio. Lo que el aficionado tiene que tener claro es que, cuando sale en la prensa que tal marca va a pagar un pastizón a un club por hacer sus 'kits', eso significa que el aficionado va a tener que rascarse el bolsillo. Cada gasto que vemos en el fútbol, desde un fichaje hasta la construcción de un estadio, se refleja en el aficionado, y las camisetas se han convertido en una excelente alternativa de ingresos", dice el directivo.

"Pronto, los clubes estrenarán un diseño de camiseta cada partido"

Tan jugoso es el pastel, sobre todo en la parte minorista, que el mercado comienza a ver ciertos excesos. A comienzos de este verano, la Autoridad de Competencia y Mercados británica (CMA, por sus siglas en inglés) advirtió al club escocés Glasgow Rangers y a la multinacional JD Sports de una próxima sanción porque descubrió que habían fijado ilegalmente los precios de las camisetas del equipo. Según se desprende de la investigación, el Rangers se comprometió a venderle las camisetas más baratas a cambio de que se ofrecieran al público al precio de la tienda oficial, evitando así las habituales rebajas del minorista.

En la actualidad, en torno al 50% de los ingresos de los grandes clubes procede del departamento comercial (el otro 50% se lo reparten los derechos de TV y el 'matchday', casi a partes iguales), y su producto estrella son las camisetas oficiales del equipo. De modo que, a futuro, podemos esperar lo mismo que viene sucediendo en las últimas dos décadas: "Pronto llegaremos a los extremos de la NBA, donde muchos equipos estrenan equipaciones casi para cada partido. Creo que es la idea del PSG con Nike, aunque está por ver. Y, por supuesto, las camisetas serán cada vez más caras y sofisticadas; hasta que se frenen las ventas, y eso es algo que no parece que vaya a suceder pronto", dice el ex de Adidas.

Foto: Alemania es la cuna de dos de las grandes firmas de ropa deportiva: Adidas y Puma. (Fuente: FC Bayern München)

Por último, le hacemos al exdirectivo la pregunta que todo aficionado tiene en mente: ¿son un timo las camisetas de fútbol? "Sí y no. Si lo vemos por la parte del fabricante y del vendedor, ambos se llevan en torno a un 30% de margen, un porcentaje que entra dentro de lo normal en cualquier sector. Ahora, si hablamos del aficionado que, por ejemplo, se compra una camiseta 'player'... Si tenemos en cuenta que 35 euros se van en impuestos, y que otros 20 se van en fabricación y distribución, nos quedan 85 euros de beneficio a repartir entre club, marca y vendedor (una vez pagados la camiseta, la distribución, la publicidad y los impuestos). Eso es un reprecio del 60% y, sí, se parece a un timo".

"De todos modos, no hay que tomar las camisetas de fútbol como una mera prenda deportiva, porque hace tiempo que trascendieron esa categoría", continúa el exdirectivo: "Se trata de un elemento de moda en auge, que además tiene un apego emocional en los aficionados y les sirve para decirles a los demás cuáles son sus pasiones. Todo esto se paga".

Si quieres una camiseta como que la que luce Benzema esta temporada, el precio final es de 170 euros. Si prefieres la de Lewandowski, flamante fichaje del Barcelona, son 165 euros, lo mismo que cuesta la de Joao Félix en el Atlético de Madrid. El desglose es: 140 euros por la camiseta, 10 por el parche de LaLiga y otros 20 por la imprimación del dorsal y el nombre del jugador.

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