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Rey Enigma, el maestro del ajedrez que recorre Madrid y promete 100 euros a quien le gane
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Continúa el auge del juego milenario

Rey Enigma, el maestro del ajedrez que recorre Madrid y promete 100 euros a quien le gane

La doble vida de este ajedrecista profesional madrileño (que se gana la vida con el marketing y la publicidad) empieza a tener éxito en las redes sociales y es otro síntoma más de la explosión de las 32 piezas en el mundo de la pandemia

Foto: El Rey Enigma, en El Retiro.
El Rey Enigma, en El Retiro.

Madrid, Parque del Retiro, junto al lago (en la esquina más cercana a la Puerta de Alcalá), un viernes a las siete de la tarde. Hay un señor totalmente cubierto por un traje como el del Hombre Araña, confeccionado con una tela de cuadros grandes, en blanco y negro. Está sentado en el suelo, frente a un tablero y a una niña de siete años con una bicicleta naranja, completamente “fascinada” por los 64 escaques (dice su madre), que nunca ha jugado con reloj. La niña cuenta los escaques primero con el dedo, y después mueve el caballo correctamente. El Rey Enigma levanta el pulgar (no dirá nada en toda la tarde, para que no le reconozcan) y le indica después que dé al reloj. Hay una extrema delicadeza en sus gestos y movimientos, pero con las 16 piezas es implacable.

Hay no menos de 50 personas mirando de pie, la mayoría adolescentes, pero también niños y abuelos. Cuando la niña del casco y las rodilleras pierde, el hombre del traje blanco y negro le da la mano, aplaude y baja la cabeza en señal de respeto. No le da tiempo ni a volver a disponer las piezas en posición de inicio antes de que se siente frente a él un quinceañero argentino al que le ha enseñado a jugar su padre. Se tocan el codo en señal de saludo y empiezan a jugar a toda velocidad, dando con fuerza al reloj electrónico tras cada movimiento, casi de forma agresiva. Ochenta segundos después, el adolescente musculado de Buenos Aires está acabado. Hay aplausos al final (jaque mate). Los rivales se dan la mano. "¡Qué rápido!", dice el adolescente. Suena jazz callejero en el lago, donde se percibe ya la algarabía esperable tras la vacunación masiva de la población.

placeholder El Rey Enigma reta a un viandante en El Retiro.
El Rey Enigma reta a un viandante en El Retiro.

Se trata siempre de partidas 'relámpago' o 'blitz' (la fiebre del ajedrez moderno), en este caso tres minutos para cada contrincante, controladas siempre por un reloj digital. El personaje lleva ya varios cientos de ellas, pero jamás ha perdido una (hasta ahora). La persona que lo consiga se llevará 100 euros: es la promesa de este ajedrecista profesional sin nombre para promocionar la actividad deportiva que más se ha beneficiado de la pandemia y el confinamiento en todo el planeta.

Foto: Pepe Cuenca. (Twitter)

El Rey Enigma se expresa sólo con gestos, principalmente dando indicaciones con el dedo (incluso informa a sus víctimas de dónde pueden mover su rey cuando están en jaque). Hace calor en el Retiro este viernes, pero no demasiado (es 4 de junio). Un número sorprendente de adolescentes se acercan a preguntar por qué canal de YouTube pueden seguirle. Hay un momento en el que parece, al caer ya la tarde, que podrá irse a su casa, pero enseguida llega otra pareja de aficionados; y uno de ellos, como se verá, le pondrá en un brete. “Es maravilloso; la gente viene, se amontona, quiere participar”, explicará el ajedrecista días después por videollamada a este periódico (con la voz distorsionada por un artefacto bastante irritante: el Rey Enigma está obsesionado con mantener el anonimato).

El ajedrez 'relámpago' (menos de 10 minutos por jugador, frente a las cinco horas de las partidas tradicionales) se está consolidando en Internet como vía de crecimiento de una disciplina ancestral que parecía algo estancada hace sólo unos años. El vértigo es constante: los jugadores piensan, mueven su pieza y dan al reloj en menos de un segundo. Si los contrincantes son avezados, ninguno habrá llegado a consumir un minuto de su tiempo y habrá pasado de todo, con varias piezas ‘sacrificadas’ a los lados del tablero.

¿Cómo llega alguien a vivir una segunda identidad que sólo conocen (según su propia confesión) seis personas más? “Fue una idea de salir un poco…”, relata con su voz falsa. “Nació la idea a raíz de la serie Gambito de Dama, decidí inculcar este juego maravilloso y sus valores, que la gente lo pueda conocer más allá de lo que era la serie… Yo tenía amigos que hacían streaming, retransmisiones de ajedrez en directo, jugaban partidas en YouTube, algo muy diferente al ajedrez tradicional. Pero para que no afectase a mi vida laboral, decidí ocultar mi identidad”.

placeholder El Rey Enigma reta a un viandante en El Retiro.
El Rey Enigma reta a un viandante en El Retiro.

El Rey Enigma (nombre artístico) se define como un “ajedrecista profesional que busca revolucionar el mundo del ajedrez y demostrar que el ajedrez NO es aburrido”. Tiene entre 35 y 40 años, vive en Madrid, es soltero, no tiene hijos y se dedica al marketing y publicidad. Es aficionado a “todo tipo de deportes, especialmente el fútbol, baloncesto y tenis”, además de a la meditación. Empezó a jugar al ajedrez a los 5 años, y ha competido en torneos internacionales celebrados fuera de España. Tiene actualmente 227.000 seguidores en TikTok, 23.000 en YouTube, 5.000 en Twitch y 18.000 en Instagram. Reconoce estar “alucinado con el crecimiento tan brutal” que ha visto desde que empezó a lucir su personaje, en enero de 2021: “En algunas de las plataformas llevo apenas dos meses y estoy creciendo miles de seguidores cada día”.

