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El bobsleigh español, en manos de una enfermera y una reponedora
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"NI NOS CONOCÍAMOS, NI HABÍAMOS ENTRENADO NUNCA"

El bobsleigh español, en manos de una enfermera y una reponedora

“Me esperaron a la puerta del trabajo y arrancamos para Austria”, así lo cuenta Noemí Pérez, una de las componentes del equipo de bobsleigh que se

Foto: El bobsleigh español, en manos de una enfermera y una reponedora
El bobsleigh español, en manos de una enfermera y una reponedora

“Me esperaron a la puerta del trabajo y arrancamos para Austria”, así lo cuenta Noemí Pérez, una de las componentes del equipo de bobsleigh que se encuentra en Austria disputando la Copa de Europa. Mientras que una tuvo que pedir vacaciones en su trabajo como enfermera para poder acudir a la cita, Bárbara Iglesias tuvo que dejar su puesto de reponedora del Carrefour y todo “en plan locura”. Admiten que no se conocían, lo hicieron en las 25 horas de viaje en furgoneta que tuvieron que recorrer. Una asturiana y la otra gallega, reconocen que se llevan bien, que no tienen problemas en esta aventura que están viviendo: ser las pioneras en el bobsleigh femenino español.

Se han sentado en un bob, así se llama el ‘vehículo’ que las transporta, por casualidad, pero gran parte de la culpa la tuvo Javier Pintado, el que hace ahora las veces de entrenador. Pintado formaba parte del equipo masculino y quería montar uno femenino. Noemí nos cuenta cómo Pintado le pidió embarcarse en esta aventura: “En mi caso, yo entrenaba alta intensidad en el gimnasio con Javi y hacía ejercicios de ‘Crossfit’. Siempre me insistió mucho en esto. Bárbara practicaba deportes de inercia, hacía ‘Ride bike’ y era piloto de carrilanas, fue la elegida para esto”. Esta última nos cuenta cómo fue su experiencia: “Estas cosas sólo se te presentan una vez en la vida y dije ¿qué hago? Y aquí estoy”, comenta ilusionada.

Ilusión es lo que más transmiten. Cuando llegaron a Austria, no sabían ni cómo subirse a un bob, sólo habían “entrenado el físico”. El miércoles de la semana pasada empezaron a entrenar. Lo de ser las primeras mujeres en atreverse a hacer esto es una “gran responsabilidad” para Bárbara que “tiene muchas ganas de hacerlo bien”. Noemí es un poco más reivindicativa: “Todavía, no nos llegamos a creer que somos pioneras. Aún nos faltan muchas cosas. Por parte de la Federación no tenemos apoyo. Deberían dar la cara por nosotras. Nos gustaría tener un sitio en España para poder entrenar. Todo está un poco en sus manos y no queremos caer en el olvido”, afirma.

La Federación Española les da 600 euros

El equipo de bobsleigh recibe de la Federación 600 euros. Noemí y Bárbara compensan esta falta de recursos como pueden: “Llevamos la indumentaria adecuada, pero ves a otros equipos con patrocinadores, vestidos de Adidas y nosotras vamos de Quechua. Muchas gente utiliza monos completas o mallas especializadas, las nuestras son las normales de correr y a veces ponemos medias por debajo para no mojarnos tanto. Terminamos empapadas” asegura la asturiana Noemí. Respeto al ‘bob’, la situación es parecida: “El nuestro es alquilado y se nota mucho. Las carrocerías del resto de participantes están limpias. El de Suiza, por ejemplo, está impecable. Se nota que hay dinero. Los patines (chuchillas) para un Bob cuestan 6.000 euros. Los alemanes tienen seis o siete juegos” afirma.

Apenas han entrenado una semana y los resultados son bastantes positivos: “A la hora de hacer salidas, nosotras no teníamos ni idea y tardábamos sobre siete segundos en salir a unos 20 km/hora. El resto tarda sobre cinco a unos 30. Era la primera vez que nos subíamos a un bob. Los italianos nos han enseñado ya algunas cosas. Entrenando, de 21 participantes, hemos quedado en el puesto 17, no está mal”, recuerda Noemí.

Entre las anécdotas de los primeros días, cuentan entre risas algunas de las situaciones más graciosas que ya les han sucedido: “La primera vez que nos tiramos por el bob volcamos, pero aunque vuelques tienes que hacer igual el circuito, volcada pero lo tienes que hacer. Llegando al final hay una cuesta hacia arriba. Si vuelcas subes esa cuesta, pero tienes que esperar para bajarte, hasta el punto bajo de frenada, porque si no tu compañera se queda sola en el bob y se balancea hasta que frena. Pues yo cuando llegamos al punto alto, me bajé y dejé a Barbará de un lado a otro. No tenía ni idea de que no me podía bajar y ahí se quedó la pobre. (Risas). Otra cosa que nos ha pasado es que mucha ropa se nos destiñó al lavarla. Como no tenemos uniforme, la tenemos que lavar en el lavabo como podemos y bueno ahí está, desteñida. (Risas). Nos ha resultado muy curioso ver las furgonetas de algunos equipos, como los alemanes, que llegan con una foto enorme de todo el equipo, en una furgoneta nueva y equipada, la nuestra es una de hace 15 años (Risas)”. Pese a todas las dificultades, el humor es la mejor baza para la expedición española. Van sin presión, a pasárselo bien y a probar algo nuevo.

