La incertidumbre del Brexit llega al fútbol, al rugby, a la fórmula 1...

El Reino Unido quedará fuera de la Unión Europea después de que sus ciudadanos así lo hayan decidido en un referéndum. Esos son los hechos, y a partir de ahí todo lo que aparece es incertidumbre. La salida voluntaria de un país del concierto europeo es una posibilidad reflejada en los tratados de la UE, pero hasta el momento no era más que un puro tecnicismo. Ahora es una realidad, pero es difícil saber qué consecuencias tendrá todo el proceso negociador. Afectará, sin duda, pues es un cambio legislativo de importantísimas consecuencias. Y también salpicará al deporte.

[La Premier pendiente del Brexit]

El caso más llamativo es el que se puede dar en el fútbol. Los ingleses lo inventaron y en su país se desarrolla la liga más poderosa de todas cuantas hay en el mundo: la Premier League. Su dominio está directamente relacionado con un fenómeno migratorio, la compra de talento al resto de países del mundo. Si bien el aficionado común no suele relacionar a De Gea o a Kanté con ello, no dejan de ser trabajadores extranjeros desarrollando su labor en el Reino Unido. Las leyes de inmigración británica tendrán que cambiar, entre otras cosas porque ese ha sido uno de los puntos clave en la campaña. Los favorables ha la salida han esgrimido la inmigración y el deseo de una buena parte de la población británica, ahora se sabe que mayoritaria, de contener los procesos de entrada a los ciudadanos no británicos.

En una ley general no hay excepciones para futbolistas ni nada que se parezca, por lo que toda restricción que se de a los ciudadanos europeos será válida para los futbolistas. Los españoles de la Premier se han beneficiado durante todos estos años de la libre circulación de personas, una cuestión que ahora debe ser renegociada. Los términos de esa conversación son desconocidos, por lo que es casi imposible saber ahora mismo qué pasará con exactitud.

Lo que sí que es cierto es que la Football Association lleva tiempo valorando restricciones de extranjeros para fomentar al futbolista inglés, algo que por el momento era imposible por las leyes europeas pero que ahora está en el aire. De hecho la federación inglesa ha endurecido este año su normativa para aceptar visados de jugadores extranjeros, algo que legalmente no podía ser aplicado para los jugadores comunitarios. Ahora existe un sistema de puntos por el cual los jugadores tienen que haber disputado un porcentaje mínimo de partidos con su selección para poder conseguir el visado de trabajo. Un estudio de The Guardian del pasado el año calculó que dos tercios de los jugadores comunitarios que ahora juegan en la Premier no podrían hacerlo. El Daily Mirror incluso ha hecho una lista con los jugadores en esa coyuntura en la que se encuentran casi todos los jugadores españoles que allí juegan. Algunos medios barajan la opción de que se respete el estatus para todos aquellos que ya estén jugando en la Premier, asumiendo que no habrá retroactividad para las nuevas normas. Pero eso, como casi todo en este caso, está por solventar.

Esta incertidumbre no solo afecta a los jugadores europeos. En la práctica, la figura del extranjero en Europa casi había desaparecido. Esto es así porque la UE tiene también acuerdos extraterritoriales que concede a nacionales de terceros países los mismos derechos laborales que a los europeos. El caso más claro es el Acuerdo de Cotonou, que permite a jugadores caribeños y africanos no contar como extranjeros en las ligas europeas. Eso tiene una gran incidencia en el fútbol pero aún más en el caso del rugby, pues son muchísimos los jugadores de islas del Pacífico que se benefician de este tipo de acuerdos.

Y, además de esto, está toda la cuestión económica. El deporte no es ajeno a lo que ocurre en los mercados y una caída en picado de la libra hará que los clubes tengan mayores dificultades para moverse en las tablas de fichajes. Bien es cierto que esto quedará mitigado por el excelente momento económico que vive la Premier, que batió todos los récords en el último contrato de televisión rubricado el año pasado.

También existen otras consecuencias añadidas para el fútbol que tienen que ver con los canteranos. Los equipos ingleses han alimentado en los últimos años sus categorías inferiores con jugadores menores de otros países europeos. Para ello se beneficiaban de una cláusuila en el reglamento de la FIFA que decía que los jugadores menores de 18 años pueden moverse por el Espacio Económico Europeo sin restricciones. Los británicos saldrán del mismo, por lo que ya no podrán aplicarse esas normas.

La Fórmula 1

Otro de los deportes que vinculan el Reino Unido con el continente es la Fórmula 1. Todos los equipos menos tres tienen sus sedes en el Reino Unido. En recientes ruedas de prensa se ha preguntado al respecto a los rectores de la misma, pero siempre se han salido por la tangente diciendo que no hablan de política. Bernie Ecclestone, el patrón de todo, que es británico, apostaba por la salida del Reino Unido y afirmaba que la F1 está por encima de todo esto. Ron Dennis, que manda en McLaren estaba en contra.

Los problemas de la Fórmula 1 con la UE pueden estar en otro campo, pues hace meses que se habla de la posibilidad de que la Comisión Europea investigue la competición por sus prácticas monopolísticas. En ese sentido el Brexit no debería modificar nada, pero el cambio de paradigma siempre conlleva reevaluar todas las relaciones. Y en eso la F1 no será diferente.