El enigmático disfrazado del Retiro y de la Plaza de Ópera (sus dos campos de acción por el momento) cuenta que tardó más de un mes en contárselo a su familia (“tenía miedo de que fuera un fracaso y que me descubrieran en la primera semana”). El mayor inconveniente, dice, es la doble vida en sí misma: “Mis mejores amigos no lo saben, y resulta muy duro tener que ocultarles a lo que me dedico día tras días inventándome excusas… Tengo pesadillas casi todas las noches con que descubren mi identidad, hay veces que me planteo si realmente esto merece la pena, por todo lo que tengo que sacrificar para no revelar mi identidad”. ¿Anécdotas divertidas? “Hay muchos ajedrecistas me han enseñado vídeos del Rey Enigma desde su móvil sin saber que lo tenían justo delante…”

"Tengo pesadillas casi todas las noches con que descubren mi identidad"


El ajedrecista sin nombre nunca habla en público; sencillamente se sienta, coloca el tablero, las piezas y un cartel con su nombre y la promesa de los 100 euros. Juega siempre con blancas. ¿Por qué, por miedo? “No…”, contesta. “Es por no sortear todo el rato. Evidentemente, jugar con blancas es algo más cómodo, pero realmente es por no tener que elegir siempre y perder tiempo. Y ya que me va a costar 100 euros, pues elijo eso [ríe]. Pero no es por miedo”.

placeholder El Rey Enigma reta a otro viandante en El Retiro.
El Rey Enigma reta a otro viandante en El Retiro.

No quiere desvelar su ELO oficial [sistema de puntuación, basado en cálculo estadístico, que decide el escalafón nacional y mundial], porque “eso sí debe ser un enigma, sería muy fácil saber quién soy. Sí puedo decirte el de las plataformas online [que han explotado con la pandemia], que está entre 2550 y 2600 puntos en partidas rápidas. (El noruego Magnus Carlsen, campeón mundial de ajedrez, tiene alrededor de 3000 en estas páginas, y en el oficial de la Federación Internacional 2850. El mejor jugador de España tiene en plataformas alrededor de 2900).

El Rey Enigma no quiere siquiera revelar si está entre los mejores 25 ajedrecistas de España: “Perdona, pero quizá sería demasiado fácil determinar quién soy, no hay tantos. Pero sí puedo decir que contra los mejores jugadores de España podría pasar cualquier cosa, sería una partida reñida seguro”. (Ha jugado, por ejemplo, con Sabrina Vega, campeona de España, o la gran maestra María Rodrigo).

Resulta evidente que el Rey Enigma no quiere sólo promocionar su actividad predilecta, sino intentar dedicarse en exclusiva a ella. Tiene un amigo que le ayuda con la parte técnica y graba los vídeos; a veces, cuando juega en la calle, van dos. “Para mí, por supuesto, sería un sueño poder dedicarme al ajedrez. Me encanta, es mi pasión, lo disfruto. Yo trabajo ahora 14-15 horas al día entre mi ocupación y esto, pero lo hago con mucho disfrute. Sería un sueño. Tengo un proyecto personal en ese sentido: poder vivir de difundir los valores del ajedrez”.

placeholder Espectadores observan al Rey Enigma jugando en El Retiro.
Espectadores observan al Rey Enigma jugando en El Retiro.

¿Cuáles son esos valores? “Para empezar, el ajedrez es divertido, no aburrido como lo pintan en la mayoría de los escenarios. Pero destacaría sobre todo el respeto. Es una de las cosas que más me gustan: siempre dar la mano, sea una victoria o una derrota dolorosa. Siempre aplaudir al rival... En el Retiro aplaude todo el mundo, el rival también... Hay mucha deportividad y muy buen ambiente en el mundo del ajedrez, que no he visto en otros entornos. Hay gente que llega y te dice ‘yo no sé jugar, pero me encanta el ambiente, se ve superinteresante, ¡me gustaría aprender!’”

Cae la tarde, pero ha llegado esa pareja y algunos otros aficionados de clubes diversos. Uno de ellos tiene un ELO oficial de 2.400 puntos. Nunca ha estado tan cerca de perder los 100 euros: cuando al rival se le agota el tiempo (que equivale a perder), al Rey Enigma sólo le quedan 20 segundos. “Ha estado muy muy reñida”, reconocerá después. “Nunca me había quedado con menos de 30 segundos de tiempo. Muy complicada, muy igualada, se ha decidido en los últimos instantes". Con la explosión del ajedrez en nuestro país y el fin de los confinamientos, no sería sorprendente que perdiese sus primeros 100 euros este mismo verano. Pero quizá combinando contenidos en YouTube y Twitch, suspira, pueda algún día ahorrarse ocho o nueve horas diarias de marketing y publicidad.

placeholder El Rey Enigma, en las inmediaciones del parque.
El Rey Enigma, en las inmediaciones del parque.

Madrid, Parque del Retiro, junto al lago (en la esquina más cercana a la Puerta de Alcalá), un viernes a las siete de la tarde. Hay un señor totalmente cubierto por un traje como el del Hombre Araña, confeccionado con una tela de cuadros grandes, en blanco y negro. Está sentado en el suelo, frente a un tablero y a una niña de siete años con una bicicleta naranja, completamente “fascinada” por los 64 escaques (dice su madre), que nunca ha jugado con reloj. La niña cuenta los escaques primero con el dedo, y después mueve el caballo correctamente. El Rey Enigma levanta el pulgar (no dirá nada en toda la tarde, para que no le reconozcan) y le indica después que dé al reloj. Hay una extrema delicadeza en sus gestos y movimientos, pero con las 16 piezas es implacable.

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