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Agag no piensa en la F1: "He visto a muchos estrellarse allí"
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ENTREVISTA CON EL DUEÑO DE LA ESCUDERÍA BARWA ADDAX

Agag no piensa en la F1: "He visto a muchos estrellarse allí"

Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, vive ahora fuera de España y alejado de la actividad política. Tras la victoria socialista, decidió abrirse a otros

Foto: Agag no piensa en la F1: "He visto a muchos estrellarse allí"
Agag no piensa en la F1: "He visto a muchos estrellarse allí"

Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, vive ahora fuera de España y alejado de la actividad política. Tras la victoria socialista, decidió abrirse a otros horizontes y entró en el mundo de la competición automovilística de la mano de su amigo Flavio Briatore como empresario. Desde 2008 es propietario único del equipo Barwa Addax que compite en los campeonatos GP2 y GP3, escalones inferiores de la Fórmula 1, y con la que comparten calendario cada fin de semana. El Confidencial habló con Agag en su “motorhome”, instalado en el paddock del circuito de Montmeló.

 

Vinculado a la política, a José María Aznar, al mundo financiero, ¿Porqué Alejando Agag se decidió a entrar en el mundo de las carreras?

Dejé la política hace ocho años porque tal y como estaba el patio en España en general, y respecto a mí en particular, lo ideal era encontrar un sector lo más alejado posible de las susceptibilidades políticas. En las carreras, la política española no influye nada, aquí soy uno más, y nadie tiene prejuicios sobre nada.

Pero al llegar de un mundo tan diferente, y de la mano de Flavio Briatore, es fácil trivializar su presencia y sus objetivos…

En la Fórmula 1 hay mucho de glamour, pero yo no estoy en ella. Invito aquí a quien quiera ver cómo es la GP2 y la GP3. Aquí están los mecánicos trabajando, yo estoy con ellos, como con ellos.. Aquí hay que dar el callo, vienes a las siete y media te vas tarde, hay que cuidar a los pilotos, el tema técnico... La imagen de la gente puede ser esa, pero debajo hay un nivel de competición y tecnológico brutal y unas dosis de trabajo enormes.

¿Cuál es en estos momentos el estado de su proyecto, y qué objetivos tiene?

Estamos en el tercer año del proyecto ya que hemos montado un equipo de GP3 (categoría inferior a la GP2). Hemos invertido mucho para crecer, no hacia la Fórmula 1, sino hacia abajo, y estamos en fase de consolidar la estructura empresarial. Porque esto es una empresa que presta a los clientes, que son los pilotos, y si primero no hay una empresa, no puedes tener éxito deportivo.

Y en números, ¿Cómo está funcionado?

Muy bien, por fortuna. Con el éxito deportivo, los pilotos más potentes vienen a tu equipo con sus patrocinadores. Y después, vienen aquellos que no van ligados a los pilotos. Por fortuna, tenemos patrocinadores como Barwa, el fondo soberano de Qatar, que ya lleva tres años con nosotros, y que el más sólido de GP2 y GP3. Tenemos a Telmex, que apoya a dos pilotos mexicanos que están en nuestros equipos...

El único patrocinador que nos abandonó cuando llegué fue la Comunidad Valenciana, que llevaba años. Evidentemente, lo entiendo y lo asumo, pero no creo que fuera justo porque además yo creo empleo en la Comunidad Valenciana. Pero al final me ha venido bien porque, si no, habría habido muchas críticas.

Pues con el caso Gürtel… (se ríe, no contesta, hace un gesto [“Pufff…] que induce a pensar se ha librado de una buena.)

"Briatore sobre todo es un gran amigo"

¿Cómo es la relación con Flavio Briatore? ¿Participa en sus proyectos empresariales dentro y fuera de las carreras?

Sobre todo es un gran amigo, y nuestra relación de amistad es la misma de siempre. En lo empresarial, la relación existe a través del equipo de fútbol del cual ambos somos accionistas, él con mayor participación que yo, y en el que también participa Bernie Ecclestone y Lakhsmi Mittal. Evidentemente, tenemos mucho contacto, ahora está más centrado en el futbol. Pero le echo de menos en la Fórmula 1 y mucha gente también.

