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El carácter de Felipe Reyes lleva al Madrid a luchar por su novena Copa de Europa
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LOS BLANCOS DERROTARON EN UN INTENSO FINAL A UN BATALLADOR BARÇA (67-74)

El carácter de Felipe Reyes lleva al Madrid a luchar por su novena Copa de Europa

Apoteósica. De esta manera se puede definir la semifinal entre Real Madrid y Barcelona Regal, que en los instantes finales se decantó del lado blanco gracias, entre otras

Apoteósica. De esta manera se puede definir la semifinal entre Real Madrid y Barcelona Regal, que en los instantes finales se decantó del lado blanco gracias, entre otras cosas, a la raza de su capitán. La aportación de Felipe Reyes en el momento decisivo de la semifinal ante los azulgrana y la intensidad defensiva en los momentos clave decantaron la balanza a favor del equipo de Pablo Laso, que luchará ante Olympiacos este próximo domingo por el cetro continental. Los blancos vuelven a una final dieciocho años después, tras la conquistada en Zaragoza, y lo hará precisamente ante el mismo rival de aquella ocasión.

No hay duda que el Barça entró mejor en el partido. De la mano de Tomic y del de siempre, Juan Carlos Navarro, los de Xavi Pascual quisieron seguir el mismo guión que anteriormente había firmado Olympiacos en la primera semifinal. Los azulgranas, que no partían como favoritos, estaban por la labor de aguarle la fiesta, una vez más, a su eterno rival. En el Madrid no funcionaba la dirección de Sergio Llull y el brazo de los exteriores estaba absolutamente encogido; prueba de ello es que la primera canasta merengue llegó a los tres minutos de juego. La sombra de la Copa del Rey comenzaba a planear entre los cabizbajos aficionados llegados desde la capital de España. Por contra, los hinchas culés se dejaban notar en las gradas del O2 al grito de “¡Barça, Barça!”.

Muchas veces criticamos que el baloncesto está demasiado encorsetado a los sistemas defensivos de algunos técnicos. Y en cierta manera es verdad. Pero afortunadamente hay jugadores que se salen del guión establecido, algo de lo que nos tenemos que congratular todos los aficionados a este deporte. Uno de ellos ya había comenzado a hacer de las suyas, la ‘Bomba’. El otro estaba a punto de saltar a la pista debido a la mala dinámica que tenía a su equipo siete puntos abajo (13-7). Era Sergio Rodríguez. El ‘Chacho’ entró, cambió el partido y, a partir de aquí, el Madrid empezó a cogerle el hilo a la final. Con el canario de base, Llull pasó a ser escolta y las cosas mejoraron ostensiblemente para los blancos. Aún así, en el bando contrario, Navarro y un gran Tomic seguían recordándole al Madrid que el puesto para la gran final aún había que sudarlo.

Con igualdad absoluta en el marcador, Pablo Laso dio entrada a Felipe Reyes. Era el punto de garra que le faltaba al Madrid para tomar sus primeras ventajas. Dicho y hecho, parcial de 0-6 y primer tirón en el marcador por parte del Madrid, una diferencia que se mantuvo hasta el descanso. El luminoso del O2 Arena reflejaba 33-39 y las espadas seguían en todo lo alto. Una plaza para la gran final en juego, todo un Barça-Madrid. ¿Qué más se podía pedir?

Emoción hasta el final

La tensión se palpaba entre las aficiones españolas. Todo el público era consciente de que la igualdad iba a ser la tónica predominante durante todo el partido. Tomic seguía haciendo mucho daño en la pintura y volvía a recordarle una vez más a su exequipo que es pívot de altísimo nivel. Los blancos se atascaron en ataque, todo lo contrario que el Barça, que encontró en Marcelinho Huertas un auténtico filón. Su arsenal ofensivo fue tan descomunal que volteó el marcador para poner de nuevo a su equipo por delante en el marcador. El Madrid necesitaba una reacción, parecía bloqueado y entrábamos en la fase decisiva del partido (51-48 al final del tercer cuarto).

Pero no sólo Pablo Laso no encontraba la solución, sino que tenía a su rival en estado de gracia. Cinco puntos más de Huertas (3) y Jascikevicius (2) llevaba el parcial favorable a los culés hasta un preocupante 12-0 que obligó al técnico vitoriano a pedir tiempo muerto. El Barça había llevado el partido a su terreno, se encontraba más a gusto en la pista y tenía a su eterno rival noqueado, más aún tras un triple de Ingles que daba la mayor diferencia a favor de los de Xavi Pascual (61-52). Sólo restaban cinco minutos.

El Madrid necesitaba un revulsivo, y eso empezaba por apretar en defensa y que alguien tomara la responsabilidad anotadora. Y ambas premisas se cumplieron bajo la batuta de Felipe Reyes. El capitán tiró del carro y, con seis puntos casi consecutivos (diez en total en el último cuarto), provocó que la dormida hinchada madridista se levantara de nuevo al cántico de “¡así, así, así gana el Madrid!”. A veces uno tiene la sensación de que a este jugador no se le valora lo suficiente.

Ahora era el Barcelona Regal el que había entrado en estado de ‘shock’. El tiempo se iba agotando y ahora cada error se podía pagar muy caro. El Madrid venía con una buena inercia defensiva y anotadora, mientras que a los azulgranas se les habían bajado las persianas. Las erróneas decisiones en los últimos ataques culés y la defensa de Sergio Rodríguez sobre Navarro terminaron por decantar la balanza. El Madrid volvía a una final de Euroliga. La ‘Novena’ está un pasito más cerca. La tercera del Barça tendrá que esperar…

Ficha técnica:

67 - Barcelona Regal (18+15+18+16): Huertas (19), Navarro (9), Ingles (5), Lorbek (6) y Tomic (18) -quinteto inicial- Sada (-), Abrines (-), Jasikevicius (6), Todorovic (2), Rabaseda (-), Jawai (-) y Wallace (2).

74 - Real Madrid (11+28+9+26): Llull (13), Rudy Fernández (8), Suárez (6), Mirotic (6) y Begic (4) -quinteto inicial- Draper (-), Reyes (17), Sergio Rodríguez (12), Carroll (2) y Slaughter (6).

Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Ilija Belosevic (SER) y Elias Korominas (GRE). Sin eliminados

Incidencias: partido correspondiente a la segunda semifinal de la Final a Cuatro de la Euroliga, disputado en el O2 Arena de Londres ante 13.193 espectadores.

Apoteósica. De esta manera se puede definir la semifinal entre Real Madrid y Barcelona Regal, que en los instantes finales se decantó del lado blanco gracias, entre otras cosas, a la raza de su capitán. La aportación de Felipe Reyes en el momento decisivo de la semifinal ante los azulgrana y la intensidad defensiva en los momentos clave decantaron la balanza a favor del equipo de Pablo Laso, que luchará ante Olympiacos este próximo domingo por el cetro continental. Los blancos vuelven a una final dieciocho años después, tras la conquistada en Zaragoza, y lo hará precisamente ante el mismo rival de aquella ocasión.