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Cuando el deporte es la mejor forma de blanquear una dictadura: el caso de Baréin
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Lo que se esconde detrás

Cuando el deporte es la mejor forma de blanquear una dictadura: el caso de Baréin

Diferentes expertos y ONG hablan de la efectiva estrategia de 'sportswashing' ejecutada mediante la celebración de grandes premios de F1 o la adquisición de equipos de fútbol internacional

Foto: Imagen del pasado Gran Premio de Baréin. (Reuters)
Imagen del pasado Gran Premio de Baréin. (Reuters)

No es Baréin el país sobre el que más se habla en los medios, en los congresos académicos o en las conversaciones de barra de bar. Situado en el golfo Pérsico, y del tamaño de Menorca, esta antigua colonia británica toma protagonismo a escala planetaria un fin de semana cada año, al celebrarse allí un Gran Premio de Fórmula 1. En el circuito de Sakhir ganó Fernando Alonso en 2010, en su primera carrera con Ferrari, y de allí, hace tan solo tres meses, el francés Romain Grosjean volvió a nacer al salir milagrosamente con vida tras el espectacular incendio de su monoplaza al sufrir un accidente. Son días de fiesta para el circuito de la F1, pero tras las luces, las fiestas, el lujo y el inmenso espectáculo, se esconde una dolorosa herida.

El gran premio anual celebrado en este circuito supone, para diferentes expertos internacionales y ONG, el más claro ejemplo de 'sportswashing' en el que incurre la familia real bareiní Al Jalifa para mejorar su reputación internacional, pero no el único. También el fútbol, el triatlón, el ciclismo o, incluso, las carreras de caballos son utilizados con fines similares. Al mando de esta estrategia se encuentra el 'príncipe deportista', Sheikh Nasser bin Hamad, actual hijo del rey Hamad bin Isa Al Jalifa. Con la denominación de 'sportswashing' se hace referencia a la campaña de blanqueamiento en que el deporte es utilizado de forma estratégica para esconder los sistemáticos abusos de derechos humanos que se producen en un determinado territorio. “La inversión de Baréin en el deporte internacional es parte de la estrategia de la familia real para impulsar el turismo, blanquear el historial pésimo en materia de derechos humanos y mejorar la imagen de Baréin en el extranjero”, asegura Sayed Ahmed Alwadaei, director del Bahrain Institute for Rights and Democracy (BIRD).

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Reuters.

Carlos de las Heras, responsable de Deporte y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, denuncia que este lavado deportivo es una práctica cada vez más extendida en países como Baréin, Arabia Saudí o Qatar: “Desgraciadamente, es una estrategia efectiva que parece funcionar de cara a mejorar su imagen”, reconoce, y apunta al escaparate de la Fórmula 1 como el gran evento en que se produce este 'sportswashing' en el país del Golfo. Tras el 'glamour' de los días de celebración del Gran Premio, añade, se oculta una realidad siniestra, pues el régimen esconde la represión de los derechos humanos y se muestra como un país abierto, moderno y reformista. Son numerosas las campañas informativas y las acciones que AI ha implementado en los últimos tiempos para acercar esta realidad a todo el mundo.

Foto: Presentación de Juan Sabas como nuevo técnico del Córdoba, en marzo de este año. (Fuente: página web oficial del club)

Husain Abdulla, director ejecutivo de Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB), se muestra igual de consternado, y afirma que un claro objetivo de la ONG es asegurarse de que sus campañas sean efectivas para mostrar al público la realidad de la situación: “Se ha usado el deporte para esconder los crímenes de torturas cometidos contra activistas de derechos humanos y opositores políticos en Baréin. Esta práctica es usada muy frecuentemente por la familia del régimen Al Jalifa”. Esta organización está presente en territorio español, pues afirman que España mantiene una relación cercana con los países del Consejo de Cooperación del Golfo, y recuerda que la inversión bareiní ha llegado a este país, con la compra del equipo de fútbol del Córdoba CF: “Buscaban pequeñas inversiones que tuvieran potencial para grandes beneficios y lo vieron en el Córdoba”, añade Abdulla. Para ADHRB, esta compra disimula, de nuevo, otro intento de blanqueamiento deportivo, como han reiterado en diferentes comunicados.