No entienden por qué se llaman España

En Austria está rodeadas de profesionales que no entienden porque llevan el nombre de España: “Lo que más nos dicen es por qué nos llamamos España si no tenemos el respaldo de la Federación española”. Entre los planes de futuro de Bárbara y Noemí está “que la Federación responda, que entremos en sus planes y que nos respalde”. Ambas quieren lo mismo: “Tenemos que seguir adelante como podamos, sabemos que a veces tendremos que renunciar a algunas carreras aunque nos gustaría ir a las que siguen y llegar a los JJOO. Nuestro sueño es ir a una cita olímpica”, aseguran.

Para sacar recursos venden lotería, aunque reconocen que con “40.000-50.000 euros, más la equipación” tendrían suficiente. Esta cantidad les cubriría los gastos de los viajes y alojamientos para una temporada. El problema cuenta Bárbara es que “ahora no nos ayudan. Javi no para, está todo el día de un lado para otro, se ‘mata’ por esto, pero hay pocas respuestas”.

Para Noemí esta experiencia “es una locura” que espera “que de frutos positivos”. La asturiana reconoce: “Para mí es un sueño estar aquí. Me encanta el deporte, estar entre deportistas, siempre había practicado baloncesto pero se ve que no era mi deporte (Risas)”. Barbará reconoce que “esto es la leche”. El objetivo para ambas: “A corto plazo, conseguir respaldo de la Federación para seguir compitiendo al menos una o dos veces al año. Y también podríamos decir que a corto plazo, ir a los JJOO de 2018 de Pyeongchang en Corea del Sur, porque los de Sochi de Rusia de 2014 ya se nos han escapado”.

Ilusión con el futuro del bobsleigh femenino

Para Javier Pintado, la formación de este equipo es un paso más dentro del club de bobsleigh: “Nos gustaría que se practicase como cualquier otro deporte en España porque tenemos medios para ello. Ya había equipo masculino, en el que yo he participado, y ahora también lo hay femenino”. Pintado valora muy positivamente lo que Noemi y Bárbara han hecho con su presencia en Austria: “Vienen aquí las dos casi sin medios. Su esfuerzo por mejorar día a día es máximo y creo que tienen opciones de futuro. Tienen mucha ilusión y eso es importante para seguir adelante”.

El que hace de entrenador de Noemi y Bárbara afirma que antes de viajar tenían dos opciones: “Podíamos quejarnos de lo que nos faltaba o echarle valor y tiramos para delante. La Federación Asturiano nos apoyó y en 25 horas nos plantamos en Austria”. Pintado reconoce que los mayores problemas para ellos están en el ámbito económico: “Nos dan 600 euros para todos y sólo las licencias de los que estamos aquí son más de 400. Estamos reclamando más porque creemos que es un deporte que la Federación debería cuidar más. También miramos constantemente cómo está el tema de los sponsors, pero dado que no tenemos una participación continuada se echan atrás. Hemos tenido que renunciar a pruebas masculinas para poder hacer el equipo femenino. No tenemos otra solución, mientras la Federación no nos respalde”, sentencia.

Aunque aún está todo en el aire, Noemi y Bárbara entrenan con más ilusión cada día “bajando los tiempos y afinando un poco las curvas”. Tal y como reconocen han “practicado el mismo circuito mil veces”. A pesar de las dificultades, la experiencia está siendo muy positiva para ambas. Quieren repetirlo e imitar a aquel equipo jamaicano que se plantó en los Juegos Olímpicos de invierno de 1988 celebrados en Calgary y que fueron la gran sensación para los medios de comunicación. Aunque terminaron los últimos, su participación sirvió para dos cosas. La primera, que el país isleño siguiese participando en competiciones de Bobsleigh de forma habitual y con resultados aceptables. Y la segunda, para que Walt Disney se inventase una película sobre aquella participación tan emotiva. La tituló, ‘Elegidos para el triunfo’ y ha logrado convertirse en uno de los clásicos de la productora estadounidense. Noemí y Bárbara han sido las ‘elegidas para el triunfo’ de España, sólo necesitan contar con los medios necesarios para triunfar.

“Me esperaron a la puerta del trabajo y arrancamos para Austria”, así lo cuenta Noemí Pérez, una de las componentes del equipo de bobsleigh que se encuentra en Austria disputando la Copa de Europa. Mientras que una tuvo que pedir vacaciones en su trabajo como enfermera para poder acudir a la cita, Bárbara Iglesias tuvo que dejar su puesto de reponedora del Carrefour y todo “en plan locura”. Admiten que no se conocían, lo hicieron en las 25 horas de viaje en furgoneta que tuvieron que recorrer. Una asturiana y la otra gallega, reconocen que se llevan bien, que no tienen problemas en esta aventura que están viviendo: ser las pioneras en el bobsleigh femenino español.