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El Mundial de España es de Cupic, la bestia competitiva con una garra menos
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EL MÁXIMO GOLEADOR CROATA PERDIÓUNA FALANGE ANTES DE PEKÍN 2008

El Mundial de España es de Cupic, la bestia competitiva con una garra menos

Es un animal competitivo, de esos que no quiere tener amigos en la cancha, sólo desea la victoria y por no gustarle perder, no pierde ni el tiempo

Foto: El Mundial de España es de Cupic, la bestia competitiva con una garra menos
El Mundial de España es de Cupic, la bestia competitiva con una garra menos

Es un animal competitivo, de esos que no quiere tener amigos en la cancha, sólo desea la victoria y por no gustarle perder, no pierde ni el tiempo cuando juega. Ivan Cupic es garra, pasión, lucha, hambre. Si su equipo gana de diez y él ya ha anotado una docena de goles, no se reservará para una próxima ocasión e intentará aniquilar al adversario. Este sábado, frente a España, fue el máximo realizador del encuentro que ganó su equipo con 8 tantos y un sólo fallo de cara a portería. Pequeño y con melena larga, a su imagen de guerrero le acompaña la particularidad de contar con una falange menos en su mano, la zurda. "Ahora tiro con más efecto", bromeó en 2008 tras recuperarse de la amputación de los dos tercios del dedo anular.

Cupic es un hombre respetado. Este extremo derecho tiene probablemente la mayor velocidad y explosividad de este Mundial. Con desmarques vertiginosos hace del contrataque un arma al que se acomoda el equipo. De cara a gol es, simplemente, implacable y está destacado en la tabla de goleadores con 35 tantos de 47 intentos. Un 83% de efectividad en cinco partidos como tarjeta de presentación para los octavos de final.

"No le gustaba entrenarse, sólo competir"

Actualmente, de su juego disfrutan los aficionados del KS Vive Targi Kielce polaco aunque, desde que salió de su país en 2007 con 21 años ha vivido en Eslovenia, Alemania y España, su primer destino. En el Octavio Vigo de la ASOBAL duró sólo un año para dar el salto a un club de categoría superior y por tierras gallegas no pasó desapercibido. "Mentalmente era muy competitivo y no le pesa la responsabilidad. Si hubiese que buscarle algún defecto diría que técnicamente no es de los mejores y que no le gustaba mucho entrenarse, sólo quería competir".
Su técnico en Pontevedra, Quique Domínguez, hablaba de él así unos meses después de irse de Vigo y tras recuperarse de uno de los grandes sustos de su vida.

Tras su gran campaña en España el premio de verano estaba en China, con los JJOO de Pekín. El jugador, de 22 años por aquel entonces, se encontraba concentrado con su selección preparando la cita olímpica del equipo en Rijeka cuando sufrió el accidente que le costó la amputación de uno de sus dedos. Cupic tropezó cuando intentaba saltar una cerca y su alianza se agarró en la valla arrancando parte de su dedo. El balonmanista fue trasladado de inmediato a un hospital donde le operaron de la amputación de dos tercios de uno de sus dedos.

Sonrisa desafiante

¿Qué Cupic se vería a partir de entonces? ¿Habría perdido el balonmano a uno de los mejores extremos del mundo? Ante ese tipo de cuestiones, Ivan, desafiante, hubiera mirado fijamente a los ojos del que lo cuestionase para, poco después, agachar la cabeza y sonreír de la misma manera que hizo este sábado, cuando recibió las disculpas de Viran Morros tras una dura agresión que le mantuvo varios segundos en el suelo.

Cupic encarna el carácter que se le presupone a una persona nacida en los Balcanes. Su 1.78m de estatura y 78kg de peso no significan para él un handicap en un deporte donde se tiene que pelear con 'moles' que superan los 2.00m y los 100kg. Es más rápido, tiene mejor puntería y, al choque, va con una intensidad y fe ciega.

