Despres, un hombre solitario y arisco porque el Dakar le ha hecho así

Cyril Despres es un experimentado piloto cuyo talento y fortaleza sobre las dos ruedas le han alzado a lo más alto del motociclismo. Es un gran conocedor del rally Dakar (ésta es la undécima edición en la que participa) y sus tres títulos dan cuenta de ello. Pero si el francés no es el mejor es porque su mayor rival, Marc Coma, es otro grande. Ambos se han repartido los últimos seis campeonatos y desde el año 2005 se vienen cediendo el uno al otro la corona de campeón del rally más duro del mundo. Son dos fuera de serie y están muy por encima de los demás, pero mientras comparten un elevadísimo nivel deportivo y las características necesarias en un deportista de este tipo, les separa una personalidad muy diferente.

Despres no es un piloto mediático. Vive entre montañas en Andorra y huye de los focos, por lo que se le considera un tanto ermitaño. Es un tipo solitario y en el mundo de los raids no tiene muchos amigos. Es cierto que los deportistas que se dedican a esto profesionalmente desarrollan una personalidad especial. Además de ser una disciplina físicamente muy dura, existe un riesgo real de perder la vida, por lo que para competir al más alto nivel se requiere una capacidad de la que muchos carecen.

A lo largo de los miles de kilómetros que han recorrido con sus motos, han visto cómo muchos compañeros, e incluso amigos, se han quedado en el camino. Las condiciones a las que se enfrentan son extremas y tanto Coma como Despres son conscientes de que éste es un deporte en el que puedes morir y eso marca, y mucho, el carácter de este tipo de pilotos. Sin embargo, dentro de que ambos han desarrollado necesariamente una gran fortaleza física y mental, son muy diferentes.

Con los años, el tricampeón francés se ha ido transformando en un hombre cada vez más duro y, puede que por su timidez, tiene fama de ser un tipo arisco. Es menos sociable y más individualista, todo lo contrario que Coma. El de Aviá siempre tiene una sonrisa dibujada en su rostro y se le considera mucho más vitalista y jovial.

El duelo Senna-Prost de las dunas

Cada etapa de la presente edición está siendo un mano a mano entre el galo y el español, una auténtica lucha de titanes que parece no tener intención de resolverse hasta el domingo en Lima, punto y final del Dakar 2012. Las complicaciones de uno y otro han impedido que alguno de ellos tenga una ventaja clara en un rally en el que las estrategias sirven de poco.

Si quisiéramos buscar una comparación podríamos trasladar la rivalidad del Alain Prost y Ayrton Senna en el asfalto a las dunas de los desierto sudamericanos. Cuando sus compañeros les ven rodar comprenden por qué ellos están en la cima del motociclismo. Si estos dos espectaculares pilotos no hubieran coincidido en el tiempo, sin duda su supremacía sería indiscutible. Coma sin Depres y Depres sin Coma, podrían haber llegado a arrasar en los últimos años.

La rivalidad siempre ha convivido con ellos, pero hace dos años traspasaron la línea de lo deportivo llegando a lo peor en el terreno personal. KTM (el equipo de ambos) les aconsejó calmar los ánimos y ellos mismos decidieron aparcar las diferencias personales. Sin embargo, las buenas intenciones con que arrancaron el 1 de enero en Mar del Plata no impidieron que Coma se mostrara profundamente indignado con la organización por devolver a Despres los ocho minutos que perdió atrapado en el barro en la octava etapa. Una polémica que salvó la carrera del francés, pero no benefició en absoluto a su imagen.

Despres quedó atrapado en el fango y Paulo Gonçalves, otro de los pilotos afectados por el mal estado del terreno, le ayudó a sacar la moto. Sin embargo, en cuanto su moto quedó liberada, el galo se montó en ella y continuó la carrera sin devolver el gesto y auxiliar al portugués, una actitud muy criticada que el propio Despres justificó al término de la carrera diciendo que se juega un título y no podía pararse. Él, a lo suyo.