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Hace cuatro años era una desconocida, ahora es la mejor karateka de la historia
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sandra sánchez, la mejor de la historia

Hace cuatro años era una desconocida, ahora es la mejor karateka de la historia

Sandra Sánchez, que no había ganado ningún título importante hasta 2015, fue reconocida esta semana por la federación internacional de kárate como la mejor de la historia en kata

Foto: Sandra Sánchez ha sido campeona de Europa en los últimos tres años. (EFE)
Sandra Sánchez ha sido campeona de Europa en los últimos tres años. (EFE)

"Hace dos años fui a mi primer mundial. La gente me animaba porque pensaba que podía conseguir una medalla, pero yo estaba asimilando que realmente estaba en un campeonato del mundo. Dejadme vivir primero la ilusión de saber que estoy aquí, de vivirlo, pensaba". Esas palabras no tendrían nada de extraño en una deportista que da sus primeros pasos y saborea la elite de su deporte por primera vez. Pero no encajan con alguien que ha superado los 35 años y ha ganado varias medallas internacionales, como la karateka Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 1981). Ella define su caso como raro, y hay que hacerle caso. Hace cuatro años no había ganado ni siquiera un título nacional y ahora es la primera del ránking mundial histórico de kata. Como para no creérselo.

"Es como vivirlo en tercera persona, como que no llegas a ser consciente realmente del significado que pueda llegar a tener", dice al otro lado del teléfono antes de explicar con detalle en qué consiste su logro. "La federación tiene el ránking actual. Y luego tiene otro histórico donde todos los puntos de todas las competiciones y todos los participantes se van sumando. Queda grabado lo que ha hecho cada uno a lo largo de la historia. Yo ya era primera del ránking actual y ahora he conseguido ser la mejor de todos los tiempos", dice con la risa nerviosa cada vez que se le recuerda es la mejor de la historia en su modalidad.

placeholder En 2015, además del título nacional y el europeo, Sándra Sánchez (c) ganó el oro en los Juegos Europeos de Bakú. (EFE)
En 2015, además del título nacional y el europeo, Sándra Sánchez (c) ganó el oro en los Juegos Europeos de Bakú. (EFE)

La vida deportiva de Sandra Sánchez cambió en 2015. Antes de ese año era casi una desconocida. Tenía títulos universitarios, pero ningún campeonato de España. Y ni mucho menos formaba parte de la selección. Nunca había participado en campeonatos de Europa ni del mundo. "Llevaba mucho tiempo intentando entrar en el equipo nacional, pero los seleccionadores que había en ese momento, por una razón u otra, consideraban que no tenía el nivel suficiente", recuerda. "Y llega un momento en que, por muy fuerte que quieras ser, te lo crees: pues a lo mejor no es mi lugar, no doy más de mí".

Sánchez había comenzado en el kárate a los cuatro años, cuando se empeñó en hacer lo mismo que su hermano mayor, que tenía 6 años. Lloró tanto que el maestro con el que iba a entrenar su hermano le dijo a sus padres que la dejaran probar una semana hasta que se le pasara la rabieta, pero no se le pasó. Sus padres querían apuntarla a 'ballet'. "Pensarían: seguro que se lo pasa mejor danzando", dice la karateka. "Animo a los papás y mamás que todavía pueden pensar que hay deportes para chicos y deportes para chicas, que ni una cosa ni la otra. Que les den a los niños un abanico de posibilidades y les dejen elegir", reclama.

Desde aquel momento hasta hoy no ha dejado de practicar kárate. "No he tenido muchos comentarios, porque al final te rodeas de gente que es deportista. Pero sí que es verdad que me han preguntado alguna vez que por qué hago esto. Deportivamente tu cuerpo va cambiando y estás más musculada. Y es como es que estás demasiado fuerte. ¿Y qué más da? Soy quien soy por mi cabeza, mi forma de ser, no por mi cuerpo. Siempre espero sorprender a alguien y que se fije en mí porque le hago reír o por cómo pienso. El cuerpo ahora es de una manera y cambiará con el paso del tiempo".

Animo a los papás y mamás que todavía pueden pensar que hay deportes para chicos y deportes para chicas, que ni una cosa ni la otra. Que les den un abanico de posibilidades

Cuando acabó la carrera de educación física se fue a Brisbane (Australia) a estudiar inglés. A su vuelta, en una competición internacional de clubes, alguien se fijó en ella y le ofreció irse a Dubái (Emiratos Árabes Unidos), donde además de competir también daba clase a niños. Eso le ayudó a que los árbitros la conocieran. "No nos medimos por algo objetivo, y al final el árbitro, cuando conoce a un competidor y sabe que es bueno, lo tiene en su retina. Cuando llegas de cero, cuesta trabajo. Que se te conozca y que se te tenga bien valorada es importante", explica.

