De la samba de Lula a la ovación a Rodrigo Rato

Lula da Silva, futbolero él y presidente de Brasil hasta el pasado 1 de enero, no se quiso perder el clásico. A las nueve y media de la noche apareció por la alfombra roja de la puerta de honor del Bernabéu dispuesto a ver el Real Madrid-Barcelona con menos sabor brasileño de la última década, aunque la presencia de jugadores como Marcelo, Adriano y Dani Alves animó a Lula a darse una vuelta por el estadio madridista.

Y ahí estaba Florentino Pérez en la puerta del palco de honor, así pone en la entrada, para recibir al político brasileño. La afición de Lula al fútbol le ha jugado más de una mala pasada. La primera fue con Ronaldo al que aconsejó perder peso antes del Mundial de Alemania o meses atrás cuando criticó la actuación de su selección con Kaká a la cabeza.

El palco del Bernabéu siempre arroja momentos que van más allá del fútbol. Al margen del condicionante social del dejarse ver, está el de la reacción de la gente, de los centenares de aficionados o simplemente curiosos que el fútbol les importa más bien poco y lo digo porque llegan dos horas antes y no se mueven con el partido ya iniciado. Pues bien, el momento de ayer es del rechazo que siguen provocando los actuales ministros.

Ansón protagonizó la anécdota de la noche

Valeriano Gómez tiene por delante llevar la cartera de trabajo en el peor momento económico en décadas. ¿Se imaginan la bronca que se llevó en el paseíllo de entrada al estadio? Tremenda, pero inversamente proporcional a la ovación que se llevó Rodrigo Rato, presidente de Bankia, pero al que muchos le siguen etiquetando por su pasado como ministro de Economía y Hacienda. “Vuelve, tu sí que eras bueno, no como estos”, se escuchaba instantes antes de entrar al estadio madridista. Curiosa imagen la propiciada por un ministro y un presidente de una entidad financiera. La actual Secretaria de Estado para la Vivienda, Beatriz Corredor, el Presidente del Senado, Javier Rojo, y Enrique Mújica completaron la clase política. Luis María Ansón, periodista y académico, protagonizó la anécdota de la pasarela. Escuchó unos aplausos y él que se puso a saludar cual protagonista de la noche. Y resulta que los aplausos no eran para él.

El mundo empresarial tuvo menos tirón que en otras ocasiones. El inicio de la semana santa pasó factura. Borja Prado, presidente de Endesa, Luis del Rivero, presidente de Sacyr y ex vicepresidente blanco, Fernando Martín, presidente de Martinsa y ex jefe de la casa blanca. José Luis Astiazarán, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, estuvo entre los invitados primero a la comida de las dos directivas y, más tarde, al palco. Habitual. Lo que ya no es tan normal es que no estuviera representante alguno de la Federación. Ni rastro. Las relaciones entre Pérez y Villar vuelven a ser más que frías.

A pocos metros del palco estuvieron otros invitados de lujo. Hablamos de los familiares de los jugadores del Barcelona que no se quisieron perder el que podía ser alirón azulgrana. Había uno que destacó por encima de todos: Jorge Messi, el mismo que en más de una ocasión ha recibido llamadas desde Madrid para sondear un posible cambio. Eran otros tiempos. Los padres de Piqué también estuvieron en el Bernabéu.