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La otra Champions que se le resiste al multimillonario proyecto del PSG
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final four de balonmano en colonia (alemania)

La otra Champions que se le resiste al multimillonario proyecto del PSG

Al PSG, el equipo más rico del balonmano, se le sigue resistiendo el título de la Champions. Este sábado perdió ante el Nantes (32-28) en la semifinal de la Final Four que se juega en Colonia

Foto: Nikola Karabatic, una de las muchas estrellas del PSG, en el partido de la Final Four contra el Nantes. (Imago)
Nikola Karabatic, una de las muchas estrellas del PSG, en el partido de la Final Four contra el Nantes. (Imago)

El París Saint-Germain lo tiene todo para dominar el balonmano europeo, pero su camino a la cima está siendo más tortuoso de lo esperado. El proyecto, nacido en 2012 a la sombra del equipo de fútbol, está diseñado para ganar la Champions League, pero en seis años aún no ha conseguido ganarla. Cada vez que llega a Colonia (Alemania), sede de la Final Four, algún equipo le aleja de la gloria. Este año ha sido el Nantes, que le ganó este sábado en la primera semifinal por 32-28.

A principios de esta década, Qatar desembarcó en el PSG con la intención de convertirlo en el mejor equipo de Europa. El presupuesto se disparó y a la capital francesa llegaron algunos de los mejores jugadores del mundo, todo con el objetivo último de conquistar la Champions. Pero los años han pasado y el PSG sigue sin ganarla.

El multimillonario proyecto catarí tiene dos caras. La más conocida es la del fútbol, con los resultados ya conocidos. Los millonarios fichajes, los últimos los de Neymar y Mbappé en el verano 2017, no han servido aún para colocar al PSG en el lugar al que aspira desde 2011, cuando Qatar se hizo con el control del club a través de Qatar Sports Invesments (QSI), el brazo deportivo del fondo soberano del país. El presidente, Nasser Al-Khelaifi, es la cara visible de un proyecto que va más allá del deporte: detrás de todo no solo están los intereses del PSG, sino los del país del Golfo Pérsico. Invirtiendo petrodólares en el deporte, Qatar intenta ampliar su influencia cultural y política en el mundo.

placeholder Rodrigo Corrales comparte la portería del PSG con Thierry Omeyer desde el verano de 2017. (EFE)
Rodrigo Corrales comparte la portería del PSG con Thierry Omeyer desde el verano de 2017. (EFE)

El plan puesto en marcha 2011 incluía también un equipo de balonmano. El PSG no tenía sección de ese deporte, pero se hizo con una al comprar el Paris Handball, equipo que sí había estado asociado al PSG entre 1992 y 2002. Nacido en 1941 con el nombre de Asnières Sports, el equipo tenía una larga historia, aunque poco fructífera en cuanto a resultados. Alguna participación en la Copa de Europa, un título de la Copa de Francia en 2007 y el honor de haber sido el primer equipo profesional de Jackson Richardson, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. En 2012, el Paris Handball estuvo a punto de descender. Se salvó en la última jornada, lo que facilitó el desembarco de QSI, que compró el 100 % del club y le cambió el nombre: nació el Paris Saint-Germain Handball.

El presupuesto más alto del mundo

En la 2012-2013, el presupuesto ya superaba los 9 millones de euros, una cantidad inalcanzable para la inmensa mayoría de los equipos. Y en la temporada actual es de 17,7 millones, según datos publicados por 'L'Équipe'. El FC Barcelona, de lejos el equipo español más poderoso, apenas llega a la mitad. El THW Kiel, el equipo más rico de Alemania, maneja unos 9,5 millones. El Montpellier, su principal rival en Francia y también presente en la Final Four, tiene un presupuesto de 7,5 millones. Y su verdugo, el Nantes, no llega a los seis. El PSG ejerce un dominio económico en el balonmano con el que no puede ni soñar el equipo de fútbol.

Esa capacidad económica se tradujo en grandes fichajes desde el primer momento. A los pocos días de la compra llegaron los campeones olímpicos franceses Luc Abalo, Didier Dinart y Samuel Honrubia; los internacionales españoles Antonio García y José Manuel Sierra; y el danés Mikkel Hansen, nombrado unos meses antes mejor jugador del mundo en 2011. El goteo de estrellas ha sido incesante desde entonces, hasta conformar casi una selección mundial. En 2013 llegó Daniel Narcisse; en 2014, Thierry Omeyer; en 2016, Nedim Remili; en 2017, Sander Sagosen y Rodrigo Corrales. Antes, en 2015, había llegado Nikola Karabatic, la gran estrella francesa, la guinda a un proyecto mastodóntico.

Karabatic ganó la Champions ese año antes de cambiar el FC Barcelona por el PSG. Fue el último título continental azulgrana y suyo (antes lo había ganado dos veces con el Montpellier y el Kiel). Ni antes ni después de la llegada del jugador francés el PSG ha podido proclamarse campeón de Europa. En Francia, en cambio, su dominio es arrollador: cuatro ligas, cuatro Copas de Francia, tres Trofeos de Campeones y dos Copas de la Liga.

En 2017 perdió en la última jugada

En la 2013-2014, el PSG regresó a la Champions, pero cayó en cuartos de final ante el Veszprém. Un año después, el resultado fue el mismo: el equipo húngaro le apartó de la Final Four. En 2016 llegó por primera vez a la Final Four de Colonia (Alemania), donde el Kielce le ganó semifinales. En 2017 dio un paso más y se plantó en la final, pero entonces fue el Vardar el que le dejó sin título con un gol a dos segundos del final.

Este año, el PSG tenía una nueva oportunidad. Se volvió a clasificar para la Final Four, donde le tocó luchar de nuevo con el Vardar y con otros dos equipos franceses: Montpellier y Nantes. Contra este último abrió el torneo este sábado, y el resultado volvió a ser decepcionante. El equipo parisino tendrá que esperar al menos un año más para volver a pelear por el título que más se le resiste. Para ello ya tiene perparados los refuerzos para la próxima temporada. Entre ellos hay dos españoles: Viran Morros y el técnico Raúl González, que le quitó la Champions en 2017 en el banquillo del Vardar.

El París Saint-Germain lo tiene todo para dominar el balonmano europeo, pero su camino a la cima está siendo más tortuoso de lo esperado. El proyecto, nacido en 2012 a la sombra del equipo de fútbol, está diseñado para ganar la Champions League, pero en seis años aún no ha conseguido ganarla. Cada vez que llega a Colonia (Alemania), sede de la Final Four, algún equipo le aleja de la gloria. Este año ha sido el Nantes, que le ganó este sábado en la primera semifinal por 32-28.

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