La Candidatura Ibérica reanuda su andadura de la mano del Gobierno

España y Portugal continúan su camino hacia la celebración conjunta de la Copa Mundial de fútbol de 2018 ó 2022. Pero desde ayer, lo hacen de manera oficial de la mano de los respectivos gobiernos.

Las posibilidades de Madrid de ser designada sede olímpica en 2016, truncadas a principios de este mes en Copenhague, habían retrasado el compromiso total del Gobierno español hacia la llamada Candidatura Ibérica, por miedo a que restase posibilidades al proyecto madrileño.

Tal y como anunció El Confidencial tras los actos del Centenario de la RFEF, días después del chasco que se llevó Madrid, el presidente del Ejecutivo y máximo responsable del Deporte en nuestro país, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió con el presidente del fútbol español, Ángel María Villar, a centrar todos sus esfuerzos en traer de nuevo el Mundial a nuestros estadios.

Y fruto de este compromiso, ayer se hizo una presentación personal de la candidatura al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, con la oportuna presencia del secretario de Estado para el Deporte de España, Jaime Lissavetzky, más la de su homónimo portugués, Laurentino Dias.

En el acto, se le hizo entrega a Blatter de una carta donde se apostaba por el éxito seguro de un Mundial celebrado por dos países con tanta tradición en el mundo del fútbol. Tras la reunión, el máximo responsable de la FIFA deseo suerte a esta candidatura, aunque no se mostró demasiado ilusionado en todo el tiempo que duró el encuentro. No hay que olvidar que Blatter dijo públicamente que no era partidario de las candidaturas conjuntas.

Hasta esta presentación personal contando ya con el apoyo gubernamental, la Candidatura Ibérica había ido marcando los pasos a seguir con relativa tranquilidad. Se presentó públicamente en enero de este año tras conseguir el permiso de las autoridades políticas de ambos países, y la candidatura se hizo oficial ante la FIFA el 2 de febrero. Desde ese momento hasta ayer, la tranquilidad ha reinado en el proceso por el citado interés que alcanzó Madrid 2016.

Y el proceso continúa ahora dados de la mano de los respectivos responsables deportivos y gubernamentales de ambos países. La siguiente meta está en mayo próximo, cuando la FIFA debe recibir todos los detalles de los proyectos de las diez candidaturas que se han presentado: las individuales de Indonesia, Qatar, Japón, Corea del Sur, Australia, Inglaterra, Rusia y EE UU; y las conjuntas de Holanda-Bélgica y España-Portugal.  

Grandes diferencias con el sistema de elección del COI

En esta elección, a diferencia de la que realiza el COI, no hay que pasar ningún corte y todas las candidatas son de por sí finalistas. Además, el órgano ejecutivo de la FIFA es el que determinará a los organizadores, a diferencia de los JJ OO, que son designados por la Asamblea del COI. Los 24 miembros que lo componen, entre ellos Villar, dictaminarán, por mayoría absoluta y en una única reunión en diciembre de 2010, qué candidatas acogerán los Mundiales de 2018 y de 2022.

También a diferencia de la elección que perdió Madrid hace tres semanas, en este proceso sí existe un sistema de rotación explícito. Ningún país perteneciente a alguna de las dos confederaciones organizadoras de las últimas dos Copas Mundiales puede, siquiera, optar a organizarlo. Es decir, para 2018, ningún país africano (CAF) ni sudamericano (CONMEBOL) podrán celebrarlo puesto que Sudáfrica es la sede del de 2010, y Brasil del de 2014.

Por esta misma razón, la elección de 2022 queda condicionada a la de 2018. Por ejemplo, si alguna de las candidaturas europeas rivales de la Ibérica consiguen los de dentro de nueve años, España y Portugal dirán automáticamente adiós, por dicha norma de rotación, al sueño de celebrar un Mundial, al menos, hasta 2030. Aunque en la RFEF se rebosa optimismo ante esta doble oportunidad que existe de traer los Mundiales de fútbol a la Península Ibérica.