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El Barça se gusta ante el Ferencvaros (0-3) y tiene en su mano ser primero de grupo
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RECUPERACIÓN GENERAL DEL NIVEL AZULGRANA

El Barça se gusta ante el Ferencvaros (0-3) y tiene en su mano ser primero de grupo

Los catalanes encadenan su tercera victoria y están alcanzado los mejores niveles de juego de la temporada

Foto: Griezmann remata ante el Ferencvaros. (Reuters)
Griezmann remata ante el Ferencvaros. (Reuters)

Que el fútbol es un estado de ánimo lo dijo Valdano, un superdotado para la prosa. El mismo Valdano que se sentó con Antoine Griezmann un día después de la derrota ante el Atlético cuando todo parecía desmoronarse y el francés estaba en el hoyo y desde entonces el panorama, el estado de ánimo, ha cambiado radicalmente. A veces no se sabe bien cuál es la tecla que hace reaccionar a un equipo o a un jugador, pero este Barça es otro, ha encadenado tres victorias seguidas y con la de esta noche en Budapest se puede clasificar como primero de grupo, Messi descansa, Griezmann marca, Braithwaite es un delantero centro útil, Dembélé participa en el juego… Otra cosa, vaya.

De repente, todo suma, encaja como si fueran las piezas del Tetris

Ronald Koeman tiene mucho que ver con el cambio de cara. Apuesta por los jóvenes, racionaliza los recursos que tiene y ha sido capaz de llegar a un consenso con Messi para que no viaje a Kiev o a Budapest sin que sea una afrenta. Ante el Ferencvaros ni siquiera tuvo que revolucionar el once; Busquets y Alba fueron titulares igual que Lenglet pese a que su lesión parecía peor por los gestos de dolor con los que abandonó el campo tras el encuentro ante Osasuna. En el 14’ Griezmann ya había marcado el primero de tacón tras un pase en profundidad de Alba.

En el 20’ Braithwaite anotó el segundo tras un centro de Dembélé. Cinco minutos después, Braithwaite provocó un penalti y se lo cedió a Dembélé para que marcara el 0-3. El francés ha visto puerta en los tres últimos partidos —Dinamo, Osasuna, Ferencvaros— mientras que el danés estrenó titularidad en Kiev y lleva cuatro. De repente, todo suma, encaja como si fueran las piezas del Tetris. Por un lado la presión constante y los deberes tácticos, por otro, el factor alegría tan difícil de describir, pero que se reconoce rápido en cuanto lo ves aunque el rival sea tan flojo como el Ferencvaros. A la media hora de partido el Barça ganaba con comodidad y gustándose.

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Braithwaite desperdició dos oportunidades para ampliar el marcador en la primera parte, cuando el Barça estaba en estado de gracia, pero en una cruzó demasiado la pelota y en la otra se la paró el portero. En la segunda, Koeman sentó a Busquets y Alba por De Jong y Junior con la calma del que ya sabe que el partido está ganado y el primer puesto en el bolsillo.

Una inyección de confianza

Con 0-3 en el marcador y los cambios que el técnico amplió dando entrada a Aleñá y Riqui Puig por Lenglet y Griezmann, el ritmo bajó. Dembélé siguió intentándolo con escasa fortuna con aventuras individuales y también con alguna colectiva. Era el momento perfecto para probarse y no se cortó porque además el equipo húngaro, muy blandito, apenas se acercó al área. El mérito del Barça es que pese a saberse superior y con el pescado vendido, no se echó la siesta y permaneció enchufado. No hay nada como tres victorias consecutivas para ganar en confianza y al Barça le hacía mucha falta la inyección de autoestima y más teniendo como espejo a un Real Madrid que vivirá en el alambre una semana más en Europa.

El Ferencvaros no puede servir de referencia, pero con un equipo tan tierno como el de Koeman, en un club que ni siquiera tiene presidente, con Piqué y Ansu Fati lesionados y con la caja fuerte hecha migas, hay señales de vida que invitan a un optimismo moderado. Puede, es lo más probable y hasta Koeman admitió que no son favoritos en la Champions, pero al menos están ya en la siguiente fase como primeros de grupo y ganando todos los partidos. No es poca cosa.

Que el fútbol es un estado de ánimo lo dijo Valdano, un superdotado para la prosa. El mismo Valdano que se sentó con Antoine Griezmann un día después de la derrota ante el Atlético cuando todo parecía desmoronarse y el francés estaba en el hoyo y desde entonces el panorama, el estado de ánimo, ha cambiado radicalmente. A veces no se sabe bien cuál es la tecla que hace reaccionar a un equipo o a un jugador, pero este Barça es otro, ha encadenado tres victorias seguidas y con la de esta noche en Budapest se puede clasificar como primero de grupo, Messi descansa, Griezmann marca, Braithwaite es un delantero centro útil, Dembélé participa en el juego… Otra cosa, vaya.

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