Un blanqueamiento acelerado tras la Primavera Árabe

La pasión por el deporte es inmensa en un país como Baréin. Los bares y los locales para fumar 'shisha' se llenan los fines de semana con aficionados deseosos de ver en las grandes pantallas partidos de la liga local y, más aún, de la Liga española. No son pocos los jóvenes que visten las camisetas del Real Madrid, el Barça o el Atlético, mientras que otros prefieren practicar el balonmano o pasar las jornadas de descanso montados a caballo. Los más pobres, muchos de ellos trabajadores en pésimas condiciones laborales y, mayoritariamente, procedentes de otros países asiáticos, prefieren el críquet, por lo que no son pocos los lugares en que este deporte se practica de forma asidua en Baréin. El paisanaje es amplio, pero lo claro es que el deporte mueve pasiones, como pudo constatar el periodista Emilio Sánchez Mediavilla, quien ha vivido, recientemente, en el pequeño país de Oriente Medio durante dos años. Fruto de esta experiencia publicó 'Una dacha en el Golfo' (2020), una documentada, divertida y personal crónica de su estancia bareiní, que le valió el I Premio Anagrama de Crónica Sergio González Rodríguez.

placeholder Michael Schumacher y Nico Rosberg posan junto a miembros de la familia real. (EFE)
Michael Schumacher y Nico Rosberg posan junto a miembros de la familia real. (EFE)

Fueron dos los grandes premios automovilísticos que Sánchez Mediavilla vivió en el país asiático y recuerda que no hay otro evento que agite más la zona: “La prensa oficialista le da mucho bombo, ya que para la clase alta es el momento de dejarse ver y celebrar sus grandes fiestas. Sin embargo, la oposición lo ve con malos ojos porque considera que sirve para justificar los desmanes del régimen, y cuando se acerca el Gran Premio suele haber un repunte de incidentes en las calles, con más barricadas y pidiendo el boicot a la comunidad internacional de la Fórmula 1”. Si bien 2011 supuso un gran punto de inflexión para Baréin. que también afectó al circuito. En el contexto de la Primavera Árabe, las revueltas en el país obligaron a la suspensión de la prueba, que iba a abrir el calendario en marzo. En 'Una dacha en el Golfo', el periodista analiza las razones que llevaron a estas protestas y el contexto sociopolítico del país.

Baréin es un país gobernado por una monarquía suní, pero su población es mayoritariamente chií. Ante cualquier protesta, estos últimos son objeto de represión por parte del régimen, mientras que la minoría suní ostenta numerosos privilegios. La llegada anual del convoy internacional de la F1 es un buen momento para la oposición chií de alzar la voz, a pesar de las consecuencias que puede acarrear. BIRD denuncia que en 2012 Salah Abbas fue abatido por un policía bareiní mientras protestaba en las inmediaciones del circuito, y que tan solo cuatro años atrás, la activista Najah Yusuf fue vejada, torturada y encarcelada después de que criticase la organización de la prueba en las redes sociales. “Desde 2011, las protestas contra la carrera han sido respondidas con dura violencia por las fuerzas estatales”, afirma Alwadaei.

En el contexto de la Primavera Árabe, muchos ciudadanos aparcaron el miedo y salieron a las calles para manifestarse contra el régimen bareiní, como en otros países del norte de África o de Oriente Medio. La gran mayoría de la masa participante era chií, pero como escribe Sánchez Mediavilla, también aparecieron suníes descontentos. Se reunieron y acamparon en la plaza de la Perla durante días, hasta que la familia real bareiní pudo contar con la inestimable ayuda del régimen amigo de Arabia Saudí, que envió tanques para reprimir las protestas con inusitada violencia. Fueron numerosas las muertes, pero la Perla se convirtió en un símbolo de resistencia contra la tiranía: “La elite suní celebró la llegada de los tanques saudíes, por el odio ancestral al chií”, cuenta el periodista español. Este mes de febrero se cumple el décimo aniversario de las protestas.

