El edificio maldito del Madrid olímpico o cómo la natación española busca 30 millones
La Real Federación Española de Natación (RFEN) ha presentado un proyecto para recuperar el Centro Acuático, abandonado desde que se suspendieron las obras en 2010
Al norte del Wanda Metropolitano, un enorme edificio ve pasar el tiempo sin que nadie sepa qué futuro le espera. Es el Centro Acuático, uno de los pilares de las tres candidaturas olímpicas frustradas de Madrid. Allí tenían que haber ganado medallas Michael Phelps, Katie Ledecky o Mireia Belmonte, pero casi 15 años después del inicio de su construcción aún está sin terminar, abandonado. Es una millonaria inversión inservible, uno de los mejores ejemplos del frenesí urbanístico que tanto daño hizo a España. Casi una década después de la suspensión de las obras, la Real Federación Española de Natación (RFEN) propone recuperarlo y convertirlo en un centro de referencia para el alto nivel, además de abrirlo al público. Su proyecto calcula que hacen falta 30 millones de euros.
El edificio es propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que lo gestiona a través de Madrid Destino, la empresa municipal que nació de la fusión de otras tres entidades, entre ellas Madrid Espacios y Congresos. Fue esa empresa, con Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde, la que puso en marcha el proyecto en 2004.
En 2017, un informe de la Cámara de Cuentas de Madrid reveló el sobrecoste del Centro Acuático. Según el órgano fiscalizador, el contrato inicial cifraba el coste de la instalación en 136,7 millones de euros, aunque llegó a los 191,5 millones. En julio de 2010, cuando las obras que llevaba a cabo la UTE Dragados-Ortiz fueron suspendidas, el presupuesto ya había subido a 191,5 millones y quedaban por facturar 91,9. El dinero invertido en el Centro Acuático, por tanto, ascendía a 100 millones. Una tasación encargada por el Ayuntamiento en 2013 rebajó el valor contable del edificio de 166,8 a 23,4 millones.
De los grandes proyectos incluidos en las candidaturas olímpicas, el del Centro Acuático es el más desastroso. Otros no llegaron a construirse (Villa Olímpica), fueron vendidos (La Peineta) o llegaron a terminarse y están en funcionamiento, aunque con menos uso del deseado (Caja Mágica).
El interés del Atlético
"Tenemos una oportunidad única e histórica que puede marcar el futuro de los deportes acuáticos", dijo el presidente de la RFEN, Fernando Carpena, durante el Foro RFEN Aquatics celebrado este lunes en la sede de la Agencia EFE. El dirigente explicó que ya ha presentado el proyecto al Ayuntamiento y a los grupos políticos. También a la Comunidad de Madrid, el Consejo Superior de Deportes, el Comité Olímpico Español y el Atlético de Madrid. A finales de 2017, el club rojiblanco presentó una propuesta al Ayuntamiento para que le cediera la explotación de los terrenos anexos al Wanda Metropolitano, inlcuido el Centro Acuático.
"La federación no puede renunciar a encontrar una salida a ese esqueleto vergonzoso que se alza sobre la M-40. Hay que encontrar una solución y el destino parece que nos ofrece una segunda oportunidad con este proyecto", declaró en el foro Quim Pujol, presidente de la Comisión de Instalaciones de la Federación Internacional de Natación (FINA).
El proyecto tiene un coste de 30 millones de euros, un tercio de la cantidad que quedaba por facturar en el momento de la paralización de las obras. La RFEN propone la finalización del denominado edificio de waterpolo, el más avanzado de toda la instalación. Una nota de Madrid Espacios y Congresos publicada por 'eldiario.es' en 2013 indicaba que solo faltaban las obras de acabados e instalaciones en el interior. El edificio, de 22.000 metros cuadrados, cuenta con dos piscinas de 50x25.
La propuesta de la RFEN incluye una grada permanente con capacidad para 1.900 espectadores ampliable hasta los 4.500, lo que permitiría a la instalación acoger competiciones internacionales. "La idea se ajusta a lo que las ciudades que optan en estos momentos a los Juegos Olímpicos están planteando. Un espacio que pueda dar cabida a las necesidades del día a día, así como a la gran competición", apuntó Pujol.
Ni el coste ni la capacidad tienen que ver con el del proyecto para los Juegos Olímpicos de 2020. El dossier de la candidatura, entregado a principios de 2013, cifraba en 63 millones de euros la inversión necesaria para acabar el Centro Acuático y aumentaba la capacidad total del recinto hasta los 18.000 espectadores, de los cuales solo 3.000 asientos eran permanentes y se quedarían después (800 en el caso del edificio que quiere recuperar la RFEN).
Cuatro millones al año de mantemiento
"En la actualidad estamos a falta de instalaciones adecuadas en Madrid. El Centro M-86 está colapsado y nuestra estrategia futura pasa por tener instalaciones. Nos planteamos hace meses el reto de utilizar un legado de un objetivo olímpico no realizado y erigirnos en defensores, de la mano de la federación madrileña, del uso que se le iba a dar al Centro Acuático de Madrid. Estamos obligados a luchar para que salga adelante", explicó Carpena.
La RFEF calcula que serían necesarios unos cuatro millones de euros al año para sufragar el mantenimiento de la instalación. "Hablamos de unos 9.000 abonados a menos de 60 euros al mes sobre un uso diario de 2.000-2.500 personas para así poder acometer los costes anuales de mantenimiento de una instalación de este tipo", señaló Pujol.
Al norte del Wanda Metropolitano, un enorme edificio ve pasar el tiempo sin que nadie sepa qué futuro le espera. Es el Centro Acuático, uno de los pilares de las tres candidaturas olímpicas frustradas de Madrid. Allí tenían que haber ganado medallas Michael Phelps, Katie Ledecky o Mireia Belmonte, pero casi 15 años después del inicio de su construcción aún está sin terminar, abandonado. Es una millonaria inversión inservible, uno de los mejores ejemplos del frenesí urbanístico que tanto daño hizo a España. Casi una década después de la suspensión de las obras, la Real Federación Española de Natación (RFEN) propone recuperarlo y convertirlo en un centro de referencia para el alto nivel, además de abrirlo al público. Su proyecto calcula que hacen falta 30 millones de euros.