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El Manchester City recibe a un Guardiola que le ‘dejó tirado’ por sorpresa
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Fue el primer objetivo de txiki begiristain

El Manchester City recibe a un Guardiola que le ‘dejó tirado’ por sorpresa

El Manchester City soñaba con el fichaje de Guardiola. Por eso la cúpula directiva se quedó planchada cuando el técnico fichó por el Bayern

Foto: Pep Guardiola, entrenador del Bayern (EFE)
Pep Guardiola, entrenador del Bayern (EFE)

No tardó muchos meses, por no decir semanas, en darse cuenta de que si quería implantar su filosofía, lo primero que debía hacer es cambiar de entrenador. Txiki Begiristain se embarcó en un faraónico proyecto merced a los millones de dólares de un jeque, pero muy pronto detectó un grave problema. El Manchester City no practicaba ese fútbol del que tanto disfrutó en el Barcelona, tanto como jugador como Director Técnico. Txiki tuvo claro enseguida que Roberto Mancini no era el entrenador idóneo para dirigir el proyecto desde el banquillo.

El primer y claro candidato desde el primer momento era más que obvio. Pep Guardiola disfrutaba de una vida apacible en Nueva York junto a su familia. Begiristain no dejó pasar mucho tiempo para contactar con el técnico. Había llegado al City en octubre de 2012 y antes de que acabara el año tuvo claro el diagnóstico. El equipo necesitaba un cambio de rumbo radical para la actual temporada.

“Tengo muchas ganas de construir un equipo de fútbol y una filosofía que pueda permanecer y servir al Manchester City en el futuro a corto y largo plazo”, dijo Txiki el día que se hizo oficial su fichaje por los ‘citizens’. Era evidente qué entrenador consideraba fundamental para lograr el objetivo marcado. Se puso en marcha nada más aterrizar en Manchester para conseguir el ‘sí’ de Guardiola, pero el sueño duró apenas dos meses…

A principios de diciembre las dos partes ya estaban en contacto. Fueron los prolegómenos de una operación que en opinión de Txiki, a priori, daría el resultado esperado con el tiempo. Pero cuando menos lo esperaba el Director Deportivo del Manchester City, Guardiola optó por la opción que más le seducía y que desde hacía tiempo estaba manejando como la primera. El Bayern de Munich había tomado la delantera hacía tiempo, algo con lo que no contaba Begiristain.

El 16 de enero de 2013 el Bayern hacía oficial la contratación de Guardiola. Txiki ya tenía conocimiento de ello desde hacía unas semanas. A finales de 2012 ya recibió la información de que Pep se había decantado por la fiabilidad alemana. Supuso una decepción y una sorpresa mayúscula, pues Begiristain siempre pensó que tendría opciones de convencer al entrenador. Se equivocó…

Cuando contactó con Guardiola, éste tenía muy avanzadas las negociaciones con el Bayern de Munich, pero en el club de los ‘citizens’ no se contemplaba ese escenario. Club y entrenador nunca se reunieron para planificar un proyecto; ni siquiera se pusieron a negociar las condiciones económicas. No obstante, Begiristain siempre pensó que su ‘Plan A’ tenía posibilidades de éxito. Por eso le sorprendió que a finales de 2012 su sueño quedara tocado y hundido por el Bayern de Munich.

Perdido Guardiola para la causa, dos entrenadores fijaron la mirada de Txki Begiristain. Esta vez no se la jugó a una carta y apuntó un par de nombres para que no se repitiera la historia. Jurgen Klopp, el popular técnico del Borussia Dortmund, era el más adecuado para el Director Técnico del City, pero el alemán dejó claro que esta temporada continuaría en la Bundesliga. El otro de la exigua lista de dos ya fue el bueno…

Manuel Pellegrini pasó a convertirse en la baza más sólida para Txiki Begiristain a principios de febrero. El chileno tenía el perfil deseado y todo era cuestión de que el dueño del club cortara la cabeza de Mancini. Su Alteza el JequeMansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, muy unido al entrenador italiano, y con el que mantenía una estrecha relación, debía tomar la decisión definitiva. Txiki le hizo ver la necesidad de dar un giro al equipo y el jeque finalmente accedió a los deseos del máximo responsable técnico del club. Tardó mucho en hacerlo, pero en esta oportunidad se impuso el criterio del profesional del fútbol.

No tardó muchos meses, por no decir semanas, en darse cuenta de que si quería implantar su filosofía, lo primero que debía hacer es cambiar de entrenador. Txiki Begiristain se embarcó en un faraónico proyecto merced a los millones de dólares de un jeque, pero muy pronto detectó un grave problema. El Manchester City no practicaba ese fútbol del que tanto disfrutó en el Barcelona, tanto como jugador como Director Técnico. Txiki tuvo claro enseguida que Roberto Mancini no era el entrenador idóneo para dirigir el proyecto desde el banquillo.

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