"El príncipe vive por y para el deporte, es un millonario que quiere divertirse"

Tras el gran susto para la dinastía real, en los años venideros se ha podido detectar un incremento en la estrategia de 'sportswashing', quizá con el propósito de que la represión ocurrida al inicio de la pasada década quede enterrada lo más al fondo posible. No todo se queda en la Fórmula 1. El 'príncipe deportista', Sheikh Nasser, invirtió una fortuna para fundar un equipo de ciclismo de proyección internacional, el Baréin-Mérida, y para ello ficharon a un campeón del Tour de Francia, Vincenzo Nibali. El 'Squalo', como es apodado, llegó a ganar etapas en la prestigiosa ronda francesa con el maillot patrocinado por los Al Jalifa. Hoy en día —bajo la denominación de Team Bahrain Victorious—, el equipo continúa compitiendo en las grandes pruebas internacionales, y en sus filas se encuentran ciclistas españoles de primer nivel, como Mikel Landa o Pello Bilbao. Similar proceder ha desempeñado en el triatlón, otra de las grandes pasiones del príncipe. Este fundó el Bahrain Endurance 13 Triathlon Team, llegando a fichar a Javier Gómez Noya y al dos veces oro olímpico Alistair Brownlee.

placeholder Presentación de los trofeos de la Saudi Cup, competición de carrera de caballos, con la familia real. (Reuters)
Presentación de los trofeos de la Saudi Cup, competición de carrera de caballos, con la familia real. (Reuters)

Más allá de las gigantescas inversiones, lo cierto es que Sheikh Nasser es un auténtico enamorado del deporte. “El príncipe vive por y para el deporte”, asegura Sánchez Mediavilla, quien añade que en el comportamiento del miembro de la familia real cree detectar un claro narcisismo: “Es un millonario que quiere divertirse, y ve en el deporte su máximo entretenimiento. Si nosotros jugamos al PC fútbol para manejar un equipo, él se compra uno real. Además del componente geopolítico, en esta obsesiva implicación en el deporte está el factor humano. Es algo muy complejo”, reconoce. En este contexto, el deporte rey, el que más pasiones despierta entre los jóvenes bareiníes, no ha escapado a los tentáculos de la élite del país árabe.

Fútbol: mucho más que una pasión

Hay goles que quedan grabados en el imaginario de todo un país por su peso, por el contexto en que se producen, por la importancia que poseen. La selección nacional de Baréin nunca ha llegado a la fase final de un Mundial, pero estuvo muy cerca de conseguirlo para la cita de Sudáfrica de 2010. Si ningún aficionado español olvida el tanto de Iniesta contra Holanda, todo Baréin recuerda el de Abdullatif contra sus vecinos de Arabia Saudí. Era el inicio del otoño de 2009, y a la selección bareiní le valía el empate para pasar a la última repesca. Todo iba de perlas hasta que, en el minuto 90, los saudíes anotaron el 2-1 ante el clamor de su grada. Pero, a la manera de Sergio Ramos en Lisboa, Abdullatif se adelantó a una pasiva defensa local y cabeceó un córner a la red en el minuto 93 para el 2-2 final. Un hito inolvidable para la selección, que jamás había soñado llegar tan lejos, y más ante la poderosa selección —en el contexto asiático— saudí. El sueño no pudo ser completo, pues cayeron eliminados en la repesca contra Nueva Zelanda, pero es, hasta la fecha, una proeza inigualable. Habría sido el país más pequeño en la historia en clasificarse para la Copa del Mundo.

placeholder Diego Armando Maradona visitó Baréin junto a Ronaldinho en un baño de masas. (EFE)
Diego Armando Maradona visitó Baréin junto a Ronaldinho en un baño de masas. (EFE)

Pero los aclamados héroes, convertidos en orgullo de la nación durante poco más de un año, fueron rápidamente expulsados del Olimpo. Como tantos otros deportistas, algunos de los jugadores participaron en las protestas de la Perla. “El príncipe deportista se encargó de perseguir a la oposición del mundo del deporte, incluso en la televisión estatal llamaron en directo a muchos de los jugadores para humillarles en público, y varios fueron detenidos, encarcelados o torturados, viéndose algunos obligados a exiliarse”, asevera Sánchez Mediavilla. El talentoso equipo que había unido a los bareiníes no tardó en ser purgado públicamente tras la represión de 2011. De dioses a villanos en cuestión de meses. Alwadaei asegura que, fruto del comité de investigación formado tras la disolución de la Primavera Árabe, más de 150 deportistas del país fueron perseguidos y sufrieron las severas consecuencias.

