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La peor noche de Joan Barreda, el piloto que siempre va a tope
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La peor noche de Joan Barreda, el piloto que siempre va a tope

El abandono de Joan Barreda en la tercera etapa de la carrera es un duro mazazo para el piloto y para su equipo, Honda. Es el piloto más rápido, pero también el menos afortunado

Foto: Joan Barreda, en la primera etapa del Dakar (EFE)
Joan Barreda, en la primera etapa del Dakar (EFE)

La historia del Rally Dakar está repleta de jornadas aciagas, como la que le ha tocado vivir este miércoles a Joan Barreda. Ganó la primera etapa, retuvo el liderato en la segunda, y partía con plena confianza y seguridad en la tercera, pero todo se ha ido al traste en el kilómetro 143 de la especial, de 331 de recorrido. Allí se ha quedado, según dicen, en un punto de difícil acceso, a 300 metros de la pista, y ha sido rescatado por un helicóptero de la organización, aparentemente en buen estado físico, pero imaginamos que moralmente destrozado.

A la vista de las pocas informaciones disponibles, parece que Barreda sufrió un error de navegación y se desorientó debido a un banco de niebla, y posteriormente tuvo una caída, quedado inmovilizado en ese lugar por espacio de una hora. Es de suponer que en el accidente su moto quedó dañada, sin posibilidad de reparar, y eso le impidió continuar. El Dakar es así.

Esta será la cuarta vez que Barreda se retire de la carrera, una carrera en la que está señalado como, quizás, el piloto más rápido de la pista, pero también el menos afortunado. No sabemos las circunstancias de su accidente, pero cuando te enfrentas al desierto durante horas y horas y ciento de kilómetros, estás expuesto a cualquier riesgo que, por pequeño que parezca, puede acabar con tu carrera. Con la moto de campo las caídas son el pan nuestro de cada día, y cuando se compite todavía más.

Ahora lo fácil es cargar las tintas sobre el desafortunado Barreda, que no se merece ni eso ni la mala suerte que lo acompaña. Su carrera deportiva en los raids está escrita a golpe de adversidades. En 2018 pasó las de Caín, con esa lesión de muñeca y rodilla que le obligó a abandonar el Dakar a poco del final. Se recuperó pero volvió a lesionarse en Atacama, y se presentó en Lima con la incertidumbre de saber si su muñeca respondería.

placeholder Joan Barreda, en el Dakar. (EFE)
Joan Barreda, en el Dakar. (EFE)

El recuerdo de Joan Roma

Y respondió, a la primera, ganando. Y aguantó en la segunda reteniendo el liderato. En cierto modo, la historia de Barreda evoca la historia de Joan Roma, que durante muchos años persiguió la victoria en el Dakar: 1997 a 2000 ganó etapas y lideró la carrera, y estuvo a dos horas de la victoria, pero una avería le quitó el triunfo de las manos. Se fue a BMW en 2001 y, por fin, ganó con KTM en 2004. Todo parecía estar en su contra. Ahora parece que ese espíritu lúgubre se ha apoderado de Barreda, que una y otra vez se ve maltratado por la mala suerte.

Foto: Peterhansel durante la segunda etapa del Dakar. (EFE)

Es cierto que en varias ocasiones su excesiva fogosidad ha jugado una mala pasada a Barreda, pero también es verdad que no es normal que un piloto sea sistemáticamente castigado de esta manera. Es fácil decir que Barreda tendría que calmarse, ser menos explosivo, más conservador, más cauto… Claro que sí, seguro que podría ser así y pilotar de esta manera, pero ya no sería 'Bang Bang'. ¿Acaso Marc Márquez ha dejado de correr como Marc Márquez? Ha evolucionado pero conserva la esencia que lo caracteriza.

Para Honda también es una situación durísima. Barreda es su primera baza. Ahora le llega el momento a Kevin Benavides, segundo el año pasado, para reafirmar su posición. A Barreda le espera una noche durísima y difícil, quizás le peor de su carrera deportiva. Pero después de la tiniebla siempre llega la luz, y eso es lo único en lo que debe pensar en estos momentos.

La historia del Rally Dakar está repleta de jornadas aciagas, como la que le ha tocado vivir este miércoles a Joan Barreda. Ganó la primera etapa, retuvo el liderato en la segunda, y partía con plena confianza y seguridad en la tercera, pero todo se ha ido al traste en el kilómetro 143 de la especial, de 331 de recorrido. Allí se ha quedado, según dicen, en un punto de difícil acceso, a 300 metros de la pista, y ha sido rescatado por un helicóptero de la organización, aparentemente en buen estado físico, pero imaginamos que moralmente destrozado.

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