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Adiós al rey de los 60, la mítica década de los yeyé, los 600 "y los triunfos de Manolo"
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Santana fallece a los 83 años

Adiós al rey de los 60, la mítica década de los yeyé, los 600 "y los triunfos de Manolo"

Manolo Santana fue el último pionero cuyos éxitos se vieron en blanco y negro, entregando el testigo en los 70 a Ángel Nieto y en los 80 a Severiano Ballesteros

Foto: Manolo Santana. (EFE/Juanjo Martín)
Manolo Santana. (EFE/Juanjo Martín)

Manolo Santana tenía la costumbre de llamar a Ángel Nieto cuando regresaba de sus viajes tras competir por el mundo. Eran tiempos en los que sus gestas se veían en blanco y negro con enorme asombro por parte de los pocos españoles que disponían de televisión, o de aquellos que las conocían a través del No-Do cuando acudían al cine. Santana fue junto a Nieto, Federico Martín Bahamontes, Paquito Fernández Ochoa, Seve Ballesteros, el gimnasta Joaquín Blume o el boxeador José Legrá los pioneros del éxito del deporte español en la segunda mitad del pasado siglo. Cuando Santana volvía a España, se reencontraba con Nieto y hablaban de lo que habían descubierto cuando iban a competir y lo que les contaban sus rivales, más habituados a la profesionalización en el deporte.

"Los grandes deportistas que salíamos fuera a competir, nos reuníamos a la vuelta para contarnos las cosas. Yo llamaba a Ángel, cenábamos o comíamos, y me aconsejaba, aunque fuera mucho más joven que yo. El deporte poco a poco se empezó a conocer en España, comenzamos a ganar un poco de dinero e hicimos que el Gobierno se diese cuenta de lo que significaba un éxito deportivo para la imagen del país", recordó Santana años después.

Corría el año 59 cuando Federico Martín Bahamontes, el único de los pioneros que queda vivo tras el fallecimiento de Santana, se proclamaba campeón de Tour de Francia. Era el primer español que lograba adjudicarse la histórica ronda gala de ciclismo, lo que significó el primer gran logro del deporte español por aquel entonces. El toledano, un escalador superdotado, se hizo con seis grandes Premios de la Montaña en el Tour, uno en el Giro y dos en la Vuelta. 'El Águila de Toledo' es, todavía hoy, a sus 93 años, una leyenda viva del ciclismo español e internacional.

placeholder Federico Martín Bahamontes. (EFE/Ismael Herrero)
Federico Martín Bahamontes. (EFE/Ismael Herrero)

Los primeros éxitos domésticos de Santana

Por entonces, Santana andaba cosechando sus primeros éxitos domésticos en el tenis, deporte que descubrió al llevarle un día un bocadillo a su hermano al Club Velázquez, en el que ejercía de recogepelotas. Miembro de una familia humilde, Manolo se enamoró del tenis. Como no tenía dinero, un socio del club de su hermano, Álvaro Romero-Girón, le financió desinteresadamente los estudios y la formación deportiva para que pudiera competir. Su primer triunfo serio llegó en el Campeonato de España de 1958. Y en noviembre de 1959, cuatro meses después de que Bahamontes entrase vestido de amarillo en París, Santana ganó su primer torneo internacional. El Argentina Championships en Buenos Aires, batiendo en la final al chileno Luis Ayala.

La década de los 60 arrancaba con grandes expectativas para el tenista madrileño, que se terminaría convirtiendo en un mito del deporte con sus triunfos en Roland Garros (1961 y 1964), en el US Open (1965) y el emblemático triunfo en Wimbledon (1966). A lo que sumó un oro en los Juegos Olímpicos de México 68, siendo el tenis deporte de exhibición. Santana cosechó veinte títulos en su carrera, con 113 triunfos y 44 derrotas como profesional. De todos ellos, el propio Santana siempre ponderó la importancia del triunfo en la hierba de Wimbledon, al ser una superficie desconocida en España, "porque no había dónde practicar". Quizás eso explique que nunca pudo ganar la Copa Davis con España, ya que fue subcampeón en 1965 y 1967, y en ambas cayeron ante Australia jugando sobre hierba.