James M. Dorsey, profesor de la Universidad de Singapur y autor del libro 'The Turbulent World of Middle East Soccer', afirma que el fútbol es una pasión real en todo Oriente Medio: “La única cosa que casi puede competir con la religión en términos de evocar emociones”. Reconoce que este deporte también se ha convertido en pasto para que los países del Golfo lleven a cabo su estrategia de 'sportswashing', pero afirma que esta no es una técnica solo usada por países como Baréin, sino que ya apareció en otras latitudes en el pasado siglo, y cita como ejemplo el caso de la celebración del Mundial de 1978 en Argentina, bajo la dictadura militar de Jorge Rafael Videla. En un mismo sentido se expresa el periodista Karim Zidan, quien ha escrito largo y tendido sobre esta estrategia de blanqueamiento deportivo en medios como 'The Guardian'. Opina que es difícil trazar la larga historia del empleo del 'sportswashing', pero incluso estaba presente en el Antiguo Egipto y, en el siglo XXI, apostilla, se ejecuta con efectividad: “Los aficionados no son conscientes de ser manipulados por los regímenes. Basta pensar en la Copa del Mundo y en los Juegos Olímpicos, los cuales son acogidos en lugares como Rusia o China”.

placeholder Imágenes de una protesta contra el Gobierno de Baréin. (Reuters)
Imágenes de una protesta contra el Gobierno de Baréin. (Reuters)

La Copa del Mundo de Fútbol del próximo año, precisamente, se celebra en Qatar, y la elección de este país del Golfo también ha suscitado numerosas polémicas por los intereses que hay detrás. Baréin no es el único país del golfo Pérsico en poner en práctica el lavado deportivo y, en el fútbol, basta pensar en los casos exitosos del PSG (con el propio régimen catarí detrás) o el Manchester City, con la participación de un poderoso grupo de Emiratos Árabes Unidos. Así, el régimen Al Jalifa parece querer poder ostentar, a corto plazo, un poder similar en lo futbolístico. El pasado verano, Baréin se hizo con parte del Paris FC, equipo situado en la parte alta de la segunda división francesa, la Ligue 2. “La compra del Paris FC por parte del Estado de Baréin es absolutamente estratégica desde el punto de vista empresarial, de confrontación y de búsqueda de nuevos tentáculos inversores”, opina José David López, analista de fútbol internacional. En la misma línea se expresa el periodista Tariq Panja, coautor del libro 'Football’s Secret Trade', quien cubrió la compra del equipo parisino para el 'New York Times'. Este declara que la adquisición es puro 'sportswashing': “De repente, estos países tienen atributos que son populares entre el público occidental y también ofrecen la oportunidad de construir una red de apoyo en el extranjero”. René Girard, campeón de la liga francesa con el Montpellier en 2012, es el entrenador elegido para subir el equipo del fondo de inversión bareiní a la máxima categoría. Actualmente, el conjunto marcha sexto clasificado, a nueve puntos del ascenso directo: “Creo que este año es demasiado pronto, pero el próximo o el siguiente estarán listos y ascenderán”, predice López.

Un fondo bareiní llega a España: el caso del Córdoba CF

No pintaba mal la década para el Córdoba CF cuando Uli Dávila anotó, en junio de 2014, el gol que devolvía el equipo andaluz a Primera tras más de cuatro décadas. Pero tan solo un lustro después, la situación era bien distinta y desesperante: el club agonizaba fruto de una crisis económica e institucional galopante. Todo un drama en el que no se pagaban las nóminas y en el que el presidente, Jesús León, incluso, era detenido. La desaparición de la entidad parecía inminente, administrada judicialmente. Es en este contexto en el que aparece, en diciembre de 2019, el grupo bareiní Infinity Capital WLL, respaldado por la familia real, que, por medio de la empresa Crowe —con Javier González Calvo al frente—, adquiere la unidad productiva del Córdoba. Así, Infinity dirige el club, con sus representantes, Abdulla Al-Zain y Mohammed Al-Nusuf, ejerciendo, respectivamente, de presidente y vicepresidente de la entidad, siendo el citado González Calvo el consejero delegado del club.

El tremendo lío fuera del terreno de juego obligó a la prensa cordobesista a tener que realizar un máster acelerado en derecho deportivo y mercantil, como bromea Rafa Ávalos. Este aficionado y periodista, que cubre la actualidad del club fundado en 1954 en 'Cordópolis' y otros medios de comunicación, valora positivamente la llegada del capital bareiní, ya que la afición estaba destrozada anímicamente: “Hemos estado bastantes meses sin saber qué iba a pasar con el Córdoba, y lo veo como un cambio positivo, el equipo estaba en pleno declive antes de que Infinity se hiciera cargo del club. Por ello, en la afición, se les tiene como salvadores”. Ávalos explica que la mirada del cordobesismo se fija en lo deportivo, pues la realidad de Baréin es desconocida y queda lejos, por lo que la afición está centrada en lo que ocurre en el estadio.

