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El poderío de Nairo Quintana en la París-Niza y el parón que le corta las alas
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Su preparación, en peligro

El poderío de Nairo Quintana en la París-Niza y el parón que le corta las alas

Su victoria de este sábado en la París-Niza puede ser la última en un tiempo. El ciclismo para por el coronavirus. A estas alturas de la temporada Nairo ya acumula cinco victorias con Arkea

Foto: Nairo Quintana cruza sonriente la meta en La Colmiane, última etapa de la París Niza. (EFE)
Nairo Quintana cruza sonriente la meta en La Colmiane, última etapa de la París Niza. (EFE)

Con lo justo, pendiendo de un hilo hasta el último momento. Así terminó la París-Niza este sábado por culpa del coronavirus. En teoría, la carrera tenía que haberse estirado hasta mañana domingo, pero los organizadores no estaban por la labor, muchos equipos tampoco. El Bahréin de Iván García Cortina, vencedor en la tercera jornada, se retiró el viernes por miedo al contagio. Sin público y con un pelotón disminuido, la carrera quemó esta tarde su último cartucho. Eso sí, a lo grande, con final en alto. La Colmiane, último puerto del día (16,5km al 6,5% de media), coronó a un renacido Nairo Quintana. Desde que salió de Movistar al colombiano le ha cambiado la cara. Es su quinta victoria de la temporada, un curso que ahora se cancela de manera indefinida por la pandemia. No habrá Flandes, tampoco Giro. Veremos el Tour.

El 'escarabajo' ha ganado allá donde le han plantado una montaña. Mont Ventoux, Col d'Eze y La Colmiane. A esas victorias parciales con el Arkea, su nuevo equipo, hay que añadirle las generales del Tour de la Provence y Alpes. En esta París-Niza no ha podido cosechar el liderato, pero sí inscribir por fin su nombre en el histórico palmarés de la prueba. En sus dos anteriores participaciones nunca había conseguido alzar los brazos. Nairo suma su victoria número 44 como profesional (debutó en 2009), más que nadie en toda la historia del ciclismo colombiano. Prácticamente, ha ganado en todas las grandes carreras por etapas del World Tour. Puede que en algunas carreras de este 2020 no haya tenido rivales con la suficiente entidad, pero no es el caso que nos ocupa hoy, pese a la baja de algunos conjuntos debido a la alarma sanitaria.

Porque Nairo se exhibió delante de nombres importantes, en una demostración de fuerza. Primero, se mantuvo en el grupo de favoritos (Pinout, Higuita y Nibali, entre otros); segundo, alcanzó De Gendt (el eterno fugado) y, por último, a falta de cuatro kilómetros para el final, soltó su hachazo, que no pudo seguir nadie. No se detuvo ni a tomar aire. Nairó encaró las rampas de la última ascensión del cicismo en bastante tiempo con decisión y poderío. Llegó en solitario a una meta desértica, pero con muchos aficionados siguiendo sus pasos por televisión. En 17 días de competición, Nairo ya ha obtenido un bote mayor que en los últimos dos años. La lástima para él, que su preparación se ve truncada ahora por el gran número de carreras aplazadas como consecuencia del virus. La fecha de vuelta, una incógnita. Lo es para todos.

Trabaja con menos presión

La próxima cita de Quintana está programa para la Amstel Gold Race (Países Bajos), que aún se mantiene en pie. La prueba neerlandesa, que coronó a Van der Poel el curso pasado, se celebra en poco más de un mes: el próximo 19 de abril. Luego llegarán Flecha y Lieja como antesala de su gran objetivo, el Tour de Francia, ya en junio. Desde que anunciara su marcha de Movistar durante la pasada Vuelta a España, Quintana se aseguró de aterrizar en una disciplina donde fuera el líder absoluto. En el Arkea ha encontrado su sitio y, aunque su exposición mediática haya bajado, consecuencia de correr en un equipo de segunda fila, su rendimiento no. Su apuesta está resultando buena. Trabaja con menos presión y asiste solo a las carreras que él quiere. El ambiente que se ha encontrado es, además, de su agrado, lo que le mantiene centrado en la carretera. Nairo espera llegar en las mejores condiciones al Tour. Su fijación es ganarlo, pero el coronavirus podria aplazar su intentona.

Con lo justo, pendiendo de un hilo hasta el último momento. Así terminó la París-Niza este sábado por culpa del coronavirus. En teoría, la carrera tenía que haberse estirado hasta mañana domingo, pero los organizadores no estaban por la labor, muchos equipos tampoco. El Bahréin de Iván García Cortina, vencedor en la tercera jornada, se retiró el viernes por miedo al contagio. Sin público y con un pelotón disminuido, la carrera quemó esta tarde su último cartucho. Eso sí, a lo grande, con final en alto. La Colmiane, último puerto del día (16,5km al 6,5% de media), coronó a un renacido Nairo Quintana. Desde que salió de Movistar al colombiano le ha cambiado la cara. Es su quinta victoria de la temporada, un curso que ahora se cancela de manera indefinida por la pandemia. No habrá Flandes, tampoco Giro. Veremos el Tour.