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La suerte de Alonso dependerá de la lluvia, la fiabilidad y la regularidad
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LOS RED BULL CONTINÚAN SIENDO LOS FAVORITOS AL TÍTULO

La suerte de Alonso dependerá de la lluvia, la fiabilidad y la regularidad

Fernando Alonso necesita suerte, pero de la buena, para lograr su tercer título mundial de Fórmula 1. Más concretamente, necesita la llamada 'suerte del campeón’, aquella

Foto: La suerte de Alonso dependerá de la lluvia, la fiabilidad y la regularidad
La suerte de Alonso dependerá de la lluvia, la fiabilidad y la regularidad

Fernando Alonso necesita suerte, pero de la buena, para lograr su tercer título mundial de Fórmula 1. Más concretamente, necesita la llamada 'suerte del campeón’, aquella que, en los momentos críticos, decanta al azar una contienda deportiva hacia un lado o hacia el contrario. Sea como sea, el ganador de 2010 seguro que se habrá beneficiado de ella. Y en el caso del español, ésta dependerá de tres factores aleatorios: la lluvia, la fiabilidad de su motor y la regularidad de sus resultados con respecto a sus rivales.

El campeonato de pilotos de este año es ya el mejor de todos los tiempos. Al menos, en cuanto a emoción y a lo abierto que se presenta su desenlace. A falta de cuatro carreras, hay cinco pilotos (Webber, Alonso, Hamilton, Vettel y Button) en la lucha por el título reunidos en tan solo 25 puntos, número exacto que se obtiene al ganar una prueba. Y aunque Alonso y su Ferrari lanzan muy buenas sensaciones desde hace unas semanas, no cabe olvidar que las carreras que quedan por disputarse se harán en ‘terreno Red Bull’.

Desde la Scudería así lo reconocen. Se muestran muy contentos con la evolución protagonizada por el F10 pero cunde el realismo, conscientes de que deben hilar muy fino de aquí al final para que todos los dioses se pongan de su lado y superar así la desventaja que tienen con respecto a sus rivales.

Más allá de la superioridad mecánica, el factor humano es importantísimo en estos momentos. La gestión que haga cada piloto de la presión y de los nervios en cada carrera determinará el número de errores que se cometan en las cuatro citas que faltan. Como ya demostró en Singapur, Alonso tiene en este sentido cierto beneficio, adquirido a través de sus dos títulos mundiales.

Por su parte, en Ferrari cuentan con la ventaja de que el monoplaza de Felipe Massa, que ya no disputa el título, les sirve para ensayar desarrollos y reglajes experimentales, pudiéndolos trasladar, si funcionan, al coche de Alonso. Pero no se esperan grandes cambios en un F10 que, aunque ya ha demostrado estar al nivel necesario para luchar por el campeonato, sigue detrás de los Red Bull e, incluso, de los McLaren, equipos cuyos pilotos completan el grupo de aspirantes.

La escudería británica ya ha anunciado que presentará grandes avances para Suzuka, circuito donde se reanuda el Mundial el próximo 10 de octubre. Los de Woking pelean por evitar lo que parece, a priori, una obviedad. Y es que se trata de un trazado muy beneficioso para los Red Bull, escudería que podría lograr allí un nuevo doblete si certifica su superioridad mecánica y aerodinámica.

En Suzuka, Alonso acude a minimizar los daños

Por lo tanto, Alonso deberá en Suzuka, uno de sus circuitos favoritos, intentar minimizar los daños en la clasificación general. Su segunda plaza, a once puntos del líder, Mark Webber, peligra si la carrera se desarrolla con normalidad. Ahora bien, en este Gran Premio es habitual la aparición de la lluvia, elemento que cambiaría todo el panorama por completo. Algo muy parecido puede ocurrir en el Gran Premio de Brasil del día 7 de noviembre, donde a mendo se corre sobre mojado. Estas dos carreras disputadas bajo el agua serían mucho más igualadas y el Ferrari del español tendría algo más que decir.

Entre medias se debería disputar el Gran Premio de Corea, pero a día de hoy, todavía es una incógnita si podrá llevarse a cabo la carrera. Bernie Ecclestone mostró su preocupación por el retraso en las obras y los organismos de la Fórmula 1 aún no han realizado la rutinaria inspección. Ya se ha tomado la decisión de que, si finalmente no tiene lugar el estreno del circuito asiático, este GP no sería sustituido por otro, por lo que sólo quedarían 75 puntos en juego en lugar de 100.

Desde el punto de vista de la fiabilidad del motor Ferrari, la anulación de Corea sería una gran noticia para Alonso. El asturiano está utilizando el último motor que le queda del cupo inicial, y si se viera obligado a cambiarlo, sería penalizado con diez posiciones en la parrilla de salida del GP en cuestión. Esta sanción supondría un duro golpe para las aspiraciones del español, y por eso en la Scuderia se está mimando mucho la mecánica del F10.

Hamilton, mal ejemplo

Fuera de especulaciones, el objetivo de Fernando Alonso sigue siendo claro: ser regular e intentar acabar en el podio en todas las carreras. El bicampeón lo ha declarado en varias ocasiones y en ello está, evitando errores y pilotando al límite.

Ha llegado a la fase final de la temporada en un momento inmejorable en cuanto a pilotaje y concentración. Los dos triunfos consecutivos de Monza y Singapur se han basado en la falta de fallos y en la gran labor de todo el equipo. Y eso es lo que debe repetirse desde aquí hasta que el Mundial eche el telón en Abu Dhabi el 14 de noviembre.

Todo cambia de una carrera a otra y el español intentará que por su culpa no sea. El ejemplo donde no debe mirarse lo encuentra en uno de los cinco pilotos que están en liza, Lewis Hamilton, quien ha perdido 50 puntos y el liderato provisional en solo dos carreras por sendos errores de bulto que le obligaron a retirarse. Ese tipo de elementos intangibles e impredecibles son los que deben ponerse a favor de Alonso para que consiga el ansiado trío de ases.

Fernando Alonso necesita suerte, pero de la buena, para lograr su tercer título mundial de Fórmula 1. Más concretamente, necesita la llamada 'suerte del campeón’, aquella que, en los momentos críticos, decanta al azar una contienda deportiva hacia un lado o hacia el contrario. Sea como sea, el ganador de 2010 seguro que se habrá beneficiado de ella. Y en el caso del español, ésta dependerá de tres factores aleatorios: la lluvia, la fiabilidad de su motor y la regularidad de sus resultados con respecto a sus rivales.

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