Dentro de la mala suerte, tal vez pueda ser considerado un acto de fortuna el que perdiera la falange menos importante para la práctica de su deporte y, quizás, Cupic sea una de esas personas que lo que no le matan le hacen más fuerte... el caso es que esta 'bestia' de 26 ha venido a devorar España mostrando unas garras únicas en el Mundial.

Es un animal competitivo, de esos que no quiere tener amigos en la cancha, sólo desea la victoria y por no gustarle perder, no pierde ni el tiempo cuando juega. Ivan Cupic es garra, pasión, lucha, hambre. Si su equipo gana de diez y él ya ha anotado una docena de goles, no se reservará para una próxima ocasión e intentará aniquilar al adversario. Este sábado, frente a España, fue el máximo realizador del encuentro que ganó su equipo con 8 tantos y un sólo fallo de cara a portería. Pequeño y con melena larga, a su imagen de guerrero le acompaña la particularidad de contar con una falange menos en su mano, la zurda. "Ahora tiro con más efecto", bromeó en 2008 tras recuperarse de la amputación de los dos tercios del dedo anular.

Cupic es un hombre respetado. Este extremo derecho tiene probablemente la mayor velocidad y explosividad de este Mundial. Con desmarques vertiginosos hace del contrataque un arma al que se acomoda el equipo. De cara a gol es, simplemente, implacable y está destacado en la tabla de goleadores con 35 tantos de 47 intentos. Un 83% de efectividad en cinco partidos como tarjeta de presentación para los octavos de final.

"No le gustaba entrenarse, sólo competir"

Actualmente, de su juego disfrutan los aficionados del KS Vive Targi Kielce polaco aunque, desde que salió de su país en 2007 con 21 años ha vivido en Eslovenia, Alemania y España, su primer destino. En el Octavio Vigo de la ASOBAL duró sólo un año para dar el salto a un club de categoría superior y por tierras gallegas no pasó desapercibido. "Mentalmente era muy competitivo y no le pesa la responsabilidad. Si hubiese que buscarle algún defecto diría que técnicamente no es de los mejores y que no le gustaba mucho entrenarse, sólo quería competir".
Su técnico en Pontevedra, Quique Domínguez, hablaba de él así unos meses después de irse de Vigo y tras recuperarse de uno de los grandes sustos de su vida.

Tras su gran campaña en España el premio de verano estaba en China, con los JJOO de Pekín. El jugador, de 22 años por aquel entonces, se encontraba concentrado con su selección preparando la cita olímpica del equipo en Rijeka cuando sufrió el accidente que le costó la amputación de uno de sus dedos. Cupic tropezó cuando intentaba saltar una cerca y su alianza se agarró en la valla arrancando parte de su dedo. El balonmanista fue trasladado de inmediato a un hospital donde le operaron de la amputación de dos tercios de uno de sus dedos.

Sonrisa desafiante

¿Qué Cupic se vería a partir de entonces? ¿Habría perdido el balonmano a uno de los mejores extremos del mundo? Ante ese tipo de cuestiones, Ivan, desafiante, hubiera mirado fijamente a los ojos del que lo cuestionase para, poco después, agachar la cabeza y sonreír de la misma manera que hizo este sábado, cuando recibió las disculpas de Viran Morros tras una dura agresión que le mantuvo varios segundos en el suelo.

Cupic encarna el carácter que se le presupone a una persona nacida en los Balcanes. Su 1.78m de estatura y 78kg de peso no significan para él un handicap en un deporte donde se tiene que pelear con 'moles' que superan los 2.00m y los 100kg. Es más rápido, tiene mejor puntería y, al choque, va con una intensidad y fe ciega.

Dentro de la mala suerte, tal vez pueda ser considerado un acto de fortuna el que perdiera la falange menos importante para la práctica de su deporte y, quizás, Cupic sea una de esas personas que lo que no le matan le hacen más fuerte... el caso es que esta 'bestia' de 26 ha venido a devorar España mostrando unas garras únicas en el Mundial.