‘Rock & roll’ Entrerríos y Albert Rocas marcan la pauta para ser campeones del mundo

Barrufet, Hombrados, Juanín García, Mateo Garralda, Iker Romero… Y así hasta dieciséis nombres. Son los héroes de Túnez 2005, esos que nos hicieron por primera vez campeones del mundo de balonmano tras aplastar a Croacia (40-34) en una final que quedará para los anales de la historia de nuestro deporte. Juan Carlos Pastor y sus chicos nos colocaban en el escalafón más alto de una disciplina que siempre nos ha dado grandes alegrías. De aquel equipo sólo nos quedan dos hombres, Albert Rocas y Alberto Entrerríos, los llamados a tirar del carro en esta nueva final, la del domingo a partir de las 17:15 horas contra Dinamarca.

Aquel jovencísimo Rocas (22 años y jugando en Portland) y un ya veterano Entrerríos (28 años y en Ciudad Real) se han convertido ahora en los grandes capitanes de esta nueva generación que trata de emular el éxito de aquella. La mezcla entre veteranía y juventud, el buen rollo del vestuario y la constancia en el trabajo, al margen del extraordinario talento de los jugadores, son aspectos que se repiten ocho años después. Entonces, como ahora, partíamos entre los candidatos, pero nunca como grandes favoritos. Y conseguimos el oro, ¿por qué no repetir?

La experiencia de estos dos extraordinarios jugadores, ya campeones del mundo y ahora ya traspasada la treintena, puede resultar vital para saber sobrellevar la presión que un campeonato de este tipo supone. A los ‘brazos’ de ellos han crecido hasta límites insospechados otros como Jorge Maqueda, Joan Cañellas o Viran Morros, que serán los encargados de liderar a España cuando los veteranos decidan que ha llegado el momento de dar un paso al costado (esperemos que sea dentro de mucho tiempo). Y dentro de ese capítulo de ‘veteranos’ podemos incluir a Sterbik, Sierra y Aginagalde, que no estuvieron en Túnez pero que tienen muchos kilómetros y títulos a sus espaldas y cuya aportación se antoja básica en el equipo de Valero Rivera.

Rocas, el extremo con alma de lateral

El actual extremo del Barcelona Intersport y máximo goleador del combinado nacional comenzó en esto del balonmano de lateral, hasta que Juan Carlos Pastor, su técnico por entonces en Valladolid, le quitó esa idea de la cabeza, sacándole de la primera línea para pasar al extremo. “Su físico así lo aconsejaba”, comenta Pastor. Y acertó, teniendo ahora a uno de los mejores extremos del mundo en nuestras filas.

De los goles del de Pallafrugel depende en gran medida las posibilidades de éxito de la Selección en la final ante Dinamarca. Además, Albert Rocas suele ser uno de los encargados de los lanzamientos de siete metros. La efectividad y la batalla psicológica con los porteros desde esta distancia se antojan como otros de los aspectos muy a tener en cuenta en la lucha por el oro.

El ‘eterno’ e incombustible Entrerríos

En la previa mundialista, muchos comentaban la ‘ausencia’ de lanzamiento de larga distancia por parte de la selección española. La baja por lesión de Raúl Entrerríos nos dejaba algo escasos en este aspecto. Pero su hermano, el gran Alberto, se ha liado la manta a la cabeza y se ha erigido en el hombre capaz de tomar la responsabilidad, y casi siempre con éxito. Tras él han venido los Cañellas, Maqueda o Dani Sarmiento (enorme su Mundial), que han hecho olvidar esa hipotética carencia a la que se hacía referencia antes de iniciarse el campeonato.

El actual jugador del Nantes puede que esté ante su última oportunidad de conseguir un logro de este calibre. Sería el broche de oro a una carrera plagada de títulos, tanto en sus equipos como en la Selección, donde ya posee una medalla olímpica (bronce en Pekín 2008), dos en mundiales (oro en 2005 y bronce en 2011) y otras dos en Europeos (bronce en 200 y plata en 2006).

Rocas-Entrerríos, un binomio de éxito que ya sabe el camino que aún deben recorrer para coronarse en su propia casa. El Palau Sant Jordi será otra de las grandes bazas de los ‘Hispanos’ para derrotar a la Dinamarca de Mikkel Hansen. La presión del público debe llevar en volandas a una Selección que ya ha enamorado a este país. El domingo, todos pegados a la televisión para vivir un éxito más de nuestro deporte.