Aquellos triunfos se vieron en blanco y negro, ya que la primera vez que TVE emitió en color, con cámaras prestadas, fue en 1969 el Festival de Eurovisión desde Madrid. Si Santana fue el héroe deportivo de los 60, en los 70 irrumpió la figura de Ángel Nieto subido a su Derbi de 50 centímetros cúbicos. Aquel año inauguró su colección de entorchados mundiales, al que le siguieron los de 1970, 1971,1972, 1975, 1976, 1977, 1979, 1981, 1982, 1983 y 1984. El zamorano celebró 90 victorias en grandes premios del Mundial de motociclismo, 139 podios, y otras 128 victorias en campeonatos de España.

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Victorias como punto de inflexión

En medio de la triunfal carrera de Nieto, los españoles paladearon otras dos victorias imprevistas que significaron un punto de inflexión en el deporte español. En 1972 el esquiador Paquito Fernández Ochoa se convirtió en el primer campeón olímpico individual español al colgarse la medalla en Sapporo. Esto sirvió para popularizar el esquí en España, un deporte desconocido para la mayoría de los españoles. Su padre Francisco Fernández, gerente de la escuela de esquí del Puerto de Navacerrada, le inculcó la pasión por este deporte, que después imitaron sus hermanos Juan Manuel, Blanca, Luis y Lola. Y Blanca reeditó el éxito de su hermano 20 años después al colgarse el bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville.

El último gran triunfo de la estirpe de pioneros también se pudo ver en color. Fue la conquista del British Open de golf de 1979 por parte de un cántabro. Hijo del jardinero del campo de golf de Pedreña, Severiano Ballesteros debutó como caddie cuando tenía solo nueve años. Su afición le llevó a convertirse en profesional y revolucionar el mundo de golf, descubriendo otro deporte invisible hasta entonces en España. Seve no solo se convirtió en un exitoso pionero del deporte español, también en una leyenda del golf mundial venerada en los países más tradicionales.

Foto: El tenista español posa en su club de tenis en Marbella. (EFE/Al)

Ballesteros fue a los 80 lo que Santana a los 60 y Nieto a los 70. Ganó tres Abiertos Británicos (1979 y 1984 y 1988), dos Másteres de Augusta (1980 y 1983) y con Ryder Cups (1985, 1987, 1989, 1995 y 1997), las dos últimas como capitán. Seve acumuló en su carrera 96 títulos, 50 de ellos en el European Tour y 9 en el PGA Tour. Ahora con Santana se despide uno de esos hombres que soñó algo impensable para los deportistas españoles y lo persiguió hasta lograrlo. Despedía Rafa Nadal a Santana advirtiendo que "Manolo ha sido una persona que nos ha facilitado el camino a todos los demás". "Él consiguió algo que estaba fuera del alcance". Y uno de sus más fieros rivales, y entrañables amigos, el australiano Rod Laver, uno de los dos únicos tenistas que ha ganado los cuatro Grand Slams en un mismo año, le definía así: "Manolo era un mago en la tierra batida, golpeaba la bola a los ángulos más increíbles. Te volvía loco con sus globos y dejadas. Y mejoró tanto su volea que era peligrosa incluso en hierba". Se ha ido Santana, el último pionero cuyas gestas se vieron en blanco y negro. El rey de los 60, la década de los 600, los yeyé y los triunfos de Manolo.

Manolo Santana tenía la costumbre de llamar a Ángel Nieto cuando regresaba de sus viajes tras competir por el mundo. Eran tiempos en los que sus gestas se veían en blanco y negro con enorme asombro por parte de los pocos españoles que disponían de televisión, o de aquellos que las conocían a través del No-Do cuando acudían al cine. Santana fue junto a Nieto, Federico Martín Bahamontes, Paquito Fernández Ochoa, Seve Ballesteros, el gimnasta Joaquín Blume o el boxeador José Legrá los pioneros del éxito del deporte español en la segunda mitad del pasado siglo. Cuando Santana volvía a España, se reencontraba con Nieto y hablaban de lo que habían descubierto cuando iban a competir y lo que les contaban sus rivales, más habituados a la profesionalización en el deporte.

Severiano Ballesteros
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