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El barcelonismo se venga de Pepe, el "asesino", pero él se empeña en jugar al límite
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EL LUSO FUE TITULAR EN EL CAMP NOU Y LA AFICIÓN AZULGRANA NO TUVO PIEDAD CON ÉL

El barcelonismo se venga de Pepe, el "asesino", pero él se empeña en jugar al límite

Mourinho sabía que si Pepe era titular en el Camp Nou la grada no tendría piedad con él, pero ayer el técnico luso decidió arriesgar. Lo

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El barcelonismo se venga de Pepe, el "asesino", pero él se empeña en jugar al límite

Mourinho sabía que si Pepe era titular en el Camp Nou la grada no tendría piedad con él, pero ayer el técnico luso decidió arriesgar. Lo hizo apostando por un equipo valiente, ofensivo y creativo -algo que estuvo a punto de darle la clasificación y que demostró que el Real Madrid sí es capaz de desplegar su mejor fútbol ante el Barcelona-, y también dándole la titularidad al central portugués después de muchas especulaciones . Pepe se ha convertido en el centro de las iras del barcelonismo y ayer quedó muy claro. En las inmediaciones del Camp Nou los carteles que ofrecían una recompensa por Pepe, “el cerdo”, presagiaban el recibimiento posterior. Desde el calentamiento y durante los 90 minutos de partido, los gritos de “asesino, asesino” no cesaron. Pepe ha sido el protagonista durante toda la semana y durante el encuentro de ayer tampoco pasó desapercibido. Estuvo más calmado que en la ida, pero aun así, se empeña en jugar al límite.

Durante el calentamiento, se alió con Cristiano Ronaldo para ‘vacilar’, puede que para quitarse la presión que le lanzaba la enfervorecida grada en forma de sonora pitada. Los abucheos y los gritos fueron constantes pese a que Guardiola hizo un llamamiento a la afición para no revivir el episodio de Figo en su vuelta al Camp Nou. Cada vez que el portugués tocaba la pelota no se oían más que pitos. Que Messi le entra y le derriba, la grada lo celebra. Que cae al suelo por falta de Cesc, pitada generalizada. Y así los 90 minutos.

Lo que no parece quedarle claro al central es que no puede basar su juego en esa agresividad que en ocasiones lleva al extremo. Mourinho y Florentino Pérez tuvieron que darle un toque de atención tras el partido de la pasada semana y no es la primera vez. Está advertido y él lo sabe. Ante los micrófonos puede llegar a mostrarse razonable y sosegado, pero es pisar el césped y se transforma, especialmente si el rival que tiene enfrente es el Barcelona.

Anoche estuvo más comedido que en otras ocasiones. Solo le pitaron una falta (que le costó la amarilla) pero volvió a caminar sobre la cuerda floja. En lugar de mantenerse al margen de las jugadas polémicas y evitar el juego duro, alguna tuvo. En la primera parte derribó a Alexis en el área entrando con la cadera y el pie en una acción que pudo ser penalti; volvió a exagerar para reclamar una falta al árbitro; y le propinó un manotazo a Cesc cuando ambos luchaban por un balón.

Además, al término del partido también se encaró con el árbitro y con la grada. Los jugadores blancos explotaron de indignación con Teixeira Vitienes cuando pitó el final del partido antes de cumplirse el tiempo añadido, una de las tantas decisiones controvertidas del colegiado. Varios madridistas se mostraron más indignados, especialmente Casillas e Higuaín, que tras el pitido final saltó al césped desde el banquillo y se fue directo al árbitro. Fue precisamente Pepe quien intervino para frenar e intentar calmar al argentino, pero aprovechó para aplaudirle en la cara a Teixeira y recriminarle que diera por concluido el partido antes de que se cumpliera el descuento.  Previamente se dirigió a uno de los linieres para protestarle gesticulando. Por último, y por si no tuviera ya en contra a todo el barcelonismo, abandonó el terreno de juego retando a la grada besando el escudo de su camiseta. Más leña al fuego.

Sin embargo, evitó hablar en zona mixta de las polémicas deportivas y se limitó a destacar la buena imagen que dio el Real Madrid. “Hemos demostrado que somos un gran equipo y que estamos preparados para jugar aquí”, dijo el portugués al término del encuentro. “Hay muchos buenos jugadores en este equipo. Hemos podido con la presión”. En eso sí tuvo razón Pepe.

Mourinho sabía que si Pepe era titular en el Camp Nou la grada no tendría piedad con él, pero ayer el técnico luso decidió arriesgar. Lo hizo apostando por un equipo valiente, ofensivo y creativo -algo que estuvo a punto de darle la clasificación y que demostró que el Real Madrid sí es capaz de desplegar su mejor fútbol ante el Barcelona-, y también dándole la titularidad al central portugués después de muchas especulaciones . Pepe se ha convertido en el centro de las iras del barcelonismo y ayer quedó muy claro. En las inmediaciones del Camp Nou los carteles que ofrecían una recompensa por Pepe, “el cerdo”, presagiaban el recibimiento posterior. Desde el calentamiento y durante los 90 minutos de partido, los gritos de “asesino, asesino” no cesaron. Pepe ha sido el protagonista durante toda la semana y durante el encuentro de ayer tampoco pasó desapercibido. Estuvo más calmado que en la ida, pero aun así, se empeña en jugar al límite.

Pepe Domingo Castaño