Es noticia
España destroza a sus fantasmas galos y se mete en la final del Europeo
  1. Deportes
a la final del europeo tras ganar 23-27

España destroza a sus fantasmas galos y se mete en la final del Europeo

Los 'Hispanos' jugaron un partido casi perfecto contra los favoritos y encontraron su pase a la final continental (23-27). España ha perdido cuatro veces en la última ronda de este torneo

Foto: Sarmiento trata de anotar un gol. (Reuters)
Sarmiento trata de anotar un gol. (Reuters)

A los fantasmas se les hace frente con contundencia, con buen juego, con la mejor de las sonrisas. España tenía un complejo con Francia en balonmano. Era la consecuencia natural de años y años enfrentándose y perdiendo. Tantas tardes en las que los hispanos llegaban llenos de ilusión y se les agarrotaba el brazo, aquellos partidos en los que Karabatic, Omeyer, Abalo, Richardson, Accambray... pongan el nombre que quieran, porque la lista es casi interminable, terminaban amargándole la tarde a los españoles. Tampoco extraña demasiado, durante la última década los galos han sido los mejores y los mejores no suelen hacer otra cosa que ganar campeonatos. Pero esta vez España destrozó a sus fantasmas galos (23-27) y disputará la final del Europeo.

Con esa misma vitola, la de ser los mejores, llegaron a estas semifinales del Campeonato de Europa en Croacia. La idea era hacer más o menos lo de siempre, pasar la apisonadora por el pabellón y terminar siendo campeones. Pero no, esta vez no, España jugó su mejor partido del campeonato y le demostró a los galos que no hay partido ganado de antemano, que los gigantes también pueden doblar la cerviz y aceptar que la victoria no siempre es el único desenlace. Sí, España está en la final del europeo de balonmano porque fue mejor que los mejores. Los complejos se quedaron en el vestuario.

Y solo se consigue una gesta así (sí, la palabra gesta define lo que es ganar a Francia en balonmano) si todas las piezas del equipo funcionan. España conoce sus carencias, no es un equipo flamígero lleno de lanzadores contundentes. Ese ha sido el problema de los últimos años, la falta de catapultas para sacar tiros limpios en los malos momentos. Eso, que sigue ahí, se puede compensar estando excelentes en el resto de áreas del deporte. Y eso fue, exactamente, lo que consiguieron los 'Hispanos' en esta tarde de viernes.

Empezando, por supuesto, por la portería. Rodrigo Corrales es muy seguro, se mueve como una araña y es capaz de lanzar la pierna como si fuese una bailarina de ballet. No es de esos porteros reactivos que parecen gimnastas en el suelo, en él los movimientos son fluidos, casi naturales, no hay golpes en el pecho ni demasiado 'show', solo un tremendo portero dispuesto a detener a los bombarderos del equipo contrario, que en Francia no eran escasos. Además, Sterbik. Llegó en el último momento, directamente al partido por la lesión de Gonzalo Pérez de Vargas. Es un histórico y ya no está para jugar partidos enteros, pero pueden preguntarles a los lanzadores de penaltis franceses lo que puede llegar a imponer un hombre de su figura. Es imposible pensar en esta victoria sin el meta de origen serbio, pues él detuvo las penas de 7 metros.

El siguiente punto, la defensa. Porque para poder correr, que es una de las máximas cuando no atacas tan bien en estático, lo mejor es tener una defensa pegajosa que logre arrebatar bolas y amargue la tarde de los bombarderos rivales. Los hermanos Karabatic lo intentaban, pero no podían, España demostró que guardar la propia portería tiene que ver con el físico, pero no solo con eso, también requiere de inteligencia táctica, esfuerzo y solidaridad.

placeholder
Handball - Men's EHF European Handball Championship - semi-final - France v Spain - Arena Zagreb, Zagreb, Croatia - January 26, 2018. Goalkeeper Rodrigo Corrales of Spain and Cedric Sorhaindo of France in action. REUTERS Antonio Bronic

La fuerza de los veteranos

Y, por supuesto, los goles. Cuenta aquí especialmente Raúl Entrerríos, un histórico del balonmano mundial al que muchos pudieron ver ya pasado de fecha, pero sin duda se equivocaron. Seis goles fueron suyos, el mejor lanzador de todos los que tiene España. Su experiencia es un grado, él no veía gigantes en los franceses porque los complejos se te van cuando has ganado en las más altas ocasiones. Él lo ha hecho, y por eso no tiene miedo a tirarse el equipo a la espalda y sacar el brazo cuando la tarde se pone comprometida.

