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Carolina Ruiz sólo cuelga los esquís por la fotografía y el sol
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LA ESQUIADORA ESPAÑOLA CHARLA CON EL CONFIDENCIAL

Carolina Ruiz sólo cuelga los esquís por la fotografía y el sol

Se llama Carolina Ruiz, tiene 31 años y se ha convertido en la tercera española en entrar en la historia del esquí español. Apasionada por la

Foto: Carolina Ruiz sólo cuelga los esquís por la fotografía y el sol
Carolina Ruiz sólo cuelga los esquís por la fotografía y el sol

Se llama Carolina Ruiz, tiene 31 años y se ha convertido en la tercera española en entrar en la historia del esquí español. Apasionada por la fotografía y con toda una vida dedicada a deslizarse sobre la nieve, el pasado fin de semana lograba la primera victoria de España en el descenso de la Copa del Mundo. Lo hacía en Meribel (Francia) y desde entonces todo ha sido una aventura para ella. Carolina reconoce que ya lo ha asumido, que “todo ha sido muy satisfactorio”. Ahora sigue centrada en la competición, está en Alemania donde esquiará este fin de semana. En su charla con El Confidencial, se muestra ilusionada y nos confiesa su debilidad, “el mar y el calor” de ‘su’ Granada.

Carolina Ruiz ha entrado en la historia del esquí español  gracias a su victoria en Meribel. A la esquiadora española no le ha podido la presión de haberse subido al podio como primera. “Ya lo he asumido. Han sido dos, tres días intensos, con muchas felicitaciones, llamadas de radios, televisiones, periódicos… pero todo ha sido muy satisfactorio. Esto es un regalo a tantos años de trabajo. Ha sido cumplir un sueño”, reconoce todavía con la emoción en el cuerpo. A Carolina le cuesta definirse, lo hace entre risas y con voz un poco nerviosa. “No sé, me definiría como una esquiadora profesional, práctico esquí. Soy deportista”.

Carolina pensó en abandonar, pero siguió adelante

La victoria del pasado fin de semana reconoce que le abre puertas y expectativas para las siguientes competiciones. “Sí, hay un futuro esperanzador. Esta es una carrera de Copa del Mundo que hay 8 o 9 a lo largo de la temporada. Esperemos que este resultado me ayude a conseguir mejor plaza en la general y que este triunfo me dé motivación para seguir obteniendo buenos resultados”. Pese a que ahora vive un momento de éxitos reconoce que no todo fue fácil por el camino. “Llegar hasta aquí ha sido un camino largo, han sido muchos años, pero hasta los 12, esto fue un juego y parte de mi vida. Después me pasé tres años interna en un colegio en Francia donde me dedicaba a entrenar y estudiar. A partir de ahí comenzó mi vida de profesional con numerosos viajes”, asegura. 

En los momentos más complicados, Carolina reconoce  que pensó en abandonar. “Sí que piensas en dejarlo. No ha sido todo fácil y divertido, pero ha merecido la pena y aunque tienes días o épocas en que te replanteas las cosas, esta ha sido la vida que he elegido. No me arrepiento. He superado los momentos difíciles”. Pese a las dificultades, sigue preparándose para las competiciones. La esquiadora explica a este periódico como es un día normal en su vida. “Normalmente te despiertas temprano. Vas a entrenar pronto, a las 6 o 7 de la mañana y estás 4 o 5 horas sobre la nieve. Sobre las 12 o la 1, tenemos una hora para comer y después otra hora o dos de descanso. Por la tarde pasamos entre 30 minutos y 2 horas y media de preparación física. Luego vamos al fisioterapeuta para relajarnos, recuperar la musculatura y ayudar con las lesiones, en caso de que tengas alguna. Antes de irnos a la cama tenemos sesión de video para corregir los errores que hayamos cometido por la mañana sobre los esquís”, afirma.

La Federación respalda a la española

Sólo con escucharla, es fácil darse cuenta de que lleva lo de esquiar en las venas. Carolina trata de explicar a este periódico lo que supone un descenso para el cuerpo. “Cuando bajamos, aparte de velocidad, está la presión que sufren tus piernas. Debes contrastar con las piernas todo el peso. Cuanta más velocidad, más fuerza necesitas. Tienes que tener una resistencia grandísima para aguantar esa presión. No sólo son los esquís. Esto es lo más aburrido de este deporte, que no todo son los esquís, sino que también hay mucha preparación física”.

Aunque el esquí también sufre recortes, la española afirma que sigue contando con el apoyo de la Federación. Carolina reconoce que su situación es distinta a la que viven deportistas como David Cal, obligados a emigrar fuera de España para entrenar. “Nuestra situación es distinta, no tenemos un sitio fijo. Viajamos todo el tiempo. Los medios para nosotros son cuando eres más joven. Luego te conviertes en internacional y das vueltas por todo el mundo. Es otro tipo de vida. Yo por la Federación me veo respaldada. Pertenezco al equipo nacional y todo lo hago con ellos. Ahora mismo, dada la situación, no podemos hacer otra cosa que aceptar los recortes". 

Carolina es una chica de montaña, disfruta de ella cada día en sus entrenamientos. Pero además del esquí, la granadina tiene otras aficiones. “Me gusta mucho haceR deportes en general, pero la fotografía es mi gran afición. Me sirve para relajarme, me apasiona. Es una forma más de disfrutar el paisaje. Aunque soy más de montaña, busco el mar y el calor para el tiempo libre. Cuando voy a Granada y todo el mundo se queja del calor, yo estoy encantada de estar a 40 grados todos los días”, reconoce entre risas. Por el momento, sigue en Alemania donde este miércoles empieza los entrenamientos oficiales. Quiere seguir haciendo historia.

Se llama Carolina Ruiz, tiene 31 años y se ha convertido en la tercera española en entrar en la historia del esquí español. Apasionada por la fotografía y con toda una vida dedicada a deslizarse sobre la nieve, el pasado fin de semana lograba la primera victoria de España en el descenso de la Copa del Mundo. Lo hacía en Meribel (Francia) y desde entonces todo ha sido una aventura para ella. Carolina reconoce que ya lo ha asumido, que “todo ha sido muy satisfactorio”. Ahora sigue centrada en la competición, está en Alemania donde esquiará este fin de semana. En su charla con El Confidencial, se muestra ilusionada y nos confiesa su debilidad, “el mar y el calor” de ‘su’ Granada.