El Rayo brilla en una noche histórica en Girona y vuelve a Primera División (0-2)

El Rayo Vallecano es de Primera otra vez. Después de una temporada irregular, en la que se clasificó en el último puesto para disputar el playoff, los de Iraola eliminaron con brillantez al Leganés, en principio el favorito para el ascenso, y en última instancia al Girona, que se había impuesto en el partido de ida en Vallecas. Bastaron los goles de Álvaro García y Trejo, ambos en la primera parte, para sellar la vuelta del equipo madrileño a la máxima categoría tres años después.

Y lo hizo al estilo vallecano, con angustias y alegrías a partes iguales. El encuentro comenzó en Montilivi con el mismo guion que en Vallecas: con el Rayo muy agresivo, luchando todos los balones y creando peligro en el área gerundense. Pero, a diferencia de la idea, esta vez el gol no fue esquivo. En el minuto 7, Álvaro recibió al espacio un pase larguísimo de Velázquez, controló al vuelo y le colocó una soberbia vaselina a Juan Carlos con su pierna mala. Un golazo con todas las letras que puso al Rayo camino de la remontada, ya que tenía que remontar el 1-2 de la ida.

El Rayo seguía creando oportunidades pero el segundo no llegaba. Regresaron los fantasmas de la semana pasada en Vallecas, cuando los franjirrojos crearon decenas de ocasiones y al final salieron trasquilados. Fue de nuevo Álvaro García al borde del descanso, eléctrico durante todo el playoff, el que recibió de nuevo al hueco y se la dejó a Trejo, su 'partner in crime' del ascenso, que se trastabilló y a punto estuvo de no marcar dentro del área pequeña. Sin embargo el menudo astro argentino, ante su última oportunidad de volver a Primera, se repuso desde el suelo y consumó la alegría vallecana. 0-2 al descanso y a sufrir.

Por si no fuera poco para un conjunto como el Rayo, incapaz de mantener el resultado, a los diez minutos el árbitro expulsó al central Velázquez por... resbalarse cerca de un rival. El colegiado lo interpretó como una entrada violenta y dejó al Rayo con diez para el resto del partido. Con uno menos, sumado al gran esfuerzo de la primera parte, recibir un gol del Girona era una garantía de quedarse en Segunda.

El Rayo lo sabía y se agigantó. Lo hizo Fran García, con un partido de esos que le contará a sus nietos, lo hizo Isi, que se peleó hasta con el utillero del Girona y lo hizo Luca Zidane, muy seguro durante toda la noche, y eso que tuvo trabajo. Y por supuesto el técnico Andoni Iraola, que en tres años como profesional ha conseguido clasificar para UEFA al AEK Larnaca, llevar al Mirandés a semifinales de Copa y ascender al Rayo. Lo demás, una defensa numantina, mucho sufrimiento y, al final, la recompensa. El Rayo vuelve a ser de Primera, de donde nunca debió salir.