La crisis ha cambiado el deporte profesional: casi nadie se convierte en millonario

Aunque al mirar algunos fichajes, los sueldos de los jugadores o sus contratos publicitarios, la crisis también ha llegado al mundo del fútbol. La burbuja se pinchó y los ajustes han comenzado a llegar. Y como del balompié no solo vive el mundo del deporte, estas medidas también se están aplicando en otras disciplinas como el baloncesto o el atletismo, una modalidad duramente castigada por la crisis que atraviesa España y que ha cambiado el deporte profesional: muy pocos consiguen hacerse millonarios.

Es cierto que los grandes clubes de fútbol todavía pueden presumir de poder pagar sueldos estratosféricos a sus estrellas. Son la excepción que confirma la regla porque quitando los pocos equipos que hacen gala de abundancia económica, la gran mayoría se han visto obligados a bajar sus partidas para salarios: los clubes de la Liga BBVA (excepto Real Madrid y el Barcelona) van a reducir en 148 millones de euros su masa salarial. Esta práctica es algo que viene siendo habitual en otros deportes profesionales de nuestro país como es el baloncesto donde se han bajado los sueldos hasta un 40% o en el atletismo donde ser ‘mileurista’ es toda una utopía.

Desde hace un par de temporadas, la Liga Endesa se ha apretado el cinturón bajando los sueldos un 40% poniendo sobre la mesa de jugadores americanos fichas de 50.000 euros anuales. Las figuras que aterrizan rondan ofertas de 200.000 euros anuales, cantidades cinco veces inferiores a lo visto en otras temporadas. Los únicos que se salvan de estos límites son las grandes estrellas de la Liga Endesa como Lorbek que es el mejor pagado del campeonato con 3 millones de ficha, seguido por Rudy y por Juan Carlos Navarro. Incluso los hay como Felipe Reyes que se ha bajado el sueldo para renovar con el Real Madrid.

A estos niveles, la situación está lejos de ser crítica pero no ocurre lo mismo en deportes como el voley en el que el waterpolo donde un jugador puede cobrar desde 300 euros al mes a 30.000 al año o en atletismo donde los sueldos, la mayor parte de las veces, no llegan a los 1.000 euros mensuales a no ser que se trate de la veintena de afortunados que uniendo patrocinios, becas y competiciones pueden presumir de no ser ‘mileuristas’, un lujo al alcance de muy pocos porque la mayor parte de la financiación pública y algunas de las citas han desaparecido. La crisis ha golpeado duro a los atletas que preparan sus citas pensando en si llegarán a final de mes, algo que no pasaba hace diez años cuando las cifras rozaban el doble o el triple de las actuales. Y es que en el deporte profesional cualquier tiempo pasado fue, sin duda, mejor que el presente.