"Una sentencia sin precedentes y la pasta de Baréin sacaron el Córdoba de la morgue"

Antonio Agredano, autor de esa pequeña joya para el aficionado blanquiverde que constituye el libro 'En lo mudable' (Libros del KO, 2014), no ve otro horizonte para su equipo que no se traduzca en un rápido ascenso, y espera que la entrada de Baréin en la entidad califal no sea perjudicial: “Le temo más a un jeque que a una vara verde. Son impredecibles. El caso del Málaga asusta. Aunque, en general, de Baréin o de Montoro, no hemos tenido un buen presidente en los últimos años. Lo de Infinity salvó un club que iba a desaparecer, y lo cierto es que el Córdoba iba a morir y la labor de los administradores concursales, una sentencia judicial sin precedentes y la pasta de Baréin lograron sacar el Córdoba de la morgue”. Si bien Agredano se confiesa consciente de que el mundo del balompié lo domina el dinero, y que nadie mete tres millones en un equipo de fútbol, aunque sea de Segunda División B, si no fantasea con llevarse el doble. “Que hagan negocio, que para eso vienen, sin olvidar que un club no es una sociedad al uso, que detrás estamos un puñado de ingenuos para los que el Córdoba es muy importante”, añade.

placeholder Aficionados del Málaga se manifiestan contra la dirección del equipo por parte de Al Thani. (EFE)
Aficionados del Málaga se manifiestan contra la dirección del equipo por parte de Al Thani. (EFE)

Fuera del terreno de juego, diferentes ONG se han mostrado más pesimistas sobre la adquisición del equipo por parte del fondo bareiní. Es el caso de la otrora citada ADHRB, que ha redactado varios comunicados en los que alerta de que la compra del cuadro andaluz es otro irrefutable ejemplo de blanqueamiento deportivo. “La narrativa que se llevó desde los medios de comunicación cordobeses creó la imagen de una intervención salvadora tanto al equipo de la ciudad, para los fanáticos, como para la economía que gira en torno al club”, asevera tajante Carolina Lanchares, asistente de Defensoría en la organización. En la redacción de este reportaje, contactamos con el Córdoba CF con el objetivo de conocer su opinión sobre el actual proyecto deportivo y su parecer sobre los diferentes comunicados de las citadas organizaciones, pero el club prefirió no realizar ninguna declaración al respecto.

En lo estrictamente futbolístico, el equipo entrenado por Pablo Alfaro, tras realizar una gran Copa del Rey —eliminando a Albacete y Getafe y plantando cara a la Real Sociedad—, encadena tres partidos seguidos sin ganar, lo que lo deja en cuarto lugar del grupo IV de Segunda B, a cuatro puntos del líder, el Linares Deportivo. El fútbol en esta división es muy duro, como afirma Agredano: “Quiero un Córdoba feo y pragmático. Que no le queme el balón. Que pierda tiempo y especule con el músculo y el marcador. Alfaro parece conocer la teoría. Los futbolistas también. Ahora, a ver si funciona la práctica. En cualquier caso, hay que convivir con el fracaso”. Sin duda, con el fracaso se puede vivir. No así con la mentira. Solo el tiempo dirá si este Córdoba deja atrás los tiempos difíciles o si, por el contrario, el interés bareiní es solo una excusa para marcarle un gol por la escuadra a la ilusionada afición blanquiverde.

No es Baréin el país sobre el que más se habla en los medios, en los congresos académicos o en las conversaciones de barra de bar. Situado en el golfo Pérsico, y del tamaño de Menorca, esta antigua colonia británica toma protagonismo a escala planetaria un fin de semana cada año, al celebrarse allí un Gran Premio de Fórmula 1. En el circuito de Sakhir ganó Fernando Alonso en 2010, en su primera carrera con Ferrari, y de allí, hace tan solo tres meses, el francés Romain Grosjean volvió a nacer al salir milagrosamente con vida tras el espectacular incendio de su monoplaza al sufrir un accidente. Son días de fiesta para el circuito de la F1, pero tras las luces, las fiestas, el lujo y el inmenso espectáculo, se esconde una dolorosa herida.

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