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Ancelotti, despedido por un informe y por sentar a Bale, hereda un Madrid catastrófico
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CHOCÓ CON FLORENTINO POR LAS ALINEACIONES

Ancelotti, despedido por un informe y por sentar a Bale, hereda un Madrid catastrófico

El italiano regresa a un Real Madrid con muchos más problemas y sin margen para hacer grandes fichajes

Foto: Ancelotti, en una imagen de cuando entrenaba al Everton. (Reuters)
Ancelotti, en una imagen de cuando entrenaba al Everton. (Reuters)

Las memorias de Carlo Ancelotti son elegantes, entendido el término como lo hace el presidente del Real Madrid, esto es, sin criticarle a él o al club. El italiano repasa sus dos años en el paseo de la Castellana con nostalgia, centrándose en momentos como el cabezazo de Ramos en la final de Lisboa, y recordando su buena relación con Florentino Pérez. "El presidente nunca escondió su admiración por mí, me llamaba 'el pacificador'. Me intentó fichar dos veces, cuando estaba en el PSG, antes de conseguirlo a la tercera", escribe Ancelotti. "Pero también me dijo que no le cogiera cariño al sillón, que ningún entrenador echa raíces en el Madrid, y yo sabía que era verdad, porque Pérez había despedido a nueve entrenadores en 12 años".

Foto: Carlo Ancelotti saluda a la grada durante un partido de Premier League. (EFE)

Florentino lo despidió el 25 de mayo de 2015, con un año de contrato vigente y habiendo conseguido cuatro títulos en dos temporadas (Copa del Rey, Champions, Supercopa de Europa y Mundialito).

No obstante, Carletto tiene claro cuál fue el principal motivo de su despido: un informe sobre la cantidad de los entrenamientos. El Madrid había conseguido una racha de 22 victorias consecutivas entre septiembre y diciembre de 2014 en un momento en que la UEFA publicó un estudio sobre las horas que dedicaba cada equipo europeo a entrenar. "Las cifras decían que entrenábamos menos que nuestros rivales, pero yo tenía la sensación contraria: que necesitábamos descansar más para poder competir por todos los títulos", dice el técnico. "Así que el club nos dijo que teníamos que incrementar el trabajo y eso hicimos. El resultado fue terrible: en el tramo final de la temporada, entre febrero y marzo, perdimos a James, Ramos, Modric, Benzema y Pepe por lesión. Fue definitivo. Aunque ganamos nueve de los últimos 10 partidos, no fue suficiente para conseguir LaLiga".

"Quitar a Bale es como atacarme a mí", le dijo Florentino Pérez a Ancelotti

El 4 de enero, el Madrid perdió contra el Valencia en Mestalla, acabando la racha de 22 victorias. En los últimos minutos, Ancelotti sentó a Bale en el banquillo, lo que no sentó nada bien al presidente. "Quitar a Bale es atacarme a mí", dijo Florentino Pérez. "Me lo reprochó y no le di más importancia, pero desde entonces nuestra relación no volvió a ser igual, perdió toda la confianza en mí".

Como sucedió con Zidane y muchos otros, Pérez se sirvió de sus medios afines para atacar a su entrenador, acusándole de ser demasiado blando con los jugadores. De hecho, menos a Mourinho, ha acusado a todos los técnicos de ceder ante las vacas sagradas del vestuario. Esta es una obsesión clásica del presidente, como también lo son sus sugerencias a la hora de alinear a sus preferidos. "Florentino llegó a pedirme que pusiera a Bale en una posición más centrada en el campo y le dije que no, que eso implicaría cambiar el dibujo de todo el equipo". Ahí Carletto firmó su final, aunque no se llevaría a cabo hasta el final de temporada.

Un Real Madrid en ruinas

Más allá de los desencuentros entre el presidente y sus técnicos, lo cierto es que el Real Madrid que heredará Carlo Ancelotti poco tiene que ver con el que dejó en 2015. Es más, se podría decir que el italiano tiene entre manos una patata caliente difícil de gestionar y que pocos confían en que sea capaz de cumplir los tres años de contrato que acaba de firmar. Línea por línea, a excepción del mediocampo, el equipo es más flojo y, lo que es peor, necesita una profunda reestructuración.

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Jugadores como Isco, Bale o Marcelo, que eran puntales en su anterior proyecto, se encuentran ahora con un pie fuera del equipo. El caso más flagrante es el de Bale: la antaño estrella galesa no ha vuelto a ser titular indiscutible desde la última temporada con Ancelotti en el Madrid, y su nulo rendimiento hace tiempo que convenció a Florentino Pérez de buscarle una salida. El problema es que no hay quien quiera pagarle la ficha y su reciente paso por el Tottenham no ha hecho sino alertar a los hipotéticos compradores. Bale ni está ni se le espera. Será el primer problema con el que tenga que lidiar el nuevo equipo técnico, ya que el jugador tiene un año más de contrato y, como ya demostró en el pasado, no está dispuesto a renunciar a un solo euro.

