Álvaro Valera, un palista de diamante

Doble campeón del mundo en tenis de mesa, cinco de Europa, 80 medallas, alguna de ellas olímpicas... Los logros de Álvaro Valera hablan por sí solos. Pero son éxitos que aún tienen que crecer un poco más si cabe, los 15 años que lleva representando a España le han sabido a poco a este palista paralímpico. "Una persona amante de la superación y convencida de que todo es posible en la lucha por sus sueños", así se describe, una definición certera y sencilla que resume su ardua pelea por llegar a lo más alto en el tenis de mesa. No lo tuvo fácil, es jugador paralímpico, lo que le obligó a multiplicar esfuerzos.

Sin embargo no iba a ser su polineuropatía, una carencia muscular en la extremidades que afectado de codo y rodilla para abajo, lo que le cortara las alas. Muy pronto sospechó que el tenis de mesa iba a ser fundamental en su vida y luchó para que así fuera. "Me dicuenta desde el primer momento. Destacaba y me divertía enormemente. Es mi pasión y mi vida. Es un deporte que me fascina desde el primer día. Me siento afortunado de haber convertido mi gran afición en mi profesión", relata.

Y todo lo que pone de pasión lo pone también de tesón;su discapacidad le hacía partir presumiblemente en esta lucha hacia el éxito deportivo con una desventaja que ha sabido superar con creces, compitiendo en ocasiones en la liga regular con victorias que saben a gloria. En su envidiable CV está el oro en Sidney 2000, el Campeonato del Mundo en el 98 y el Campeonato de Europa en el 2001.

Inteligencia y templanza

"El algo difícil de asimilar. Sabes que tienes una gran desventaja y que te va a tocar esforzarte mucho para superarla y cumplir tus sueños. Para destacar en el deporte la técnica siempre es prioritaria pero también una buena dosis de fisio es necesaria", comenta.Sin embargo, junto a la parte física y corporal hay que destacar la fortaleza mental tan necesaria en los deportistas de élite;un bajón o los momentos de debilidad emocionales pueden dar al traste con meses de duros entrenamientos.

"Es crucial, mi deporte es muy mental y necesitas de unagran inteligencia y templanza para manejar la tensión en momentos delicados", explica.Son cualidades que entrena cada día y que traslada a su vida, esas a las que hay que sumar otras más que el deporte le ofrece y le convierte en una persona y campeón más completo.

"Disciplina, inteligencia, constancia, y sobre todo templanza. Destacaría los nervios de acero, ya que la presión en momentos clave es tremenda", subraya.Y en este camino lleno de logros y triunfos, sufrió su revés más duro, la muerte de su padre, su mentor y maestro, que por suerte fue testigo de conocerle con 18 años como el palista con más títulos de España.

El oro de Río

"En aquel momento era amateur y el deporte paralímpico no era lo que es hoy. No era del todo consciente de la magnitud de lo que había logrado", recuerda. Tras esos triunfos llegaron otros que nunca le despegaron los pies del suelo;ni el premio internacional 'ITTF StarAwards'en Dubai ni tantos y tantos títulos individuales o por equipos. Su humildad le hace agradecer siempre lo logrado.

"Es una sensación de gratitud y plenitud por ver recompensados mi esfuerzo y sacrificio", recalca.Deseando mayor difusión para el deporte que le apasiona, se despide no sin antes confesarnos su próximo reto: revalidar su oro olímpico en los JJOO de Río 16 años después.

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