Para entonces ya había conocido a Jesús del Moral, que acabó convirtiéndose en su entrenador y en su pareja. A pesar de no haber conseguido entrar aún en el equipo nacional, ella no había perdido la esperanza. Yo no dejé de competir, porque aunque perdiera me gustaba el hecho de mejorar yo misma. Por eso supongo que no me desmotivaba, y al final es lo que intento transmitir a los niños: que no es una competición contra los demás, sino contra uno mismo. Aunque tenía momentos de bajón, evidentemente, tengo mi corazoncito y hay momentos difíciles", dice. Del Moral tiró de eso y la convenció de que podía conseguirlo todo. "Esa combinación hizo que al final se cumpliera el sueño", apunta la karateka.

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"No me acostumbro a ganar"

"Ahora parece todo más fácil, pero hace cuatro años era imposible ganar el campeonato de España", afirma. Antes de 2015 siempre quedaba tercera, segunda, pero ese año ganó. "Llegas con 33 años, ganas el Campeonato de España, y aun así hay un montón de gente a tu alrededor que te dice que eres mayor. Se sopesa la idea de que no vaya yo al Europeo, porque dicen: sí, le damos la oportunidad en este Europeo, pero si realmente no tiene una proyección a largo plazo, ¿de qué sirve? Menos mal que al final se arriesgaron", recuerda.

Y salió bien. Fue campeona de Europa ese año, en 2016 y en 2017. También ganó el bronce mundial en 2016 y es la gran favorita para ganar el oro el próximo mes de noviembre en Madrid. Y en dos años y medio, los Juegos Olímpicos de Tokio, cuya clasificación empieza en julio. "Se me escapa una sonrisilla solo de imaginarlo. Por fin estamos dentro. El judo y el taekwondo entraron antes en los juegos y eso les dio un escaparate, nosotros quedamos relegados a un segundo plano y no teníamos esa visibilidad". La beca del Plan ADO le ha dado la tranquilidad económica necesaria para pensar solo en el kárate.

placeholder Sandra Sánchez y Damián Quinteros, dos españoles que son números 1 en el kárate. (CSD)
Sandra Sánchez y Damián Quinteros, dos españoles que son números 1 en el kárate. (CSD)

"Cada cosa pasa en su momento y ya está, pero tengo la suerte de vivir esto con una madurez que probablemente más joven no tienes, no valoras lo que pasa. Perder durante tanto tiempo, que me haya costado tanto conseguirlo, me hace vivirlo todos con una ilusión... No me acostumbro a ganar. Cada cosa me parece tan especial... Como si un día me fuera a levantar y me dijeran que estoy en el 2015 y no voy yo al Europeo", explica.

"Si los éxitos te llegan como muy pronto, a veces hay casos en los que todo va muy rápido. Te ves arriba demasiado rápido y no asimilas que lo que sube, baja, que son momentos efímeros, que desaparecen, que uno no se mantiene en la cima siempre, que hay que saber y ser conscientes de que habrá momentos arriba y momentos abajo. La edad te ayuda a asimilarlo", continúa.

A Sandra Sánchez le ha costado mucho llegar hasta donde está ahora, quizá más que a nadie. Cuando muchos ya se han despedido del deporte de elite, ella ha irrumpido ganándolo casi todo. "Supongo que me caracteriza ser muy cabezota", dice. Esa cabezonería es la que la mueve a entrenarse seis horas diarias con un objetivo: los Juegos de Tokio, donde otro español número 1 del mundo, Damián Quintero, aspira también al otro. "Queda kárate para rato, vivimos un momento muy dulce".

"Hace dos años fui a mi primer mundial. La gente me animaba porque pensaba que podía conseguir una medalla, pero yo estaba asimilando que realmente estaba en un campeonato del mundo. Dejadme vivir primero la ilusión de saber que estoy aquí, de vivirlo, pensaba". Esas palabras no tendrían nada de extraño en una deportista que da sus primeros pasos y saborea la elite de su deporte por primera vez. Pero no encajan con alguien que ha superado los 35 años y ha ganado varias medallas internacionales, como la karateka Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 1981). Ella define su caso como raro, y hay que hacerle caso. Hace cuatro años no había ganado ni siquiera un título nacional y ahora es la primera del ránking mundial histórico de kata. Como para no creérselo.

Sandra Sánchez
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