Es noticia
"Olía el cloro y me daba urticaria". Así vuelve a nadar una estrella española de la piscina
  1. Deportes
la vuelta de enhamed enhamed

"Olía el cloro y me daba urticaria". Así vuelve a nadar una estrella española de la piscina

Enhamed Enhamed ganó nueve medallas olímpicas entre 2004 y 2012, pero tras la cita de Londres lo dejó. Durante años evitó la piscina, pero ahora ha vuelto a ella y apunta a Tokio 2020

Foto: Enhamed Enhamed posa con las medallas que logró en los Campeonatos del Mundo de 2010. (EFE)
Enhamed Enhamed posa con las medallas que logró en los Campeonatos del Mundo de 2010. (EFE)

—Si podía evitarla (la piscina), la evitaba. Era oler el cloro y me entraba urticaria.

Durante doce años, Enhamed Enhamed (Las Palmas de Gran Canaria, 1987) pasó más tiempo en una piscina que en cualquier otro sitio. Tantas horas dieron sus frutos en forma de medallas: nueve en los Juegos Paralímpicos, entre otros muchos éxitos internacionales y nacionales. Pero tras Londres 2012 lo dejó por motivos que ahora, de vuelta tras casi siete años de parón, tras recorrerse medio mundo de aventura en aventura y con una vida fuera de la natación que antes no tenía, analiza y explica mejor que entonces.

¿Llegó a aborrecer la piscina?

—(Se lo piensa) A ver... (se lo sigue pensando) yo diría que sí. No al 100 %, pero sí. Cuando dejé la natación, después de Londres 2012, fue sobre todo porque para mí ya no era aceptable ir el lunes por la mañana a entrenar deseando que llegara el sábado por la tarde, que era mi día libre. Entendía que algo que exigía tanto sacrificio y tantas horas no se podía hacer sin disfrutarlo. Yo siempre había disfrutado de entrenar, pero sobre todo de competir. Y competir ya no me compensaba todo lo que tenía que entrenar. Por eso decidi desvincularme.

Después de Londres, la natación pasó de ser su vida a una actividad marginal. "Entrené algo para el Ironman en 2014, pero si te soy sincero, si podía saltarme entrenos de la natación para hacer más bicicleta, lo hacía, porque Lanzarote es dura y priorizaba siempre la bicicleta frente al agua. Y luego para el Estrecho (en abril de 2017 cruzó a nado el Estrecho de Gibraltar) sí que estuve entrenando tres meses con bastante asiduidad porque no sabes cuántos kilómetros serán. Pero salvo eso y una travesía en Gran Canaria, no he hecho nada más de natación en todo este tiempo", dice.

placeholder Enhamed publicó en 2015 el libro 'Iron Mind'. (EFE)
Enhamed publicó en 2015 el libro 'Iron Mind'. (EFE)

"El nadador siempre tiene una relación de amor odio con la piscina", continúa Enhamed. "Aunque te encante, y te tiene que gustar para aguantar horas y horas y horas de una pared a otra en silencio, en algunos momentos te cansas. Te cansas cuando se convierte en lo único que has tenido desde los 13 a los 25 años. Esa fue la razón fundamental (por lo que lo dejé)". Nada que ver con el ánimo que tiene ahora. "Estoy con unas ganas que parezco un niño chico en Reyes. Cuando fui a competir este fin de semana, fue muy emocionante, porque al contrario del Campeonato de España sí que había una cámara de salida en la que tienes que estar los 15 minutos antes con los rivales. Esa presión es la que echaba de menos, saber que te lo juegas todo y que cualquier mínimo error se paga y mucho", dice. Enhamed reapareció en la competición internacional el pasado fin de semana en el Open de Berlín. Terminó tercero en los 50 metros libre y consiguió la mínima para los Campeonatos del Mundo de Londres.

"Me lo he tomado con bastante calma", apunta el nadador canario. "Estaba entrenando para el Ultraman, en Hawái, otro de mis retos locos. Y en diciembre, viendo las dificultades logísticas, decidimos posponerlo, pero como ya estaba nadando, hablé con quien ha sido mi entrenador toda la vida. Le dije: 'Mira, yo me estoy encontrando muy bien nadando. Y al contrario que otras veces, es la primera vez en siete años que estoy disfrutando incluso de entrenar".

"Si es una actividad que te apasiona, tarde o temprano volverás", dice Enhamed, que afirma que ahora todo es diferente. "No estar atado por el resultado y simplemente disfrutar con la ejecución de la tarea es algo que antaño solo conseguía hacer tras mucho trabajo y mucho esfuerzo de concentración. Esta vez no me ha supuesto tanto trabajo ni tanto esfuerzo. Es algo que salía de forma más natural. También sucede que no eres la misma persona con veintipico años que con 31 y habiendo vivido otras circunstancias".

placeholder Entre las muchas pruebas en las que ha participado Enhamed Enhamed en sus siete años alejado de la natación está el Ironman de Lanzarote de 2014. (EFE)
Entre las muchas pruebas en las que ha participado Enhamed Enhamed en sus siete años alejado de la natación está el Ironman de Lanzarote de 2014. (EFE)

"Antes mi trabajo era nadar al 100 %. Por la mañana y por la tarde. Y el entrenamiento invisible: las horas descanso, la comida, la obsesión por los detalles. Eso es algo importante y bueno, pero en esta etapa tengo una actividad profesional que ni quiero ni puedo abandonar. Estoy nadando porque me gusta. Tengo mi trabajo, tengo mi actividad profesional y tengo una vida muy completa fuera de la piscina. Nado porque disfruto, me gusta y me encanta competir. Cuando intentas forzar las cosas, se requiere mucha fuerza de voluntad. Y dicen que sin fuerza de voluntad no se hace nada, pero yo con los años he aprendido a discrepar. La fuerza de voluntad, como fuerza que es, al final se acaba agotando. Lo que hagas debe suponerte un entretenimeinto y formar parte de tu día a día".

Darse cuenta de todo eso es muy difícil para una persona de 20 años. Hace falta una madurez que a un deportista joven que no ha hecho otra cosa desde niño quizá le falte. "A mí me ha tomado siete años, pero necesitas esa distancia para valorarlo. En la prueba de este fin de semana me he visto nadando mucho mejor que cuando era nadador profesional. El tiempo todavía no se acerca a lo que era antaño, pero ya está bastante cerca. Me he quedado a seis, siete décimas de mi tiempo en Londres 2012 y a un segundo de mi mejor marca. El hecho de que te aproximes desde otro ángulo, de haber hecho otros deportes, hace que lo veas de una manera muy distinta. Mis compañeros me preguntaban qué quiero hacer y qué objetivos tengo, pero yo voy a disfrutar. Mientras siga disfrutando y me siga gustando saber que voy a competir y me lo voy a jugar todo a una carta, seguiré entrenando". En el horizonte, Tokio 2020, sus cuartos Juegos Paralímpicos.

—Si podía evitarla (la piscina), la evitaba. Era oler el cloro y me entraba urticaria.

El redactor recomienda