¿Y cómo es Ecclestone?

Un genio. Ya querría yo tener sus cualidades intelectuales y físicas con la mitad de edad.

Con tales socios, ¿porqué Alejandro Agag no quiso entrar con su propio equipo en la Fórmula 1, con la oportunidad que suponía?

Llevo ocho años en las carreras, y he visto a mucha gente estrellarse en la Fórmula 1. Ser el dueño de un equipo exige una cuenta corriente con miles de millones de euros para gastarse cientos de millones en el proyecto, como ha hecho Mateschitz, el propietario de Red Bull. Los equipos no competitivos son un mal negocio tanto para quienes los manejan como para los patrocinadores, porque asociar tu marca con una escuadra que no está en la pelea es un error, por lo menos para mí.

Cuando hablé con Adrián (Campos), él sí lo veía, pero yo no. La decisión fue bastante clara y la separación muy amistosa. Me quedé con la GP2, que me gusta, dónde estoy cómodo y puedo crear un proyecto empresarial que tenga sentido. La Fórmula 1 era una empresa muy arriesgada.

 

Entonces, definitivamente, la Fórmula 1 no está en su horizonte…

Solamente si hubiese rentabilidad empresarial. Que podría haberla a partir de 2012. Creo que aquí hay espacio para seis constructores, los obvios: Ferrari, McLaren… y seis equipos filiales de esos seis principales. Es decir, cada constructor fabrica cuatro coches, la vía lógica para tener veinticuatro monoplazas competitivos en parrilla, a dos o tres décimas unos de otros, y no a seis segundos como ahora. Así me lo plantearía, porque sería muy atractivo desde el punto de vista deportivo y, además, un buen negocio.

En su caso ¿las carreras le llegan a envenenar, como les ocurre a algunos, o las sigue considerando sólo una empresa más?

Las dos cosas. Por un lado estoy muy cómodo. Aquí lo que cuenta es tu piloto y lo rápido que va tu coche. Y punto. Lo demás es muy bonito, pero accesorio. Por otro lado, este proyecto me ilusiona mucho, es una pequeña empresa que funciona. Pero si no hubiera proyecto empresarial, yo no estaría en esto.

¿Sigue relacionado con el mundo financiero y los hedge funds?

Sí, en una pequeña dimensión.

 

Y como alguien que ha tocado la política y el mundo financiero. ¿Qué piensa de esta dinámica en la que los políticos señalan al sector financiero como el culpable de los males que padecemos, en España y fuera de ella?

Yo soy un modesto team principal, y nunca me metería en cuestiones tan importantes como estas. (Risas)

 

Como empresario, ¿cómo ve la situación de España en estos momentos?

Pues la situación de España es que… Fernando tiene posibilidad de podio, Alguersuari puede puntuar, y Pedro también. Y como empresario (se ríe), mi equipo tiene pocos ingresos en España, así que tampoco puedo opinar.

 

¿Y la situación política?

No entro. Hace ocho años decidí quedarme fuera de la política.

O sea, que no quiere entrar en el tema..

Yo he estado muchos años en política. Ahora me ciño al mundo de las carreras, y lo demás son cosas para que opine la gente que sabe.

¿A qué dedica el tiempo que le deja libre las carreras?

Pues al margen de las carreras, a poco más. La actividad nuestra está muy centrada en este proyecto, que a mí es lo que más ilusión me hace en este momento. Y poco más, vivir tranquilo en Londres.

Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, vive ahora fuera de España y alejado de la actividad política. Tras la victoria socialista, decidió abrirse a otros horizontes y entró en el mundo de la competición automovilística de la mano de su amigo Flavio Briatore como empresario. Desde 2008 es propietario único del equipo Barwa Addax que compite en los campeonatos GP2 y GP3, escalones inferiores de la Fórmula 1, y con la que comparten calendario cada fin de semana. El Confidencial habló con Agag en su “motorhome”, instalado en el paddock del circuito de Montmeló.

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