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Tiger y Mickelson se hunden en el inicio del US Open
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CABRERA, EL MEJOR ESPAÑOL DEL PRIMER DÍA

Tiger y Mickelson se hunden en el inicio del US Open

La batalla por el cetro mundial entre Tiger Woods y Phil Mickelson en el Abierto de los Estados Unidos defraudó, Pebble Beach se tragó a ambos

Foto: Tiger y Mickelson se hunden en el inicio del US Open
Tiger y Mickelson se hunden en el inicio del US Open

La batalla por el cetro mundial entre Tiger Woods y Phil Mickelson en el Abierto de los Estados Unidos defraudó, Pebble Beach se tragó a ambos y son otros tres golfistas los que dominan con 69 golpes (-2) este segundo major del año: Shaun Micheel, el inglés Paul Casey y el zimbabuense Brendon de Jonge.

Al protagonismo inicial que tuvieron Micheel, el estadounidense de 41 años cuyo único título es un 'Grande' (US PGA de 2003), y Casey, el noveno del mundo, se coló sin llamar el modesto De Jonge, un golfista obeso pero potente que hasta se anotó un "eagle" en el hoyo 14.

Otro hombre modesto que vino de la previa, el español Rafael Cabrera, firmó 70 golpes (-1) y fue una de las estrellas en su debut en Grand Slam.

El jugador de Las Palmas fue de los nueve que lograron superar a Pebble Beach en el arranque de un Abierto preparado para que Mickelson sacara pecho delante de Tiger.

Ese pulso entre primero del mundo y aspirante quedó apartado. El zurdo de San Diego necesitó 75 golpes (+4). En el día de su cuadragésimo cumpleaños ni siquiera pudo regalarse birdie alguno.

La decepción fue mayúscula para Mickelson: dos bolas enviadas al fondo del océano, el peor comienzo en trece años en un Open USA y la primera ronda en tres años sin birdies.

Juego defensivo de Woods

Woods, cuyo lustro de liderazgo mundial puede verse interrumpido por el último ganador en Augusta, tampoco fue capaz de embocar birdie alguno.

El juego defensivo de Tiger le llevó hasta el puesto número 49, mientras Mickelson buscará la remontada desde el 68. "Ha sido horrible con el putt, uno de mis peores días", se lamentó Mickelson.

Quejas como esa fueron hoy las expresiones predominantes en Pebble Beach, a pesar de que apenas molestara la brisa del Pacífico y las condiciones generales fueron óptimas para el juego.

Pero aún así, las tarjetas volaron hacia dígitos que sonrojaron a más de uno, como la que presentó el español Álvaro Quirós, que se anotó 80 golpes (+9), la del colombiano Camilo Villegas (78) o la del argentino Ángel Cabrera, el campeón de este torneo en 2007, con 75.

Hubo bogeys para todos. Tantos repartió Pebble Beach que solo nueve hombres acabaron bajo el par del campo. De ahí que el trabajo final de Rafa Cabrera fuera un orgullo y una gesta, esto último avalado por que el golfista insular llegó un día tarde por problemas con la visa y sin sus palos, por extravío.

"Estaba desesperado por empezar y no tenía ningún palo. El lunes estuve por el campo con unos pocos 'wedges' que me prestaron. Había soñado con un día así", dijo Cabrera tras sus cuatro birdies y tres bogeys.

También fue notable el esfuerzo de Sergio García, Pablo Martín y Miguel Ángel Jiménez por no quedar descolgados en el primer episodio. El trío de españoles terminó con 73 golpes (+2), que a la vista de los resultados globales les otorga crédito desde el puesto trigésimo segundo.

La batalla por el cetro mundial entre Tiger Woods y Phil Mickelson en el Abierto de los Estados Unidos defraudó, Pebble Beach se tragó a ambos y son otros tres golfistas los que dominan con 69 golpes (-2) este segundo major del año: Shaun Micheel, el inglés Paul Casey y el zimbabuense Brendon de Jonge.

Al protagonismo inicial que tuvieron Micheel, el estadounidense de 41 años cuyo único título es un 'Grande' (US PGA de 2003), y Casey, el noveno del mundo, se coló sin llamar el modesto De Jonge, un golfista obeso pero potente que hasta se anotó un "eagle" en el hoyo 14.

Otro hombre modesto que vino de la previa, el español Rafael Cabrera, firmó 70 golpes (-1) y fue una de las estrellas en su debut en Grand Slam.

El jugador de Las Palmas fue de los nueve que lograron superar a Pebble Beach en el arranque de un Abierto preparado para que Mickelson sacara pecho delante de Tiger.

Ese pulso entre primero del mundo y aspirante quedó apartado. El zurdo de San Diego necesitó 75 golpes (+4). En el día de su cuadragésimo cumpleaños ni siquiera pudo regalarse birdie alguno.

La decepción fue mayúscula para Mickelson: dos bolas enviadas al fondo del océano, el peor comienzo en trece años en un Open USA y la primera ronda en tres años sin birdies.

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