Algo semejante pasa con Isco, aunque en este caso la urgencia económica es menor. El malagueño, que aún no ha cumplido los 30, está fuera del Madrid y de la Selección, y es considerado por algunos de sus compañeros como "un exfutbolista" que ya ni siquiera se enfada cuando no juega o ni siquiera es convocado. Dicen las malas lenguas que su cercanía con Sergio Ramos, al que le une una gran amistad, es lo único que le mantenía aferrado al equipo blanco. Lo mismo se puede decir de Marcelo, solo que un puñado de años brillantes en el lateral izquierdo le han servido para ganarse el respeto de la directiva y los aficionados. Si Marcelo quiere cumplir el año de contrato que le queda, en principio no será ningún drama (de hecho, sale posando con las nuevas camisetas), si bien parece lógico que Ancelotti ya no puede contar con él como un activo de primer nivel.

Foto: Zidane, durante el reciente Athletic Club-Real Madrid. (EFE)

Y esa es otra cuestión, Sergio Ramos. El capitán, héroe de la Décima y baluarte de la zaga, vive sus peores días como profesional y está prácticamente fuera del equipo. A 30 días de que su contrato expire, ya nadie cree en otro milagro de última hora y se está planificando la próxima temporada sin él. Tampoco se cuenta con Varane, otro de los comodines de Carletto en su anterior etapa, que tiene decidido regresar a Francia después de haber vivido en España desde que tenía 17 años. El francés quiere acabar su carrera en su país natal y después de la Eurocopa hará público su destino, que todo apunta será el Paris Saint-Germain.

Tampoco verá en el vestuario Ancelotti a los portugueses Pepe y Cristiano Ronaldo, dos puntales de su alineación que han seguido rindiendo a gran nivel tras su salida del Bernabéu. Pepe, terriblemente infravalorado en Madrid por su mala cabeza, ha cerrado una temporada fantástica con el Porto, llevando el equipo hasta los cuartos de Champions gracias a sus imponentes actuaciones en el centro de la defensa. Qué decir de Cristiano, que ha anotado 101 goles en sus tres temporadas en Italia y sigue siendo uno de los mejores delanteros del mundo, pese a que con su salida dejó de ganar grandes títulos, como también le ha sucedido al Madrid.

Foto: El presidente del Real Madrid saluda cariñosamente a Isco y Asensio. (EFE) Opinión

A todo esto hay que sumar las salidas de Asensio, Odriozola, Mariano o Hazard, que necesita hacer una buena Eurocopa para tener alguna posibilidad de traspaso. El belga, primero por las lesiones y después por su indolencia, es un problema enquistado para el Real Madrid que solo se sostiene porque no hay público en el Bernabéu; en otras circunstancias, las pitadas que habría recibido a estas alturas habrían forzado al club a encontrarle una salida de urgencia.

Como ya adelantábamos en noviembre, este Real Madrid es uno de los más descompensados que se han visto en las últimas décadas. Que el excepcional rendimiento que ha sacado Zidane de la plantilla, a un paso de ganar Liga y Champions, no empañe la realidad catastrófica de los blancos. Hay demasiados jugadores al final de su ciclo profesional, los jóvenes no arrancan y los fichajes están dando un nivel que no se contemplaba ni en el peor de los escenarios. De ahí que ningún entrenador de primer nivel haya querido hacerse cargo de un equipo en el que se precisa una remodelación completa en un escenario pospandémico en el que no hay dinero que gastar. Carletto vuelve con su sonrisa y su ceja levantada al Bernabéu, donde casi todo el mundo le recuerda con cariño, pero sus posibilidades de triunfar ahora no son las mismas que hace seis años.

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Las memorias de Carlo Ancelotti son elegantes, entendido el término como lo hace el presidente del Real Madrid, esto es, sin criticarle a él o al club. El italiano repasa sus dos años en el paseo de la Castellana con nostalgia, centrándose en momentos como el cabezazo de Ramos en la final de Lisboa, y recordando su buena relación con Florentino Pérez. "El presidente nunca escondió su admiración por mí, me llamaba 'el pacificador'. Me intentó fichar dos veces, cuando estaba en el PSG, antes de conseguirlo a la tercera", escribe Ancelotti. "Pero también me dijo que no le cogiera cariño al sillón, que ningún entrenador echa raíces en el Madrid, y yo sabía que era verdad, porque Pérez había despedido a nueve entrenadores en 12 años".

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