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Stéphane Peterhansel, el 'Schumacher' del Dakar que no sabe perder
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ES LA HISTORIA DEL DAKAR: HA GANADO EN ÁFRICA Y EN SUDAMÉRICA, EN MOTOS Y EN COCHES

Stéphane Peterhansel, el 'Schumacher' del Dakar que no sabe perder

Se trata del rally más duro del mundo. Es conocido como el ‘matahombres’ y por ello, cada victoria, cada trofeo se disfruta con mayor intensidad. Stéphane

Foto: Stéphane Peterhansel, el 'Schumacher' del Dakar que no sabe perder
Stéphane Peterhansel, el 'Schumacher' del Dakar que no sabe perder

Se trata del rally más duro del mundo. Es conocido como el ‘matahombres’ y por ello, cada victoria, cada trofeo se disfruta con mayor intensidad. Stéphane Peterhansel ha vivido esa sensación en primera persona diez veces. Nada más y nada menos. Ha logrado algo que muy pocos consiguen: ganar en motos y en coches tanto en África como en Sudamérica. Muchos le definen como ‘Mister Dakar’ y, desde luego, es la historia viva de esta competición.

Peterhansel vino al mundo hace 47 años y a los catorce empezó a dar pistas de su carácter extremadamente competitivo cuando se coronó campeón de monopatín. Pronto cambió las cuatro ruedas sobre una tabla por las motos y se forjó como piloto de enduro, motocross y supercross. El año 1988 está grabado a fuego en su historia personal ya que debuta en el Dakar con Yamaha, el fabricante que le acompañaría en su andadura sobre las dos ruedas. Stéphane sólo tardó tres años (1991) en ganar su primer título pero desde el principio se pudo ver que iba a estar entre los mejores pilotos de la historia del Dakar. En ocho años logró seis trofeos en la modalidad más dura de esta competición.

Se erigió como el ‘Schumacher’ del Dakar: ganarle se antojaba imposible. Incluso cuando el desierto se ponía en contra de los pilotos, él salía airoso. Parecía que conocía todos los trucos para salvar las trampas de la carrera. Siempre al límite, se convirtió en un piloto implacable y su historia dentro del Dakar crecía en cada una de sus participaciones.

Pocos pilotos se atreven a cambiar las motos por los coches. Peterhansel lo hizo inspirado por Hubert Auriol y en 1999 compite de la mano de Nissan quedando séptimo. Después de ser segundo en la edición del año 2000 y tercero en la de 2003, empezó a construir su hegemonía sobre las cuatro ruedas. En 2004 llegó su primer título que revalidaría al año siguiente pero no sería hasta el año 2007 cuando a bordo de su Mitsubishi volvería a ganar el Dakar ya que en 2006 sufrió un accidente a cuatro etapas del final que le impidió acabar la carrera.

El dominio de Volkswagen le aparta de la gloria

A pesar de leer como nadie el Dakar, Peterhansel no pudo hacer nada ante el aplastante dominio de los Volkswagen que lograron tres títulos consecutivos a partir de 2009. Evidentemente, los alemanes eran mucho más superiores que los japoneses y aunque el francés fichó por BMW X-Raid, en las últimas ediciones han tenido que lidiar con los peores episodios vividos en el Dakar: amagos de incendio, problemas mecánicos, más de diez pinchazos…

Pero en 2012 Volkswagen no figuraba en la lista de participantes. A pesar de tener 47 años, Stéphane ha sabido mantener en forma y seguir en activo beneficiado por el respeto que le han profesado las lesiones. Apenas hay caídas reseñables en la historia de Peterhansel y eso es porque se trata de un gran piloto. Ayer, después de ganar tres etapas, arriesgar lo mínimo y ser el más regular, logró su primer título en Sudamérica a bordo de su Mini, el décimo de su carrera que sirve para redondear el palmarés del piloto más representativo del Dakar.

Se trata del rally más duro del mundo. Es conocido como el ‘matahombres’ y por ello, cada victoria, cada trofeo se disfruta con mayor intensidad. Stéphane Peterhansel ha vivido esa sensación en primera persona diez veces. Nada más y nada menos. Ha logrado algo que muy pocos consiguen: ganar en motos y en coches tanto en África como en Sudamérica. Muchos le definen como ‘Mister Dakar’ y, desde luego, es la historia viva de esta competición.