Jaque del presidente a Ramos en una partida de egos
Sergio Ramos debe anunciar si se queda o se va del Real Madrid mientras se pierde los partidos clave de la temporada por una inoportuna lesión con la Selección
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El pasado martes Florentino Pérez terminaba de perfilar los detalles de la convocatoria de unas elecciones 'express' al Real Madrid que dejan sin margen de maniobra a cualquier candidato que se haya planteado presentarse. Unas elecciones que tendrán presidente este mismo mes, concretamente el 29 de abril. Lo que deja un margen de maniobra para organizar la candidatura (previa justificación de los 20 años de antigüedad y el preaval de 92 millones de euros) de una semana, y dos más, del 13 de abril al 29, para la campaña. Una jugada maestra de Florentino que condena a la derrota de antemano a Vicente Boluda, Enrique Riquelme o a quien se atreva a presentarse.
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Casi a la misma hora en la que Pérez ajustaba esos detalles, Sergio Ramos saltaba al campo del España-Kosovo en el minuto 86 de partido para sumar su entorchado número 180 con la camiseta de la Selección. Superando así al omaní Mubarak Ahmed, con quien se encontraba empatado, y colocándose a solo cuatro del récord del egipcio Hassan Ahmed. Hace tiempo que el de Camas está más pendiente de sus logros personales que del interés del grupo. Solo así se explica que airease su interés por ir a los Juegos de Tokio con los jóvenes de la selección olímpica o su obsesión por batir este récord de internacionalidades que le llevó a protagonizar un capítulo bochornoso en el partido ante Grecia, en el que pactó con Luis Enrique jugar solo la primera parte. Mal Ramos, peor el seleccionador.
Al finalizar el encuentro, que España ganó con comodidad (3-1), Ramos se quedó con algunos compañeros sobre el césped del Benito Villamarín. Pese a haberse recuperado recientemente de una lesión que le ha tenido fuera de los terrenos de juego, el sevillano se animó a pelotear y entonces ocurrió lo inesperado. "Ayer, tras el partido, me quedé entrenando sobre el terreno de juego y noté un pinchazo en el gemelo izquierdo. Hoy me han realizado las pruebas y se ha confirmado que tengo una lesión muscular", revelaba el propio jugador en sus redes sociales. Mala suerte.
Semanas cruciales
Ramos estará fuera de los campos un mes. La peor de las noticias para Zidane, que no podrá contar con él en este tramo decisivo de la temporada en el que el Real Madrid se medirá al Liverpool en los cuartos de final de la Champions y al Barcelona en un clásico fundamental para el desenlace de la Liga y la lucha por el título. Una lesión que ha caído como una bomba entre el madridismo. Y algo de eso debió de olerse el sevillano, que ya se colocó la venda en su mensaje en las redes aderezándolo con una dosis de populismo: "Si hay algo que me duele es no poder ayudar al equipo en estos partidos de máxima exigencia en los que nos jugamos la temporada y también no poder devolveros sobre el terreno de juego el cariño y la energía que me transmitís. No puedo hacer otra cosa que hablar con franqueza, trabajar duro y animar al equipo con el alma".
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Hasta Zidane ha salido al quite para restar importancia al lance, echando un capote al futbolista y a Luis Enrique: "Nadie tiene la culpa, ni la selección ni el Real Madrid. Son cosas del fútbol, la parte del fútbol que no nos gusta. Son cosas que pasan y hay que aceptarlo. Queremos que se recupere cuanto antes. Sabemos el capitán y el jugador que es. Se ha hecho un poco de daño y espero que se recupere... Estaba bien para ir con la selección. Yo creo que era un proceso normal. Luego ahí jugó un poco, luego después del partido tuvo una sensación y es una pequeña lesión. Hay un seleccionador que selecciona a sus jugadores y yo no entro".
Tampoco ha ayudado ver la figura del capitán madridista en un cartel gigante en las calles de Barcelona anunciando el documental sobre su vida para una plataforma audiovisual de pago la misma mañana que el Real Madrid hacía pública la lesión del futbolista. Mala suerte.
Sea infortunio o imprudencia, lo cierto es que la lesión llega en el peor momento para Sergio Ramos. En lo deportivo, porque le impedirá estar junto a sus compañeros en el momento clave de la temporada. Pero especialmente en lo estratégico. El capitán del Real Madrid se encuentra en una incómoda posición porque tiene encima de la mesa una oferta de renovación del Real Madrid a la baja y Florentino Pérez le ha traspasado toda la presión. La pelota está en su tejado y es él quien debe hacer pública su decisión sobre su futuro.
Cuentas pendientes
Sin embargo, en esta negociación hay mucho más en juego que la continuidad del futbolista en el Real Madrid. Hay cuentas pendientes y una titánica lucha de egos entre el presidente y el futbolista. Un duelo que viene de largo y en el que los hermanos Ramos, Sergio y René han sometido a Florentino en cada una de las renovaciones anteriores. En todas ellas han logrado acuerdos muy beneficiosos a base de echarle encima a la afición y de utilizar la complicidad de una parte de la prensa, la que no controla Florentino, que aireaba las ofertas que el sevillano filtraba oportunamente.
Pero la partida está llegando a su final y en esta última renovación Florentino ha sabido mover mejor sus piezas. Ramos tiene una oferta a la baja encima de la mesa y sobre él recaen las sospechas de un madridismo que se ha cansado de ver cómo queda salpicado el escudo en cada renovación del capitán. Ahora está en punto en el que debe decidir si resignarse a tender la mano a Florentino y quedarse o marcharse con el cartel de 'pesetero' a otro club en busca de un contrato mejor a sus 35 años.
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En medio de ese dilema y con la decisión por tomar, o al menos por comunicar (porque todo apunta a que Sergio ya la tiene tomada), llega esta inoportuna lesión. La peor de las noticias en un momento convulso y con un madridismo que puede pagar con él los platos rotos si el Real Madrid cae ante el Liverpool o si no se gana el título de Liga. Ramos puede convertirse en el chivo expiatorio de la mala planificación de Florentino esta temporada, con una plantilla desequilibrada y sin gol. Esto podría acelerar el anuncio de la renovación para mitigar el enfado de la afición por una lesión evitable en un partido que ni siquiera era con su club. El anuncio de esa renovación tranquilizaría el ambiente para el futbolista y de paso daría un empujón a Florentino en plena campaña en estas elecciones 'express'. Ganarían todos, menos el ego del jugador.
Las palabras con las que Sergio Ramos arrancaba el mensaje en el que anunciaba en redes su lesión parecían premonitorias: "La verdad es que llevo unas semanas bastante duras. Una intervención siempre es un parón deportivo y emocional. Por suerte, desde hace ya unos cuantos días me he ido encontrando mejor, pero en el fútbol, como en la vida, la mala suerte también juega un papel". Mala suerte.
El pasado martes Florentino Pérez terminaba de perfilar los detalles de la convocatoria de unas elecciones 'express' al Real Madrid que dejan sin margen de maniobra a cualquier candidato que se haya planteado presentarse. Unas elecciones que tendrán presidente este mismo mes, concretamente el 29 de abril. Lo que deja un margen de maniobra para organizar la candidatura (previa justificación de los 20 años de antigüedad y el preaval de 92 millones de euros) de una semana, y dos más, del 13 de abril al 29, para la campaña. Una jugada maestra de Florentino que condena a la derrota de antemano a Vicente Boluda, Enrique Riquelme o a quien se atreva a presentarse.