Algo similar se puede decir de otros como Julen Aguinagalde, que lleva tanto tiempo en el pivote que la línea de seis metros le echará de menos cuando falle. Pocas profesiones hay más ingratas que la suya, la de abrir espacios y pelearse con enormes torres. Sale de los partidos amoratado, pero ese es el oficio y él es uno de los que mejor lo hace. Otros veteranos, como Gurbindo o Cañellas, también recordaron sus mejores tardes. Todos ellos en su mejor versión, como Ferrán Solé, el encargado de tirar desde 7 metros. Es clave, porque él marcó todos esos que los galos fallaron.

Se venció a los favoritos y ni siquiera se sufrió demasiado. En algún momento de la segunda mitad los franceses se encontraron a nueve goles de los españoles, lo cual era una distancia casi insólita para un deporte acostumbrado a vivir en el infarto. Sí, después fueron recortando poco a poco, se acercaron hasta tres tantos, pero la distancia era insalvable. Quedaba poco tiempo para que la remontada cristalizase y los españoles, muchos de ellos veteranísimos, a estas alturas ya sabe lo que es necesario para mandar también sobre el reloj.

España fue excepcional, en su mejor versión. Es una bicampeona del mundo, una presencia rotunda en el balonmano, pero a pesar de todo tenía complejos. Contra Francia es normal, es uno de esos equipos indelebles, de los que nunca se van de la memoria. Los fantasmas se fueron, al menos los que corresponden al rival. Ahora queda el último peldaño y la necesidad de sacudirse de nuevo otros demonios. España nunca ha ganado el europeo, y no es porque no haya estado cerca. Cuatro finales perdidas, dos terceros puestos más. El domingo, la siguiente oportunidad. Se ha ganado a Francia, eso demuestra que todo es posible.

Ficha técnica:

23 - Francia: Gerard; Porte (3), Mem (1), Dipanda (1), Sorhaindo (6), Nikola Karabatic (3) y Guigou (1) -equipo inicial- Dumoulin (ps), Remili (), Lagarde (3), Mahe (3, 2p), Abalo (1), Luka Karabatic (), Claire (), Tournat () y Caucheteux (1p)

27 - España: Corrales; Solé (7, 6p), Gurbindo (2), Sarmiento (3), Raúl Entrerríos (6), Valero Rivera (1) y Aginagalde (2) -equipo inicial- Sterbik (ps), Balaguer (1), Alex Dujshebaev (1), Cañellas (2), Morros (), Goñi (), Ariño (1), Gedeón Guardiola () y Figueras (1)

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 3-5, 6-7, 8-9, 8-10 y 9-15 (Descanso); 12-18, 13-20, 15-23, 19-23, 20-24 y 23-27 (Final)

Árbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron por dos minutos a Porte, Dipanda, Lagarde y Nikola Karabatic, por Francia; y a Morros, Balaguer, Alex Dujshebaev y Sarmiento, por España.

Incidencias: Primera semifinal del Europeo de Croacia 2018 disputada en el Arena de Zagreb ante unos 6.000 espectadores.

A los fantasmas se les hace frente con contundencia, con buen juego, con la mejor de las sonrisas. España tenía un complejo con Francia en balonmano. Era la consecuencia natural de años y años enfrentándose y perdiendo. Tantas tardes en las que los hispanos llegaban llenos de ilusión y se les agarrotaba el brazo, aquellos partidos en los que Karabatic, Omeyer, Abalo, Richardson, Accambray... pongan el nombre que quieran, porque la lista es casi interminable, terminaban amargándole la tarde a los españoles. Tampoco extraña demasiado, durante la última década los galos han sido los mejores y los mejores no suelen hacer otra cosa que ganar campeonatos. Pero esta vez España destrozó a sus fantasmas galos (23-27) y disputará la final del Europeo.